Francia: 300.000 marchan en demanda de justica social convocados por CGT y con apoyo de “chalecos amarillos”, la izquierda y otros sindicatos
Más de 300.000 personas participaron en las manifestaciones realizadas el pasado martes en toda Francia para reclamar una mayor justicia social, informó la Confederación General del Trabajo (CGT), en una movilización convocada además por otros sindicatos, que buscó además una convergencia con el movimiento de los chalecos amarillos, y apoyados por partidos de izquierda como el Comunista y el movimiento Francia Insumisa.
Al llamado de esa organización sindical respondieron decenas de miles de afiliados, así como ciudadanos en general, y la manifestación contó también con la asistencia de representantes de partidos de izquierda y del movimiento de los chalecos amarillos. En las demostraciones participaron trabajadores del sector público y el privado, así como estudiantes y jubilados.
Con más de 300.000 trabajadores en las calles y 180 manifestaciones por todo el país, se realizó hoy la primera huelga general del gobierno de Macron, quien pretende imponer su reforma flexibilizadora de las condiciones laborales de los trabajadores francesces por la vía del decreto autoritario.
Por considerar que habían obtenido algunas concesiones de Macron, ni la CFDT, primera central obrera y de linea reformista, ni FO, con fuerza entre los funcionarios públicos, se sumaron a este llamamiento, aunque muchos militantes de ambos sindicatos y algunas federaciones acudieron igualmente a las manifestaciones en contra de sus direcciones, a las que mantienen bajo presión.
El líder de la CGT, Philippe Martinez, resaltó el alto nivel de movilización conseguido, pues solo en esta capital desfilaron más de 30 mil personas. Asimismo, subrayó la convergencia lograda, evidenciada en el apoyo de organizaciones políticas como el Partido Comunista y el movimiento Francia Insumisa.
También elogió que con los chalecos amarillos “estamos aprendiendo a conocernos”, un movimiento popular que lleva 12 sábados consecutivos de protestas en todo el país para exigir una mayor justicia social y fiscal.
De acuerdo con la convocatoria, “desde hace muchos años, las políticas impulsadas al servicio del capital por los gobiernos sucesivos generan fuertes injusticias sociales, territoriales y fiscales”, las cuales fueron denunciadas por los manifestantes. Entre las demandas de la movilización sobresalió además el aumento del salario mínimo, de todos los salarios y de las pensiones; así como una reforma de la fiscalidad y el desarrollo de los servicios públicos.
La protesta también estuvo encaminada a mostrar el rechazo al debate nacional impulsado por el presidente galo, Emmanuel Macron, para intentar aplacar la crisis por las constantes protestas de los chalecos amarillos.
La convergencia, clave para hacer avanzar la lucha social
En momentos en que los franceses multiplican las acciones encaminadas a demandar una mayor justicia social en el país, muchos coinciden en que solo la convergencia de iniciativas puede hacer avanzar la lucha.
Así quedó evidenciado tras la movilización realizada el martes en esta capital y en numerosas ciudades del país, en la cual más de 300 mil ciudadanos salieron a las calles para denunciar al gobierno y sus medidas centradas en favorecer al capital. “Movimiento social. Un martes de esperanza de un ¡todos unidos!”, tituló el rotativo L’Humanité al reportar los sucesos de la jornada.
Las demostraciones estuvieron convocadas por la Confederación General del Trabajo (CGT) y otras organizaciones sindicales, recibieron el respaldo de grupos políticos como el Partido Comunista y el movimiento Francia Insumisa, y contaron además con la participación de numerosos integrantes del movimiento de los chalecos amarillos.
La voluntad de favorecer la convergencia fue resaltada por el líder de la CGT, Philippe Martinez, quien enfatizó que “las reivindicaciones comunes, las tenemos, y son las reivindicaciones sociales”.
“Aparte del color de los chalecos, no veo muchas diferencias”, aseveró en referencia a los chalecos amarillos, un movimiento popular que lleva 12 sábados consecutivos de protestas en todo el país para exigir una mayor justicia social y fiscal. “No hay ninguna razón para que no desfilemos juntos, los unos con los otros, y lo importante es que hemos vencido esta primera jornada de unidad”, subrayó.
Según indicaron analistas y políticos, muchos de los reclamos defendidos durante la movilización son compartidos por las diversas entidades participantes: aumento de salarios y pensiones, mejora del poder adquisitivo para la población y desarrollo de los servicios públicos. También se abogó por la restitución del impuesto sobre la fortuna a los más ricos, cuya eliminación por parte del gobierno de Emmanuel Macron es ampliamente rechazada, así como por una reforma de la fiscalidad que permita una mejor repartición de las riquezas.
El rotativo Liberation también se refirió a los logros de la movilización y los desafíos comunes. “En una trayectoria lineal e inédita en París, los sindicatos y sus balones rojos salieron a las calles con los chalecos amarillos. Las reivindicaciones no son totalmente idénticas, pero todo el mundo sueña con la convergencia de luchas”, indicó.
En un país donde las fuerzas progresistas y de izquierda se han visto minadas por las divisiones históricas, muchos esperan que en la coyuntura actual se logren superar tales obstáculos. “Es la única forma en que podríamos aspirar a constituir una oposición fuerte ante el gobierno de Macron, y principalmente ahora que estamos a las puertas de las elecciones europeas”, declaró a Prensa Latina una veterana militante del Partido Comunista.
La mayoría de franceses sigue apoyando a los chalecos amarillos
Una amplia mayoría de franceses apoya el movimiento de los chalecos amarillos, que suma 12 sábados consecutivos de protestas en todo el país en demanda de una mayor justicia social, indicó un sondeo divulgado.
De acuerdo con la encuesta de YouGov, un 64 por ciento de ciudadanos respalda esas acciones y un 77 por ciento estima que la movilización está justificada. Asimismo, un 52 por ciento de los consultados piensa que los chalecos amarillos deben continuar con sus demostraciones, a pesar del debate nacional lanzado por el gobierno para intentar aplacar la crisis generada por las manifestaciones.
En cuanto a la concertación, que se extenderá hasta mediados de marzo, un 54 por ciento de los franceses estima que las proposiciones resultantes del proceso no serán tomadas en cuenta “con toda la transparencia e imparcialidad” necesarias. Según el sondeo, un 58 por ciento cree que esas propuestas no conseguirán modificar la política del gobierno.
Por otro lado una mayoría de ciudadanos, el 75 por ciento, juzga desfavorablemente la acción del gobierno, y solo un 19 por ciento mantiene una opinión positiva.
En noviembre de 2018 comenzaron las acciones de los chalecos amarillos en todo el país, las cuales se han mantenido e intensificado con el paso de los meses. Aunque el origen de la protesta fue el aumento de precios del combustible decretado por el Ejecutivo, luego las reivindicaciones se ampliaron al aumento de impuestos en general y la pérdida del poder adquisitivo como resultado de la política gubernamental.
Ahora reclaman también reformar la Constitución en aras de una democracia plena y que los ciudadanos tengan la posibilidad de pedir e impulsar la realización de referendos nacionales sobre temas relevantes.
(Fuente: Prensa Latina)
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