Córdoba: Vivir junto al único cementerio nuclear del Estado español. Los alcaldes del entorno piden explicaciones al CSN

En Hornachuelos, un municipio de menos de 5.000 habitantes de la provincia de Córdoba, se ubica el único cementerio de residuos radioactivos que existe en España. Sus instalaciones, conocidas como El Cabril, se mantienen en la comarca cordobesa del Guadiato. A tan solo cincuenta kilómetros del área de población.

La lucha de ecologistas y partidos políticos de la zona como Izquierda Unida se centra en el conocimiento de los materiales que se almacenan en él. Son de alta, media, baja y muy baja intensidad procedentes, en un amplio porcentaje, de restos de centrales nucleares españolas. La descomposición de estos compuestos tiene una duración media que supera los 300 años.

Las instalaciones de El Cabril, gestionadas desde los años ochenta por la empresa pública Enresa, prometían bienestar económico a la zona y un bajo índice de paro. Hoy esta comarca con posible irradiación ha provocado un 50% de desempleo. Pero so no es lo único. El despoblamiento es otro grave problema, que se visualiza en municipios como Peñarroya Pueblonuevo, centro neurálgico de la comarca. En medio siglo casi 20.000 habitantes han salido del censo.

Paco Castejón, ingeniero y portavoz de Ecologistas en Acción, narra a Público que “el 95% de los residuos que llegan al Cabril proceden de las centrales nucleares”. Un dato desconocido para los alcaldes y habitantes de la zona que creían que albergaba en su mayoría material hospitalario. Y calcula que “el volumen total de este tipo de residuos será de más de 25.000 metros cúbicos” si llegan los últimos restos de centrales como Garoña, lo que superaría con creces la capacidad del cementerio nuclear.

Castejón habla junto a otros compañeros ecologistas como Alberto Ruiz Peña, del Movimiento Ibérico Antinuclear . “Cada año se producen decenas de transportes por carretera de residuos de todas las instalaciones a El Cabril sin medidas de seguridad”. El riesgo de accidente y posible fuga es demasiado elevado para la población colindante con un “grave incumplimiento de las directivas europeas” en esta materia.

“El cementerio nuclear del Cabril nunca debería haberse construido porque está en el sur de la Península Ibérica”, afirma Castejón. Muy alejado de la mayoría de instalaciones nucleares y radiactivas. En estas condiciones, añade que no tiene ningún sentido “la ampliación de este almacén”.

El incumplimiento de las directivas europeas

La preocupación de los riesgos del traslado de restos radioactivos es cada vez más alarmante entre colectivos como la Plataforma Antinuclear de Córdoba. Pepa Beiras recuerda a Público que “este cementerio está es un sitio equivocado, en plena sierra de Hornachuelos, a las puertas de un parque natural, con un grave riesgo sísmico. Y encima ha generado nulo desarrollo de la zona” que no solo afecta al Guadiato. También a zonas de la Campiña Sur de Badajoz y la Sierra Norte de Sevilla.

Aedenat inició hace más de dos décadas una lucha legal que, tras varias sentencias en contra de Enresa y sus consiguientes recursos, consiguió una sentencia firme del Tribunal Supremo en contra de esta empresa pública. En el año 2002 se declaraba la ilegalidad del cementerio nuclear. En la actualidad las instalaciones solo han tenido el propósito de continuar en crecimiento. La sentencia no ha trascendido para cesar el almacenamiento de material que siempre se había creído con procedencia única de residuos de hospitales.

El almacenamiento en el Cabril se encuentra actualmente a un 70% de su capacidad. La industria nuclear española apuesta por duplicar la capacidad de almacenamiento para permitir el alargamiento del parque nuclear.

Ante esta situación, el Movimiento Ibérico Antinuclear recalca que la mayor opacidad en este asunto fue el traslado en 2015 de más de de 111 kilos de óxidos de uranio procedentes de la fábrica de Enusa en Juzbado (Salamanca) al Cabril. Un hecho que contraviene las normas de este cementerio nuclear que tiene limitada la recepción de estos productos a aquellos cuya vida radiactiva no supere los 300 años. “Este material sería mucho más peligroso con una vida de millones de años de radiación y que no permitirían estar dentro de estas instalaciones”, afirma Alberto Ruiz Peña.

(Fuente: Público / Autora: María Serrano)

Los alcaldes del entorno piden explicaciones al CSN por el almacenamiento de uranio

Los alcaldes de los municipios que rodean el perímetro donde se enclava el vertedero de basura radiactiva de El carril, en Córdoba, han enviado una misiva al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). La misiva tiene una motivación muy sencilla, avanza Radio Córdoba, conocer los detalles sobre los recientes envíos de uranio a las instalaciones de Enresa procedente de la central de Garoña y otras instalaciones.

Los alcaldes de los municipios cordobeses (Hornachuelos y Fuente Obejuna) y sevillanos (Las Navas de la Concepción y Alanís) del entorno del almacenamiento de residuos radiactivos de baja y media actividad de El Cabril, ya anunciaron en septiembre que iban a pedir al CSN que les informase sobre la llegada de uranio a dichas instalaciones. La petición se ha hecho patente con este escrito remitido por la alcaldesa de Fuente Obejuna, Silvia Mellado, en nombre del conjunto de pueblos afectados.

Los gestores de El Cabril siempre les han insistido en que los residuos radiactivos que se reciben, en éste como en el resto de casos, cumplen “con los límites de actividad establecidos para radionucleidos de vidas largas”, es decir, que “no superan los 30 años”, por lo que “la recepción y almacenamiento de estos residuos se ha realizado siempre cumpliendo con los límites y condiciones que la instalación tiene autorizados”.

Mientras, se han sucedido la petición de explicaciones. Izquierda Unida anunció este mes que iba a llevar a Europa el traslado de residuos radiactivos de la central de Garoña hasta El Cabril. El 11 de diciembre, el grupo de Izquierda Unitaria Europea registró una pregunta en la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo para saber si este tiene conocimiento de los planes del Gobierno central sobre el traslado de material radiactivo de la central nuclear de Garoña hasta el centro de almacenamiento de residuos de baja y media intensidad de El Cabril.

Entretanto, persisten los rumores que hablan de que una posible ampliación de las instalaciones. Por ello, la Junta anunció hace unos días a través del consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, José Fiscal, que se estaba ultimando “una solicitud especial” dirigida al Gobierno central sobre cuáles son “los planes que tiene a corto y medio plazo” para estas instalaciones.

(Fuente: Cordópolis)

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Carlos Ríos

Vine al mundo en Granada en 1977. Soy licenciado en Geografía y trabajador en el sector de la enseñanza. Escribí "La identidad andaluza en el Flamenco" (Atrapasueños, 2009) y "La memoria desmontable, tres olvidados de la cultura andaluza" (El Bandolero, 2011) a dos manos. He hecho aportaciones a las obras colectivas "Desde Andalucía a América: 525 años de conquista y explotación de los pueblos" (Hojas Monfíes, 2017) y "Blas Infante: revolucionario andaluz" (Hojas Monfíes, 2019).

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