El Rif vuelve a las calles tras enterrar al primer mártir de sus protestas. Denunciados 66 casos de tortura entre los detenidos
El Rif mantiene el pulso de las protestas contra el gobierno marroquí que comenzaron el pasado octubre. Y todo apunta a que la movilización va a aumentar después de que la represión policial contra el movimiento Al Hirak, convocante de las protestas, se haya cobrado su primera víctima mortal.
El miércoles por la tarde miles de personas acompañaban en Alhucemas al féretro de Imad Attabi (foto adjunta), un joven rifeño de 24 años que permanecía en coma, en estado de muerte cerebral, desde el pasado 20 de julio, cuando fue herido de gravedad en la cabeza durante las cargas policiales contra los manifestantes en esa misma ciudad. Aquella manifestación, expresamente prohibida por el régimen alauí, se saldó además con otros cuatro heridos y 33 detenidos durante y después de la protesta, según la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), considerada la más grande del país. 14 de los detenidos ya han sido juzgados y condenados a penas de entre tres meses y un año de cárcel.
Tras semanas de total apagón informativo por parte de las autoridades sobre el estado de salud del joven, el régimen de Mohamed VI confirmó su muerte el martes. Su cadáver fue trasladado a Alhucemas ayer desde el Hospital Militar de Rabat, a donde fue trasladado la noche en que resultó herido.
Finalmente, la familia del que ya es conocido como el primer mártir del movimiento Al Hirak accedió a que fuera enterrado, aunque inicialmente exigía una autopsia independiente que confirmara la causa de la muerte. La versión oficial afirmaba que Attabi fue herido por el impacto de una piedra durante la manifestación, aunque el Gobierno dice ahora que iniciará una investigación sobre la muerte. Al parecer, según testigos y los propios activistas, un bote de gas lacrimógeno disparado por la Policía impactó directamente en la cabeza del joven y un trozo de metralla se le quedó alojado dentro del cerebro. El movimiento habla de “asesinato” y ha anunciado que emprenderá acciones legales ante la justicia internacional para que “se depuren responsabilidades y paguen los asesinos”
El miércoles, miles de rifeños acudieron al entierro, que se convirtió en la primera gran protesta desde la que segó la vida de Attabi.”El mártir ha muerto asesinado, el majzen (régimen) es el responsable”, “criminales, asesinos, terroristas” o “preferimos la muerte que vivir sin dignidad”, fueron algunas de las consignas que corearon los participantes en el funeral.
Los manifestantes repitieron también lemas para exigir justicia social, más libertades, y para pedir la liberación de casi 200 activistas encarcelados desde que comenzó la revuelta.
Asedio policial durante el entierro
Entre ira, tristeza y lágrimas, los participantes despidieron al joven en el cementerio Igar Azuagh, en la entrada sureña de Alhucemas. También asistieron al funeral representantes de las autoridades locales, mientras que los antidisturbios cortaron la carretera que lleva al centro de la ciudad para evitar que los participantes realizaran una marcha de protesta en ese lugar.
Previamente, el día en que se conoció el deceso de Attabi, la policía marroquí impidió la celebración de manifestaciones en varias poblaciones del Rif para condenar la muerte del joven y se desplegaron en el barrio de Sidi Abid, en Alhucemas, para impedir una manifestación convocada por activistas locales para condenar el fallecimiento.
“No hemos podido celebrar ni una sola concentración por culpa de la policía”, dijo a Efe un dirigente de Al Hirak. Varias unidades de antidisturbios equipadas con cañones de agua asediaron Alhucemas desde distintas partes. La policía también empleó la fuerza para impedir otras manifestaciones similares en Nador, a 81 kilómetros al este de Alhucemas y en las poblaciones de Imzuren e Izafzafen, al sur de la localidad.
“Attabi fue asesinado por el régimen marroquí y el asedio policial a las miles de personas que asistieron a su entierro es prueba de ello”, aseguró uno de los principales líderes actuales de Al Hirak que actúa en la clandestinidad. De hecho, toda reunión pública está prohibida en la región desde comenzaron las detenciones de activistas, el pasado 27 de mayo, con el arresto del líder del movimiento Nasser Zefzafi.
El dirigente añadió que como reacción a la muerte de Attabi, el movimiento rifeño realizará nuevas manifestaciones multitudinarias en las próximas semanas. La primera realizada este viernes en Alhucemas.
Estas protestas masivas, las más importantes en el país desde la llamada Primavera Árabe, comenzaron en octubre del pasado año. La chispa que prendió la mecha del movimiento fue la muerte de un joven vendedor ambulante de pescado, Mohcen Fikri, quien falleció en Alhucemas aplastado por el mecanismo de un camión de basuras cuando intentaba recuperar el pescado que la Policía le había confiscado. Indignada por esta muerte, que reveló la corrupción en el puerto de la ciudad y ante el abandono histórico de la región del Rif por parte del Estado marroquí, el pueblo se echó a la calle para exigir la construcción de una universidad y un hospital oncológico en la provincia de Alhucemas, así como puestos de trabajo y la “desmilitarización” de la zona. Tras varias promesas del régimen, nada se ha puesto en marcha y todo apunta a que la muerte de Attabi tendrá el mismo efecto que la de Fikri.
AI denuncia 66 casos de tortura entre los detenidos en las protestas del Rif
Amnistía Internacional (AI) ha denunciado este viernes que al menos 66 de los casi 200 detenidos a causa de las revueltas del Rif, en el norte de Marruecos, denunciaron que fueron sometidos durante su detención a la tortura y a otros tipos de maltrato.
En un comunicado, AI insta a las autoridades marroquíes a realizar una investigación “imparcial, independiente y neutra” sobre esas denuncias y a anular las confesiones de los detenidos que fueron conseguidas mediante de la tortura.
“Estos manifestantes salieron a la calle para exigir justicia social y mejores servicios, pero fueron torturados y tratados con todo tipo de maltrato, como palizas, amenazas de violación, insultos y otras formas de maltrato”, declaró la directora de investigaciones para el Norte de África en AI, Heba Morayef.
Añadió, en declaraciones recogidas en un comunicado, que “es esencial que las autoridades investiguen minuciosamente estas acusaciones y que los probables autores de estos actos sean llevados ante la Justicia”.
La nota de AI explicó que desde mayo de 2017 la policía ha detenido a más de 270 personas, entre ellas activistas pacíficos y periodistas, como parte de las medidas tomadas por las autoridades para abortar la revuelta del Rif que estalló en octubre pasado en la ciudad de Alhucemas y poblaciones cercanas.
“Muchas de estas personas han sido detenidas arbitrariamente y la gran mayoría de ellas todavía están detenidas. Muchas han sido condenadas ya a penas de prisión por cargos relacionados con manifestaciones”, precisó la ONG.
Añadió que al menos 50 detenidos están siendo investigados por cargos relacionados con la seguridad del Estado, mientras que un activista, que se encuentra en libertad condicional, está investigado por terrorismo.
Marruecos forma parte de los tratados internacionales que prohíben la tortura y otros malos tratos, y está legalmente obligado a investigar todas las denuncias de tortura, llevar a los autores ante la Justicia y compensar a las víctimas.
Esos tratados estipulan también que ninguna declaración obtenida bajo tortura será aceptada como prueba ante los tribunales.
(Fuente: Público)
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