Sánchez supera su marca de cinismo: califica de “tirano” a Maduro, acusándole de hacer lo que él si ha hecho y apoyado contra Catalunya

El presidente del Gobierno español, no electo por el pueblo, Pedro Sánchez, se ha superado a sí mismo en su marca personal de cinismo y entreguismo al amo yanqui, calificado de “tirano” al presidente de Venezuela, sí electo por el pueblo, Nicolás Maduro, en una reunión de los que se autocalifican como “Internacional Socialista”, en realidad Internacional de “Sociolistos” al servicio del Imperialismo, en la República Dominicana.

Tras ofender a la razón recordando y asumiendo la versión contrarrevolucionaria, tan propagada por la reacción desde entonces, de la conversación entre Fernando de los Ríos con Lenin en Moscú, y la supuesta pregunta del segundo al primero de “¿Libertad para qué?”, lo que ya anticipaba la línea de su discurso, pasó a referirse a Venezuela y, cobardemente, sin citarlo por su nombre, al presidente Maduro.

En este sentido, afirmo que “quien contrapone socialismo y libertad. Quien responde con balas y prisiones a las ansias de libertad y democracia no es un socialista, es un tirano. Y por tanto, los venezolanos tienen hoy que sentir el aliento de la Internacional Socialista. Tienen que sentir que su lucha por la democracia y la libertad es la razón de ser de nuestros partidos políticos y que por tanto siempre estaremos con ellos”.

Quien apoyó a al gobierno de Rajoy a que respondiese “con balas (de goma, pero balas) y prisiones a las ansias de libertad y democracia” del pueblo catalán y que, por tanto, según su propio criterio “no es socialista”, y al que nunca calificó por ello de “tirano”, muy por el contrario le mostró en todo momento su conformidad con la represión y el encarcelamiento ejercido, se atreve a mirar pajas ajenas por demostrar en lugar de las vigas propias más que comprobadas.

Y no contento con denigrar al gobierno bolivariano, también lo hizo con el nicaragüense, declarando que “los nicaragüenses tienen también que sentir el aliento de la Internacional Socialista. Nuestra misma fraternidad con sus ansias de democracia y libertad en Nicaragua”, en una patética pero beneficiosa muestra de entreguismo al amo y sus consignas. Y a sus compañeros “sociolistos” les faltó tiempo para sumarse a la compraventa política. Durante la reunión de la Internacional Socialista se ha aprobado la expulsión de este órgano al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSNL), que por cierto ya les vale haberse integrado en ella.

Pero el “no va más” se produjo cuándo, a continuación, llegó a afirmar que “no se protege al pueblo de sí mismo, se le protege dejando que se exprese en libertad”. Y esto lo dice aquel que cuando no gobernaba apoyo que al pueblo catalán se le “protegiese de sí mismo” no dejándolo expresarse en libertad e incluso que se le reprimiese violentamente por ejercer dicho derecho en referéndum, y que cuando ha llegado al poder mantiene la imposición de impedírselo mediante la permanente represión, así como la del encarcelamiento de los presos políticos que defendieron y facilitaron el derecho de expresión de los catalanes.

Tras abandonar la República Dominicana viajo a México, donde continua su campaña de declaraciones antivenezolanas. Entre las mismas se deslizó el por qué real de su posicionamiento al lado del imperialismo y los gobiernos más reaccionarios del continente americano: “en esta crisis nos jugamos nuestro papel en el mundo”. Como Aznar en su momento, cuando apoyó la agresión a Irak, Sánchez cree imprescindible integrarse en las filas de los fieles al amo para hacer carrera como “líder” político. El “papel” que persigue, camuflado tras de un supuesto mirar por los intereses del Estado Español, son los suyos propios como “estadista” reconocido por el Sistema.

Más allá de descubrir sus porqués, Sánchez aumento más aún si cabe sus ataques al gobierno bolivariano y al propio Maduro, adoptando también el argumento de la derecha acerca de supuestas migraciones forzadas y exilios masivos de la población. En este sentido afirmo que “Ningún gobernante es virtuoso, ningún gobernante tiene legitimidad si sus ciudadanos se ven obligados a marcharse de su país. Dan igual las razones originales que tenga; la migración forzada y el exilio es inaceptable”. Y lo dice sin inmutarse aquel que mantiene a miles de jóvenes “obligados a marcharse de su país” por falta de oportunidades, así como a políticos catalanes en el exilio por defender los derechos de su pueblo a decidir libremente su futuro. En mera coherencia con sus propias consideraciones Sánchez debería presentar su dimisión al reconocer su carencia de “legitimidad” como consecuencia de estos hechos.

No contento con estas manifestaciones, ha llegado a comparar el exilio de la ultraderecha venezolana con el de los demócratas de los países del Estado Español tras el triunfo del Fascismo en 1939. “Si esos ciudadanos tienen que marcharse en busca de un plato de comida o en busca de libertad, como lleva años pasando en Venezuela, la democracia se revienta, como en 1939 lo fue en España”. Comparar la Venezuela bolivariana con la España fascista constituye el colmo de la ruindad.

Y como guinda a tanta desfachatez y entreguismo al imperialismo, anunció que pretendía ingresar al Estado Español “como observador”, a invitación de otro “progresista” de su misma ralea, el canadiense Trudeau, en el denominado Grupo de Lima, formado por los países latinoamericanos en manos de gobiernos de la derecha más reaccionaria, junto a Canadá, siempre al servicio de los EEUU, creado hace dos años por los norteamericanos para cooperar en la desestabilización de Venezuela. Algo que en su momento no se atrevió a hacer Mariano Rajoy cuando así se le propuso.

Todas estas manifestaciones van más allá del cinismo, es desvergüenza. Carencia del más mínimo resto de ética social, moral personal o principios políticos. Ejemplo práctico de aplicación de aquella genial frase atribuida a Groucho de “estos son mis principios, pero si no le gustan (o no me son útiles para trepar) tengo otros”.

¿Y este elemento es aquel que algunos apoyan para gobernar y con el que pretenden gobernar para cambiar qué? Pero que se puede esperar de unos “radicales” que callan o sólo condenan verbalmente, de forma superficial e intrascendente, la agresión o el apoyo a la agresión contra los pueblos, sea el catalán, el venezolano o el nicaragüense. Parafraseando la supuesta pregunta puesta en boca de Lenin por Sánchez, podríamos preguntarles: ¿cambio hacia qué, para qué?, ¿para esto? ¿Con estos? “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Dime con quien pretendes el “cambio” y te diré lo que realmente será y supondrá ese “cambio”.

Paco Campos para La Otra Andalucía

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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