Protestas por el confinamiento dejan 184 detenidos en Países Bajos.

Las políticas de control y represión social que se están aplicando en todos los Estados europeos están comenzando a ser enfrentadas por parte de la población. Estas políticas, justificadas en la lucha contra el Covid, y que están aumentando la brecha económica entre la juventud trabajadora y las burguesías, además de provocar la precariedad y el paro de miles de personas, están evidenciando que no están inspiradas por preceptos sanitarios, sino por intereses de clase. A medida de que las clases populares se van dando cuenta y comienzan a ser conscientes de lo que les viene tras el Covid, las protestas van en aumento.

La tercera noche de disturbios en Países Bajos dejó cuantiosos daños y al menos 184 detenidos

Las autoridades neerlandesas reportaron que decenas de jóvenes fueron detenidos en medio de los hechos violentos registrados en distintas ciudades del país, principalmente en Den Bosch y Rotterdam, durante la madrugada de este lunes, en la tercera noche consecutiva de manifestaciones contra el toque de queda. 

Una suerte de batalla campal libraron decenas de jóvenes en las calles de ciudades como Den Bosch y Rotterdam en la tercera noche consecutiva de disturbios registrada en Países Bajos en rechazo al toque de queda decretado por las autoridades neerlandesas para intentar disminuir el índice de los contagios por coronavirus. 

Lanzando piedras contra la cristalería de los principales supermercados, farmacias y negocios, los manifestantes provocaron cuantiosos destrozos que durante la mañana de este 26 de enero fueron recogidos por los equipos de limpieza y jóvenes que se unieron a través de las redes sociales para convocar una jornada de aseo y reparación en repudio a los hechos violentos. 

Y es que, aunque desde el domingo el saliente primer ministro, Mark Rutte, había condenado las acciones, que calificó como muestras de violencia criminal, las movilizaciones nocturnas continuaron este lunes y dejaron como saldo al menos 184 detenidos. 

Ante los disturbios y el despliegue de agentes ordenado para intentar contenerlos, Willem Woelers, el jefe de la Policía, precisó que es probable que en las próximas horas el balance de afectación y de arrestos aumente, cuando sean evaluados los consolidados de las distintas ciudades. 

Den Bosch, también conocido como Bolduque, fue uno de los territorios en los que las alteraciones del orden persistieron hasta altas horas, luego de que decenas de jóvenes atacaran a oficiales de la fuerza pública con fuegos artificiales en el centro de la ciudad y de que volcaran varios automóviles. 

“Es inaudito lo que ha sucedido. Esta gente no se da cuenta para nada del miedo, la preocupación, el daño y la vergüenza que producen a los vecinos de la ciudad. Un montón de malhechores lo arruinan todo para muchas otras personas. Somos muchos los que no entendemos nada de este comportamiento”, declaró Jack Mikkers, el alcalde de Den Bosh. 

De acuerdo con lo asegurado por Mikkers, la respuesta dada por los agentes antidisturbios fue lenta, dado que su desplazamiento hasta el área de los enfrentamientos “tardó mucho”, por ello la huella de destrucción aumentó. 

El retraso en la llegada de los oficiales se atribuye a la atención que también debieron prestar en Eindhoven, Oss y Helmond, donde fueron abiertas investigaciones para identificar a los promotores de los disturbios que han logrado atemorizar a los ciudadanos. 

Con cañones de agua, la Policía intentó dispersar las revueltas en Rotterdam, en donde incluso fue realizado un disparo al aire por parte de algunos agentes, luego de que otros oficiales fueran acorralados por algunos manifestantes. 

Entre tanto, las cadenas de vigilancia puestas en marcha desde el domingo en Ámsterdam, La Haya y Haarlem evitaron que los ánimos se caldearan tanto como en Den Bosch y Rotterdam. 

“Ladrones sin vergüenza, no puedo decir otra cosa. Tuvimos que amenazar con el uso de gas lacrimógeno, una medida de gran alcance, me parece triste porque nunca he tenido que hacer algo así en toda mi carrera”, apuntó Ahmed Aboutaleb, el alcalde de Rotterdam. 

Se trata de los primeros disturbios de este tipo en ser registrados en los últimos 40 años en territorio neerlandés, por lo que el saliente Gobierno instó a la calma y reiteró que la medida del toque de queda no es un “simple capricho”, sino una acción para disminuir los casos de coronavirus en la nación, que ya suma 970.111 casos confirmados y 13.772 muertes a causa del Covid-19. 

Fuente: Eél María Angulo/Reuters

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