Nación Andaluza ante la masacre fascista de Málaga

NACIÓN ANDALUZA EN LA CONMEMORACIÓN DE LA “MASACRE DE MÁLAGA” Y LA “DESBANDÁ”

 

Aunque menos conocido que otros, fue el hecho más criminal de la Guerra Civil: más que las matanzas de Badajoz, más que el bombardeo de Guernica… (Norman Bethune “El crimen de la carretera de Málaga-Almería”)

El 8 de Febrero de 1937, las tropas fascistas al mando del General Queipo de Llano entraban en Málaga, ciudad andaluza abandonada por el gobierno de la II República y defendida exclusivamente por milicianos sin instrucción militar y mal pertrechados.

En pocas horas, el ejército fascista, superior en número, en instrucción militar y en armamento, se hacía con la ciudad, provocando el pánico y la huida de miles de malagueñ@s hacia Almería, a través de una carretera que transitaba entre acantilados y el mar. Los que se quedaron en Málaga sufrieron una brutal represión, calculándose en más de mil los asesinados tras la toma de la ciudad. Los que huyeron hacia Almería no tuvieron mejor suerte, sufriendo miles de “bajas” según el argot militar, miles de asesinados, en argot civil. Andaluces/zas desarmad@s que huyeron con las pertenencias que pudieron cargar sobre sus hombros, a pie, en un viaje de más de 200 km., con la desesperación y el miedo como acompañantes.

El plan criminal para escarmentar a la población malagueña no se paró con los más de mil asesinados tras la toma de la ciudad; también fueron perseguidos los civiles desarmados que huían hacia Almería, siendo bombardeados por aire y por mar, muriendo por los bombardeos aéreos y marítimos, aplastados por los desprendimientos de rocas de los acantilados, ahogados al intentar huir hacia el mar. A esta marcha macabra se sumaron poblaciones de la Axarquía y del Poniente Granadino que huían del nuevo/viejo orden que pretendía implantar el españolismo recalcitrante con sus tropas.

Estos fueron los hechos. 78 años después, como siempre ocurre con la historia de Andalucía, nos siguen narrando la historia desde una visión excluyente que nos invisibiliza, desde la inexistencia de un sujeto histórico llamado Andalucía; nos cuentan la represión y el asesinato del pueblo trabajador andaluz como un enfrentamiento entre “dos Españas”, una lucha entre “hermanos”, olvidándose premeditadamente de la cuestión “territorial” y de “clase” que subyace en la forma en que la represión se llevó a cabo.

Varios son los aspectos de la historia que interesadamente se ocultan: el abandono de la Andalucía que resistía al fascismo por parte de los estrategas del gobierno republicano y el inexistente apoyo a los milicianos. Unos milicianos que lucharon también contra la II República por su carácter burgués y capitalista. El abandono de Málaga por la República española propició el rápido avance de las tropas fascistas y el brutal asesinato de miles de andaluces/zas, desarmad@s y abandonad@s a su suerte.

El fracaso de la II República en la lucha contra los movimientos revolucionarios: la revolución de Asturias, ocupaciones de fincas y sublevaciones jornaleras en Andalucía, atentados anarquistas en Catalunya y Madrid, huelgas generalizadas en todo el Estado, movimientos independentistas… hicieron temer por los intereses de la burguesía española, siendo la espoleta que detonaría una sublevación militar que en principio no pretendía derribar la República, sino poner fin a la creciente actividad de los movimientos revolucionarios que hacían peligrar los intereses de la oligarquía. La evolución de los acontecimientos dejaron al ejército sublevado cómo único poder.

La represión sobre la población civil andaluza no es una casualidad ni estuvo motivada por cuestiones de estrategia militar, sino por el peligro que para la ideología dominante suponía una Andalucía donde los movimientos rupturistas, anarquistas, marxistas y nacionalistas suponían para las clases dominantes. Por ello, la represión no fue militar, sino ideológica y generalizada sobre una población que se encaminaba hacia la ruptura con el Estado. La alianza entre las fuerzas revolucionarias, anarquistas y nacionalistas y el intento de sublevar Andalucía en el fallido “Complot de Tablada” fueron decisivas en el alcance de una represión que llegó al grado de genocidio y crimen contra la humanidad.

A pesar de la “limpieza ideológica”, 78 años después aún hay andaluces/zas con conciencia de pueblo y de clase que continúan con la misma lucha que el fascismo interrumpió “manu militari”; que aspiramos a una República Andaluza de Trabajadores y a un nuevo modelo de economía planificada y bajo control obrero. Por todo ello recordamos la “masacre de Málaga” y “desbandá” como parte de la historia del pueblo trabajador andaluz. Ni olvido ni perdón.

¡Abajo el fascismo!

¡Viva Andalucía independiente y socialista!

¡Viva el poder obrero y popular!

 

Andalucía, 7 de febrero de 2016.

Comisión Permanente de Nación Andaluza

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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