“Minority report” en Alemania: proyecto de “detección preventiva” de posibles terroristas

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Las fuerzas de seguridad alemanas testan un nuevo instrumento desarrollado por psicólogos y criminalistas para impedir otro atentado como el del mercadillo navideño de Berlín. RADAR-iTE. Éste es el nombre en clave de la nueva arma secreta de las fuerzas de seguridad alemanas en su lucha contra el terrorismo islamista.

Un instrumento desarrollado por psicólogos y expertos criminalistas que persigue detectar de forma preventiva a los salafistas radicalizados potencialmente dispuestos a perpetrar un atentado. Trata de subsanar los errores humanos y cubrir las lagunas que inevitablemente -y con mortales consecuencias- tiene la lucha antiterrorista. La amenaza yihadista persiste y Berlín no quiere tropezar por segunda vez en la misma piedra. Sobre todo en año electoral.

El atentado del 19 de diciembre en el mercadillo navideño de Berlín lo cambió todo. El primer gran atentado yihadista en suelo alemán, en el que murieron doce personas, fue el aldabonazo definitivo para las fuerzas de seguridad alemanas. Y no sólo porque hacía realidad sus temores y materializaba sus repetidas advertencias sobre el elevado nivel de amenaza sobre el país. El caso de Anis Amri evidenció también las fallas en el trabajo combinado de policía y servicios secretos. A este tunecino de 24 años se le había seguido de forma intermitente durante más de un año -incluso con seguimientos continuos durante meses- pero no se supo entrever qué preparaba.

“Lo valoramos de forma errónea”, reconoció esta semana el responsable de Interior del Land de Berlín, Andreas Geisel. El Centro Conjunto de la Lucha Antiterrorista (GTAZ) abordó en varias ocasiones entre junio de 2015 y noviembre de 2016 el caso de Anis Amri y nunca llegó a considerarlo una verdadera amenaza, pese a saber que frecuentaba círculos salafistas. Geisel indicó que se le tenía por un “pequeño criminal” dispuesto a la violencia, pero no por un potencial terrorista.
Aumento de los radicales violentos
Un segundo problema es el de la coordinación. Porque el Land de Berlín y el de Renania del Norte-Westfalia interpretaron de forma diferente el riesgo que suponía Amri y, desde una perspectiva nacional, actuaron de forma incongruente. El terrorista se aprovechó además del sistema federal, cambiando en diversas ocasiones de lugar de residencia e inscribiéndose ante diferentes autoridades con más de una decena de identidades. El Ministerio del Interior está confeccionando un informe, que debería ver la luz en breves semanas, que busca identificar los fallos de coordinación entre todas las instancias que precedieron al atentado.

A las inconsistencias en la valoración y los problemas de coordinación se suma, además, el significativo aumento en los últimos cuatro años del número de personas del espectro militante-salafista potencialmente dispuestos a la violencia. Según la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA), en estos momentos hay unas 570 personas clasificadas policialmente como “peligrosas” y otros 360 individuos bajo la rúbrica “persona relevante”. Su seguimiento constante es humanamente imposible.
Con el afán de paliar todos estos problemas surge RADAR-iTE, cuyo nombre completo es “Análisis reglamentado de potenciales delincuentes destructivos para estimación de riesgos agudos – Terrorismo islamista” y que para este verano debería estar funcionando en todo el ámbito nacional. Holger Münch, presidente de la BKA, aseguró al presentarlo que “con RADAR-iTE las fuerzas de seguridad pueden centrarse en personas con un alto potencial de cometer un delito violento”.
Perfiles biográficos
Este instrumento -que no es un software basado en algoritmos- consiste en una extensa serie de preguntas sobre cada sospechoso que busca trazar su perfil de la forma más detallada posible. Se ahonda en su biografía, sus encuentros con la policía, su relación con armas o explosivos, sus viajes al extranjero… las respuestas son siempre hechos objetivos basados en la observación y no valoraciones subjetivas sobre categorías difusas como las intenciones o la religiosidad de un sujeto.

Además, las preguntas se han estandarizado siguiendo criterios científicos y se han dispuesto las posibles respuestas por categorías, de manera gradual. En su elaboración ha trabajado durante casi dos años el grupo de trabajo de Psicología Forense de la Universidad de Constanza de la mano de la BKA y para responderlas es preciso un intenso trabajo de seguimiento, ya sea con medios humanos (agentes, infiltrados) o técnicos (escuchas telefónicas y rastreo de comunicaciones por medios digitales).

Con los resultados del cuestionario, RADAR-iTE clasifica a las personas objeto de observación en una escala de tres grados de peligrosidad (elevado, llamativo y moderado). Así, en palabras de Münch, se obtiene una “valoración de riesgos estandarizada” que esquiva arbitrariedades subjetivas y traspasa ámbitos de actuación. Esta categorización, señalan desde la BKA, permite asimismo una mejor priorización en el trabajo de las fuerzas de seguridad y una mayor eficiencia en los seguimientos de los sospechosos. RADAR-iTE es el “siguiente paso para optimizar la actuación policial con los militantes salafistas”, manifestó Münch.

El sistema no tiene por objeto sustituir a los instrumentos que hasta la fecha han utilizado las fuerzas de seguridad alemanas para clasificar a los sospechosos de los círculos salafistas del país, sino que pretende complementar las valoraciones de otros elementos de análisis. Además, la BKA está elaborando otro sistema de análisis de riesgos del que por el momento sólo ha trascendido el nombre, RISKANT (arriesgado).
Terrorismo y elecciones
La aplicación de este sistema policial se enmarca dentro de las medidas que está poniendo en marcha Berlín para afrontar la amenaza del terrorismo yihadista. El atentado de diciembre en el mercadillo navideño fue un aldabonazo y el Gobierno alemán no desea que la crisis de los refugiados o el terrorismo sean temas en la campaña electoral de los comicios generales de septiembre. Menos aún que se repita un ataque como aquel. Quieren evitar el desgaste con cuestiones sensibles. Especialmente por la creciente presión desde la ultraderecha, con la nacionalista e islamófoba Alternativa para Alemania (Afd) situada ya como tercera fuerza política en las encuestas. Los últimos sondeos le dan entre un 10 y un 12% de los votos, tan sólo por detrás de los conservadores de la canciller Angela Merkel y de los socialdemócratas.

En este sentido el Consejo de Ministros alemán ha aprobado en las últimas semanas la posibilidad de detener a aquellos peticionarios de asilo rechazados que representen una amenaza para la seguridad nacional de cara a su expulsión. Asimismo ha dado permiso a la Oficina Federal para la Migración y los Refugiados (BAMF) para que pueda acceder a los teléfonos móviles de los demandantes de asilo con el objetivo de confirmar su identidad y nacionalidad en ausencia de documentos válidos. También ha introducido la opción de colocar tobilleras con un sistema de seguimiento por GPS a aquellos individuos considerados “peligrosos”.
(Fuente: El Confidencial / Autor: Antonio Martínez)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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