La presencia militar china se expande en el Medio Oriente por la creciente necesidad de China de asegurar sus rutas marítimas

Bajo la apariencia de intereses económicos, los chinos establecieron una base estratégica a la entrada del Mar Rojo que les proporciona un punto de apoyo vital en la región, señala un reporte del portal israelí MIDA. El motivo detrás del establecimiento de la base china en Djibouti es la creciente necesidad de China de asegurar las rutas marítimas, que constituyen la tubería de oxígeno para el país.

La pequeña ciudad de Ubuk, a orillas del Estrecho de Bab al-Mandab, que conecta el Océano Índico con el Mar Rojo, ha atraído considerable atención en los últimos meses. En una ciudad situada en la parte oriental de Djibouti, existe un auge de la construcción con una influencia geopolítica y estratégica que es mucho más amplia que la del país africano donde vive menos de un millón de personas. El ímpetu de la construcción, como en otras partes del continente, se origina en Beijing y en las grandes ambiciones chinas de controlar y usar los recursos africanos.

El interés en esta pequeña ciudad radica en el hecho de que en agosto del año pasado se inauguró oficialmente una base oficial china en el lugar, a miles de kilómetros de la costa de China. La base es la primera empresa china con características militares fuera de las fronteras de China, y amplía significativamente sus capacidades militares y económicas en una encrucijada estratégica en la que pasa gran parte del comercio mundial.

El carácter militar del lugar dará fe de los barcos de la armada china enviados a la ceremonia de iniciación y de las quejas de los pilotos de la Fuerza Aérea de los EE. UU. Sobre los rayos láser lanzados contra ellos para interrumpir su vuelo. El hecho de que un ejercicio de fuego real se llevó a cabo el 12 de mayo de este año refuerza la creencia de que se trata de una base con características militares en lugar de un puerto civil.

Desde su creación, la base se ha ampliado constantemente, y hace unos tres meses el ministro de Seguridad Nacional de China anunció que se esperaban extensiones adicionales para actuar contra los piratas y mantener la paz y la estabilidad en la región.

Los chinos no son los primeros en establecer una base militar en Djibouti, y los Estados Unidos, Francia y Japón también tienen bases militares en los medios de comunicación. El motivo detrás del establecimiento de la base china es la creciente necesidad de China de asegurar las rutas marítimas, que constituyen la tubería de oxígeno para el país.

Según MIDA, la motivación de China para apoderarse de recursos en todo el mundo se compone de dos canales paralelos: una clara necesidad económica de alimentar a mil 400 millones de personas, junto con la aspiración de convertir a China en una superpotencia con una influencia decisiva en el orden mundial.

Hasta hace pocos años, los chinos han logrado aumentar su poder sin crear una sensación de amenaza para la arena global en general y para Medio Oriente en particular. Hasta los últimos años, los chinos a menudo han usado el principio de no intervención, que han comercializado para el mundo como un principio rector de su política exterior. Según este principio, China evita intervenir en el territorio de Estados soberanos sin su consentimiento, pero basta con señalar el prolongado apoyo de Pekín a Al-Assad en Siria cuando impide que cualquier intento de acción internacional en la ONU comprenda la naturaleza problemática de este principio.

Entonces, ¿qué es todo esto para Medio Oriente? En primer lugar, la instalación china se encuentra justo dentro de las fronteras del Azar, en el estrecho que separa la Península Arábiga del continente africano y el Mar Rojo, el Canal de Suez y el Golfo de Eilat. La ubicación geográfica indica que China entiende que la política de “no participación”, incluso si fue principalmente retórica, no puede continuar.

Si esta es de hecho la conclusión que surge del establecimiento de la base china, entonces deberíamos esperar implicaciones adicionales para toda la región, así como para Israel. Los chinos ya están operando abiertamente en la región con el fin de consolidar su condición de parte responsable de la rehabilitación de Siria posterior a la guerra civil, y también extender una mano a los iraníes que gimen bajo nuevas sanciones de Estados Unidos.

Si bien no hay un futuro previsible en el que los chinos estén enviando fuerzas militares en gran escala para atacar sus ambiciones, la base en Djibouti sin duda les proporciona un punto de apoyo en la preparación.

El Estado de Israel debe internalizar la importancia del crecimiento en la participación y la presencia china en la región y responder en consecuencia. El primer paso es reconocer a los chinos como un jugador importante en la arena de Medio Oriente, un actor que, incluso si dice que su objetivo total es económico, en última instancia actúa por intereses y necesidades internas.

Después de este entendimiento, el gobierno y las agencias de seguridad deben estudiar a fondo los motivos de China y sus crecientes capacidades e intenciones militares. Sobre la base de esto, se debe diseñar una estrategia integral, no solo por razones de seguridad o económicas, sino para incluir a los vehículos en una imagen completa de acuerdo con la cual el Estado de Israel actuará en sus relaciones con China.

(Fuente: Al Mayadeen)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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