La gran industria se tambalea: ArcelorMittal, la segunda siderúrgica más grande del mundo, anuncia cierres en Alemania

ArcelorMittal, la segunda siderúrgica más grande del mundo, ha anunciado que apagará uno de los dos altos hornos que tiene en la ciudad de Bremen (Alemania) y el cierre de su planta en Hamburgo. La razón principal son los precios del gas y las energías, aunque también la débil demanda del mercado y una perspectiva económica muy sombría. La conocida multinacional del acero representa la frágil situación que vive la gran industria europea, y el futuro cercano que puede vivir el viejo continente.

La profundidad que puede tomar la crisis en este invierno asusta a gobiernos y poblaciones (que son quienes realmente la sufrirán), pero noticias como esta no deberían pillar del todo por sorpresa. Hace ya dos meses, la sindicalista Yasmin Fahimi ya advertía que “los cortes de gas natural en Alemania provocarían el colapso de industrias enteras […] tal colapso tendría consecuencias masivas para toda la economía y el empleo en Alemania», y la patronal alemana lleva semanas o incluso meses avisando de las consecuencias en forma de cierres y parones que las sanciones y la postura de la UE con respecto a la guerra ucraniana iban a tener para la economía. Nada se ha hecho para evitarlo.

El Consejo Europeo de la Industria Química, la principal asociación comercial europea de la industria química, ha enviado una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidiendo una acción urgente de la UE sobre los precios del gas y la electricidad. En el escrito afirman que debido a los altos precios de la energía «no hay futuro para continuar la producción ni certeza para inversiones futuras».

La gran industria agoniza también aquí

La multinacional Arcelor ya ha anunciado un ERTE en su planta de Sestao, que no ha reanudado su actividad después de las labores de mantenimiento que se han llevado a cabo durante el mes de agosto. La medida afecta a un total de 250 trabajadores. Además, el pasado jueves anunciaba la paralización temporal del Horno Alto A de su factoría en Asturias.

En el Estado español, la gran industria ha iniciado el mes de septiembre con más de 1.500 trabajadores bajo un Expediente de Regulación Temporal de empleo (ERTE), y advierte sobre una debacle industrial por los altos precios de la energía en el mercado y el aumento de los costes de las materias primas. Empresas como Acerinox, Pamesa, Ferroarlántica o la mencionada Arcelor ya han anunciado ERTEs y comenzado a reducir la producción en sus plantas, y esto parece que será sólo el inicio en una cascada de cierres que recorrerá toda Europa. 

La crisis del capitalismo occidental no hará sino acelerar una tendencia ya en curso en los últimos años: la degradación general de las condiciones laborales, la precarización o directamente la expulsión hacia la marginalidad social de cada vez más sectores de la población. Y unido a este proceso, la progresiva descomposición del llamado estado del bienestar y de derecho, cada vez más reducido a su aparato político-militar-judicial dedicado a la defensa de los intereses del gran capital. Los tiempos que vienen no serán fáciles.

Fuente: Insurgente.

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