Irán: La falsa “revolución de terciopelo” está condenada al fracaso

Jean Baudrillard, un destacado sociólogo y teórico cultural francés, escribió un libro llamado “La guerra del Golfo no tuvo lugar en 1991”, lo que provocó una controversia generalizada.

Baudrillard argumentó que la guerra del Golfo (del 2 de agosto de 1990 a 28 de febrero de 1991) fue un conflicto bélico librado por una fuerza de coalición liderada por EE.UU. contra el Irak de Sadam Husein. No fue realmente una guerra, sino más bien una atrocidad disfrazada de guerra, afirmó.

Utilizando un poder aéreo abrumador, el ejército estadounidense en su mayor parte no participó directamente en combate con el ejército iraquí y sufrió pocas bajas. Casi nada se dio a conocer sobre las muertes de iraquíes. Por tanto, la lucha “no tuvo lugar realmente” desde el punto de vista de Occidente. Además, todo lo que los espectadores pudieron saber sobre la guerra fue en forma de imágenes de propaganda.

El quid del argumento de Baudrillard fue que la ‘primera guerra del Golfo’ se describió de manera bastante diferente en los medios occidentales de lo que realmente ocurrió durante el conflicto.

Baudrillard sostiene que la conexión entre nuestra percepción, o más precisamente, nuestra visión del mundo y la realidad existente, se ha roto y han surgido dos seres distintos. Por ejemplo, creía que Disneyland se presenta como imaginario para hacernos creer que el resto de Estados Unidos es real.

Si Baudrillard estuviera vivo hoy, probablemente investigaría el caos actual en Irán y produciría un nuevo libro llamado “La revolución de las redes sociales”, en el que reiteraría el binario entre la realidad y lo que interpretamos como realidad.

Los disturbios respaldados por Estados Unidos y sus aliados occidentales y regionales de Asia Occidental en Irán comenzaron con lo que parece ser una nueva “revolución de terciopelo”, muy parecida a las “revoluciones de terciopelo” en las antiguas de las extintas repúblicas soviéticas. https://youtube.com/watch?v=07bZgGBLHqc%3Frel%3D0

Con la cantidad de tuits sin fundamento y noticias falsas difundidas por los medios de comunicación en idioma persa financiados por el régimen saudí, uno podría suponer que los disturbios en Irán han estado ocurriendo durante meses o incluso años, que ha habido terribles enfrentamientos callejeros y que decenas de miles de manifestantes —que en realidad no existen— han sido asesinados.

Contrariamente a las noticias falsas difundidas por los medios apoyados por el régimen de los Al Saud y el de Israel, los bazares, mercados y calles iraníes están repletos de clientes y padres con niños paseando tranquilamente.

Sin embargo, los crédulos espectadores de los medios occidentales se sorprenderían por las ilusiones traviesas de que el país enfrenta una huelga pública, un colapso económico y una agonía social.

Los medios, como Iran International, la BBC e incluso celebridades infames, han inventado un Irán ficticio en el que la gente está construyendo barricadas diligentemente en las carreteras principales y los cadáveres son arrastrados por las calles; oficiales militares de alto rango están tratando de huir; en resumen, la falsa revolución en Irán está ahora al borde de la victoria y ya ha triunfado en ciertas regiones. La brecha entre este “Irán fabricado” y el “Irán real” es enorme.

Esto a pesar de que un informe de la Organización de la Medicina Forense de Irán concluyó a principios de este mes que Amini, de 22 años, murió por efectos de “una intervención quirúrgica debido a un tumor cerebral a la edad de 8 años” y no por supuestos “golpes en la cabeza y en órganos vitales”. https://youtube.com/watch?v=GCOf1RZw-j4%3Frel%3D0

Con todo esto, la campaña de desinformación continúa para empañar la imagen de la República Islámica, y los medios occidentales han recurrido a mentiras acusando a las fuerzas de seguridad y autoridades del supuesto uso deliberado de fuerza contra los manifestantes vándalos.

Al igual que la Vara de Moisés, la “realidad” prevalecerá en última instancia, dejando impotentes a los dragones de los medios. Algunas audiencias finalmente se darán cuenta de las travesuras de las redes sociales, mientras que otras aún querrán sumergirse en la fantasía.

Pero al final, el pueblo iraní es lo suficientemente astuto como para discernir que las “revoluciones de color” e irreales terminarán en nada más que agitación y destrucción, dado que ya han sido testigos de instancias de la democracia estadounidense en Irak y Afganistán. https://youtube.com/watch?v=UMfMWoismks%3Frel%3D0

HispanTV

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