Continúa la persecución y represión anticomunista en Polonia

El Partido Comunista de Polonia (1) informa que el pasado 31 de marzo fueron condenados cuatro de sus militantes por el Tribunal Regional de Dabrowa Górnicza. La condena, de 9 meses de libertad vigilada, multa y la obligación de realizar servicios comunitarios, se sustenta en el artículo 256.1 del Código Penal polaco, que prevé hasta dos años de prisión a quien “públicamente promueva el fascismo u otro sistema estatal totalitario”, y que les fue aplicado por “propagar ideología comunista” en el periódico Brzask (2) y en la web del PCP.

El inicio del caso se remonta a 2013, cuando el diputado del derechista Partido Ley y Justicia (PiS), Bartosz Kownacki, denunció a los dirigentes comunistas ante la Fiscalía. Si bien en aquel momento el procedimiento quedó paralizado, en diciembre de 2015 la oficina del fiscal regional de Katowice lo recuperó y remitió la denuncia al Tribunal Regional que finalmente ha condenado a los y las camaradas.

En el escrito de acusación se señalaba que los militantes comunistas estaban promoviendo públicamente un sistema totalitario al publicar en el periódico “Brzask” artículos “directamente relacionados con el sistema comunista y el marxismo-leninismo, que en el contexto de la experiencia histórica es contradictorio con los valores democráticos”, lo que sin duda iba encaminado a poner en duda la propia legalidad de las actuaciones del PC de Polonia en su conjunto.

El PCP denuncia que en Polonia, sobre todo después de la victoria del PiS en las elecciones del año pasado, se está intensificando la campaña anticomunista mediante el recurso a la equiparación del comunismo con el nazi-fascismo pero que, además, el tratamiento que el sistema judicial da a su organización contrasta abiertamente con el trato que se da a organizaciones de extrema derecha.

Como ejemplo, baste señalar que, al tiempo que los miembros del equipo editorial de “Brzask” eran condenados, los fascistas de la organización ONR (Campo Nacional Radical) se manifestaban libremente en las calles de la ciudad de Bialystok para conmemorar el 82 aniversario del nacimiento de su organización, paseando el símbolo de la falange, antorchas y profiriendo amenazas de “eliminar” a sus enemigos políticos, sin que haya habido consecuencias de ningún tipo. Además, se está discutiendo una propuesta del Ministerio de Defensa polaco para entregar armas a los fascistas dentro de un plan de defensa territorial “ampliada”.

El veredicto de condena a los camaradas polacos fue adoptado al mismo tiempo que el Parlamento del país votaba una ley sobre “la prohibición de la promoción del comunismo”, que obliga a las autoridades locales a cambiar los nombres de las calles y otros objetos asociados al comunismo, lo que supone un ataque contra la tradición del movimiento obrero.

La campaña anticomunista desatada en los países del Este europeo, auspiciada por las autoridades de la Unión Europea y de los principales partidos, se basa en una falsificación de la Historia y en una equiparación absolutamente vergonzosa del fascismo, que fue herramienta del capital contra la clase obrera, con su principal enemigo, el movimiento comunista. La lucha contra estas tergiversaciones y falsificaciones debe ser decidida y firme (3).

(Fuente: Canarias Semanal / Autor: Ástor García)

Notas:

(1) El Partido Comunista de Polonia (Komunistyczna Partia Polski – KPP) fue fundado en julio de 2002 por la Unión de Comunistas Polacos “proletariado”, tras una orden judicial que le prohibía sus actividades en aplicación de la legislación anticomunista.

Electoralmente apoya a la Alianza de la Izquierda Democrática, coalición formada, entre otros, por los socialdemócratas, los sindicalistas del Partido Polaco del Trabajo y los antiguos militantes del Partido Obrero Unificado

(2) Brzask, Amanecer, es el órgano de expresión del KPP. Es una revista de periodicidad mensual.

(3) En concreto en Polonia, en el año 2007 entró en vigor el artículo 256 del Código Penal que establece que la producción, adquisición, almacenamiento, transporte o poseer y mostrar grabados, grabaciones o elementos de otro tipo que sean símbolos de los regímenes fascistas o comunistas, pueden sancionarse hasta con dos años de cárcel.

En Varsovia se creó un Instituto de la Memoria que no es otra cosa que un mecanismo para facilitar la persecución de colaboradores de los ex gobiernos de la época socialista.

Se estableció la suspensión de pensiones a quienes fueron miembros del ejército o la administración antes de 1989. Se realizó una “limpieza” en la Administración, de la que fueron separados o “jubilados” todos los funcionarios anteriores a 1989, que pertenecieron al Partido Obrero Unificado o que tan siquiera habían realizado sus estudios en Rusia.

La Otra Andalucía

El auge del fascismo y la persecución contra los comunistas en la Unión Europea

“Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”

Nos dicen que los comunistas están enterrados, que son una reliquia del pasado en el presente político, y que resultan insignificantes. A menudo se otorga valor de verdad absoluta a tal afirmación, mencionando los resultados de ese supremo acto de prestidigitación que son las urnas de la democracia burguesa. ¿Será?

Sin embargo, los comunistas, igual que el marxismo, han sido enterrados tantas veces que sorprende que sigan siendo el enemigo público nº 1 (y quizás el único enemigo serio) del status quo capitalista. O una de dos: o tienen muchas vidas o la poderosa maquinaria ideológica y represiva del capital no consigue acabar con su semilla.

Mientras que la propaganda sistémica grita a los cuatro vientos la insignificancia de los comunistas, al mismo tiempo eleva el volumen de su anticomunismo. Y que el anticomunismo se haya incrementado en esta última fase del capitalismo, indica el miedo atávico que las ideas socialistas despiertan en la burguesía, pero también y sobre todo señala que ésta identifica en el movimiento comunista al único enemigo serio que reconoce, el único que le hace perder el sueño, la fuente de sus pesadillas más profundas y agónicas, pese a que el movimiento comunista es minoritario.

Decía que estamos viviendo un nueva vuelta de tuerca en el anticomunismo. Y no es casual que venga a coincidir con tres hechos: 1º) el avance del imperialismo euroestadounidense; 2º) la exitosa ofensiva del capital en la lucha de clases; 3º) el auge del fascismo, en sus diferentes variantes, en la democratísima Europa.

Todas las opciones políticas tienen sus detractores en los grandes medios, pero también sus padrinos. Todas las opciones menos una: la que representa el movimiento comunista. Los medios sistémicos nos ofrecen un comportamiento dual con todo lo que tenga que ver con los comunistas:

  1. A) O su existencia es silenciada sistemáticamente, o…
  2. B) Se habla de ellos desde un discurso anticomunista que, de forma grotesca o de forma sutil, busca crear un cortafuegos ideológico para evitar la propagación del virus rojo.

En otras palabras, o no se habla o se habla para mal.

Este anticomunismo no obedece a caprichos ni casualidades. Solo los comunistas señalan y ponen en primer plano el origen de todos los problemas y contradicciones: el capitalismo. Solo los comunistas señalan y ponen en primer plano la única solución existente: el socialismo.

Sin embargo, los dardos de la burguesía contra los comunistas van mucho más allá de la guerra ideológica. Hace ya mucho que la democrática burguesía europea ha decidido llevar su anticomunismo al terreno de la represión política, a la par que ha ido dando alas al fascismo. Los viejos demonios del fascismo como antídoto contra la amenaza roja, parecen haber salido de nuevo del baúl en el que la oligarquía guarda su plan B para épocas de peligro.

El fascismo repunta en mayor o menor medida por todos los rincones de la vieja Europa. La hipocresía de la UE resulta irritante por la doble vara de medir que utiliza: mientras se critica a los fascistas que están en contra de la UE, se mima a aquellos que se muestran fervorosos partidarios de la Europa del capital. Es el caso -por ejemplo- de los nazis ucranianos. ¿Cómo condenar a esos fascistas europeístas si son de los nuestros?, piensan en las trastienda del Poder de la UE. Y además hacen el trabajo sucio: se encargan de perseguir, reprimir, prohibir, encarcelar, diezmar e incluso asesinar a comunistas. No lo dudes: para la democrática UE, hay fascistas buenos y fascistas malos; como hay terroristas islámicos buenos y terroristas islámicos malos. En realidad, la sintonía de la democracia burguesa con el fascismo la vivimos ya en los años 20 y 30 del pasado siglo, pero tenemos mala memoria, muy mala, y la poca memoria que tenemos sufre de reumatismo.

La UE ha puesto especial esmero en ocultar el apoyo y financiación recibidos por los neonazis ucraniamos que protagonizaron un golpe de estado para conducir a Ucrania al seno de la UE y de la OTAN. Ningún medio sistémico, por ejemplo, publicó que algunos de estos neonazis recibieron entrenamiento en algunas bases bálticas de la OTAN. El nuevo gobierno pro-Bruselas de Ucrania cumplió su cometido y hasta declaró ilegal al Partido Comunista. ¿Habéis escuchado alguna vez una mínima condena entre los liberales y socialdemócratas europeos por la canallesca ilegalización del Partido Comunista de Ucrania? ¿Habéis escuchado alguna vez a los progres de Podemos manifestarse al respecto? Por supuesto que no. Ya se sabe, lo de Ucrania fue una revolución popular, como llegaron a difundir algunos podemitas ilustres (la locura consiste en que haya “comunistas” que estén apoyando a Podemos).

¿Que persiguen a los comunistas de Ucrania?… El liberal y el socialdemócrata mira para otro lado. A Ucrania se la espera con los brazos abiertos en la UE. Hasta le han regalado un festival de Eurovisión para fortalecer las simpatías europeístas entre los ucranianos. Siempre habrá quien diga que Ucrania no está todavía en la UE. Pero Hungría sí lo está. Y que Hungría lleve tiempo deslizándose hacia el fascismo, tampoco parece preocupar demasiado en Bruselas, donde se preferible mirar hacia otro lado. Algo parecido a lo que sucede en Polonia.

En efecto, recientemente le ha tocado el turno a los comunistas polacos, aunque en realidad la represión contra ellos viene ya de atrás. Poco importa el auge del fascismo en Polonia.

Gracias liberales y socialdemócratas por vuestra solidaridad democrática con los comunistas perseguidos. No lo dudéis: tendremos buena memoria. No obstante, haríais bien en recordar aquello de: primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista…

(Fuente: Blog del Viejo Topo)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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