Huelva: Alerta en la rivera de Olivargas por otro vertido minero de Matsa. Inquietud en los regantes del Andévalo. El Seprona lo investiga (vídeo)

Ante la denuncia efectuada al respecto, el Seprona investiga un incidente ocurrido el pasado fin de semana en Mina de Aguas Teñidas y que desembocó en un vertido de pasta de mineral altamente contaminada a cauce público junto a la Rivera de Olivargas.

El suceso, según han informado varios testigos y por el material de video-fotografía aportado, se produjo tras un corte de corriente eléctrica en la planta de pasta de Mina Magdalena. El aumento de la presión tras la bajada de tensión habría provocado una rotura en una línea, saliendo la pasta contaminada por la junta de dilatación del conducto, situado junto a la bocamina de Magdalena.

Tras el incidente, la empresa minera ordenó la parada total de la línea controlando la salida de pasta. Una vez estabilizada, los servicios de limpieza y reparación mecánica de la instalación fabril comenzaron a reparar el área afectada por el vertido y se espera que este lunes concluyan las operaciones de limpieza y contención.

El reguero de lodos contaminados, de una dimensión considerable, avanzó rápidamente en dirección al pantano de Olivargas. Aunque el vertido no ha afectado a los dos núcleos urbanos cercanos, Cueva de la Mora y Valdelamusa, queda por comprobar si el lodo ha podido llegar al pantano de Olivargas a través de la ribera y de los barrancos adyacentes. Este embalse, con una capacidad de 28 Hm3, está situado en la Cuenca del Odiel-Tinto-Piedras y sus aguas son utilizadas en esta época de sequía tanto para regadío como para abastecer a la ganadería de la zona del líquido elemento.

Mina Magdalena se encuentra situada en el término municipal de Almonaster la Real, a 7 Kilómetros de las actuales instalaciones de Aguas Teñidas, junto a Valdelamusa. Ambas explotaciones se comunican a través de un vial de nueva construcción por el que se transporta el mineral extraído de mina Magdalena hasta la planta de tratamiento de Aguas Teñidas.

No es el primer vertido que se produce en la zona. Porque la Mina de Aguas Teñidas (Matsa) se vio obligada a activar su plan de actuación ante emergencia por vertido poco antes de la pasada Navidad ante el derrame producido tras una rotura de una tubería de su planta de tratamiento. Según los datos facilitados entonces por la empresa a la autoridad ambiental andaluza, se derramaron 567 metros cúbicos de estériles altamente contaminantes por metales pesados procedentes del tratamiento del mineral de las instalaciones.Por este motivo se vieron afectados más de dos kilómetros de cauce de la zona cercana a las instalaciones.

La Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Huelva abrió por este motivo a Mina de Aguas Teñidas (Matsa) un expediente informativo para aclarar el derrame producido tras la rotura de una tubería el pasado 20 de diciembre en sus instalaciones de Almonaster la Real. Sin embargo, no se ha conocido la sanción impuesta, si es que se llegó a poner.

El Seprona investiga el nuevo vertido de Matsa

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha iniciado una investigación sobre el último vertido de Mina de Aguas Teñidas ocurrido el pasado viernes 2 de agosto junto a las instalaciones de Mina Magdalena. La actuación pericial se completó con una toma de muestras en el lugar del vertido y el entorno natural inmediato y han sido enviadas a laboratorio para su análisis.

Consta una denuncia interpuesta sobre los hechos, que han causado la lógica alarma social y medioambiental en la comarca minera andevaleña al ser el segundo vertido de lodos y pasta contaminante que se produce en siete meses. Máxime cuando la vecina rivera de Olivargas y el embalse del mismo nombre son utilizados ya para el regadío por un número importante de fincas.

La Junta de Andalucía, por su parte, ha asegurado que se trata de un vertido de carácter leve que no ha llegado a afectar a una zona sensible. No obstante, la Junta no ha confirmado si el incidente fue comunicado por la empresa en el momento de producirse el hecho como es preceptivo. Matsa movilizó rápidamente a varias cuadrillas de trabajadores para controlar la escorrentía de lodos y pasta cargada de metales pesados y evitar que esta llegara hasta el cauce fluvial vecino de la instalación minera.

El suceso se produjo tras un corte de corriente eléctrica en la planta de pasta de Mina Magdalena. El aumento de la presión tras la bajada de tensión habría provocado una rotura en una línea, saliendo la pasta contaminada por la junta de dilatación del conducto, situado junto a la bocamina de Magdalena.

Este nuevo vertido de Matsa se produce cuando la autoridad andaluza aun no ha resuelto el expediente abierto a la minera por el ocurrido hace siete meses. De momento, asegura que “está en proceso de resolución”.

Inquietud en los regantes del Andévalo por los vertidos de Matsa

Las comunidades de regantes del Andévalo Minero llevan un tiempo analizando con inquietud los vertidos que se han producido en Mina de Aguas Teñidas y Magdalena. Dos en apenas siete meses que han puesto en peligro de contaminación por metales pesados y aguas ácidas de mina la Rivera de Olivargas. Un cauce que desemboca en el embalse de Olivargas y donde tienen asignada el agua para regar sus campos de cultivo incipientes.

De momento, Matsa ha logrado atajar a tiempo los dos vertidos registrados en la mina, uno en las navidades de 2018 a 2019 y el otro el pasado viernes dos de agosto antes de que las aguas contaminadas por lodos y pasta de mineral entraran en contacto con las aguas del pantano.

Actualmente están anunciadas obras de mejora en el embalse de regulación de Olivargas lo que permitirá aumentar esta zona regable del Andévalo Minero, especialmente en Calañas, La Zarza y El Cerro de Andévalo. Estos municipios tienen previsto regar con su plan de transformación más de 1.500 hectáreas de frutales de hueso, berries, olivar y otros cultivos. Con una concesión de 6,7 hectómetros cúbicos de agua al año. En total, desde Olivargas y el Tamujoso se pretende abastecer a unas 45 fincas de cultivo. El proyecto cuenta con una Autorización Ambiental Unificada (AAU) ya concedida por la Junta de Andalucía.

Los vertidos generan inquietud en los dueños de las fincas y ponen en peligro los empleos agrícolas en la comarca. Empresas como Ginés Export o La Zarza Fruit están asentadas ya en la zona ahora amenazada por las aguas ácidas de mina. Se cultivan cítricos, aguacate, caqui y almendros.

La función de la presa de Sotiel-Olivargas, que dispone de una cuenca receptora de 168 km2 y un volumen medio de aportaciones interanuales de 42 hm3, es regular los caudales que recibe para su aprovechamiento en abastecimiento principalmente a poblaciones del Andévalo y la Sierra de Huelva. Esta infraestructura mejora ostensiblemente la disponibilidad de los recursos hídricos de la zona en las condiciones en las que plantea el proyecto una vez asumida la titularidad por la Junta de Andalucía. Y se ubica muy cerca de las explotaciones mineras de Aguas Teñidas, aguas debajo de Cueva de la Mora.

Estos proyectos se incluyen en una inversión global de 62,5 millones de euros en la provincia de Huelva durante el periodo 2017-2021 para mejoras y mantenimiento de infraestructuras agrupadas en el Sistema de Explotación de la Demarcación Hidrográfica Tinto- Odiel-Piedras y la cuenca encomendada del río Guadiana, el Chanza.

El primer vertido, el del 20 de enero de 2018, ha sido hasta ahora el más dañino para el medio ambiente. Según los datos facilitados por la empresa minera a la Junta de Andalucía, se derramaron 567 metros cúbicos de estériles altamente contaminantes por metales pesados procedentes del tratamiento del mineral de las instalaciones. El derrame descontrolado afectó a más de dos kilómetros de cauce de la zona cercana a las instalaciones.

(Fuente: Diario de Huelva / Autor: R. Moreno)

Vídeo:

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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