(Alemania) La ultraderecha gana las elecciones en Turingia y queda segunda en Sajonia mientras se sumerge en una depresión económica

Un joven porta una bandera con el emblema “Fuck AfD” en una movilización antifascista en Alemania.

Los pronósticos se cumplieron. El partido de ultraderecha Alternativa por Alemania (AfD) se hizo con la victoria en Turingia y la rozó en Sajonia, aunque tendrán muy difícil tocar el poder. Mientras, los partidos de la coalición semáforo —Socialdemócratas, Liberales y Verdes— se desploman a un año de las elecciones generales. La ultraderecha sigue en la principal potencia de la Eurozona la tendencia de consolidación y auge que ya vive en Italia, Francia o Países Bajos.

“Es un triunfo histórico”, proclamó Alice Weidel, la líder de la formación, después de que las proyecciones a pie de urna situasen a AfD a la cabeza de los resultados en Turingia con el 33,1% de los votos, muy por delante de la Unión Democristiana (CDU), que se alzó con la plata aglutinando el 24,5% según El Confidencial. Los alemanes de este Lander dan el triunfo a Björn Höcke, líder más radical de AfD, condenado en dos ocasiones por utilizar símbolos y eslóganes nazis.

La paradoja es que Alice Weidel es una ex economista de Goldman Sachs y consultora financiera. Una representante del capital que no tienen ninguna conexión con sus votantes de base, pero intenta llegar al poder a base de prejuicios y mendacidad. 

En la vecina Sajonia, el recuento fue mucho más ajustado, con el 31,9 % para los democristianos y el 31,3 % para los de Weidel. La Alianza BSW de la popular líder de izquierdas -escindida de Die Linke– Sahra Wagenknecht se alzó con el tercer puesto en los dos estados del Este en sus primeras elecciones en el país.

“El servilismo en defensa del imperialismo estadounidense en Ucrania e Israel está destruyendo la hegemonía del capital alemán”

El economista Michael Roberts analiza las causas de este ascenso señalando que “una encuesta reciente reveló que el 56 por ciento de los alemanes dijeron que temían verse abrumados por la inmigración. Pero la ironía es que el voto de AfD mejoró principalmente en áreas del este de Alemania donde la inmigración era relativamente baja: es el miedo, más que la realidad, lo que impulsa tal prejuicio y reacción”.

En un análisis publicado ayer en su blog señala que “todo esto es producto de la Larga Depresión que han sufrido las principales economías capitalistas desde el fin de la Gran Recesión de 2008-2009, que ha afectado a los más pobres y menos organizados de la clase trabajadora, junto con las pequeñas empresas y los autónomos, que han recurrido al “nacionalismo” en busca de una respuesta, pensando que las causas de su desaparición son los inmigrantes, las ayudas a otros países de la UE y las grandes empresas, en ese orden”.

Y especifica que “la situación se ha deteriorado más en Alemania debido a las secuelas de la crisis pandémica y la guerra en Ucrania. La gran potencia industrial de Europa, Alemania, se ha paralizado desde la pandemia. Y con ella se han desplomado los votos a los partidos tradicionales”.

Señala la creación de un mercado laboral dual que hace crecer el racismo “la decadencia de la economía alemana ha puesto de manifiesto el problema subyacente de un mercado laboral “dual”, con toda una capa de empleados temporales a tiempo parcial para empresas alemanas con salarios muy bajos. Alrededor de una cuarta parte de la fuerza laboral alemana recibe ahora un salario de “bajo ingreso”, utilizando una definición común de un salario que es inferior a dos tercios de la media, lo que es una proporción más alta que la de los 17 países europeos, excepto Lituania. Esta mano de obra barata, concentrada en la parte oriental de Alemania, está en competencia directa con las enormes cantidades de refugiados que llegaron en los últimos dos años. Por eso muchos votantes de Alemania oriental piensan que el problema es la inmigración”.

Y es que “la mayor economía de Europa está en recesión. El PIB real en el segundo trimestre de 2024 cayó un 0,1% en comparación con el primer trimestre de 2024 y la misma cantidad en comparación con el segundo trimestre de 2023. De hecho, el PIB real alemán no ha mostrado crecimiento durante cinco trimestres consecutivos y se ha estancado en los últimos cuatro años”. 

Y señala como  la Cámara de Industria y Comercio Alemana (DIHK) comenta que “Los altos precios de la energía también afectan a las actividades de inversión de las empresas y, por tanto, a su capacidad de innovación”.Y es que “Si las propias empresas dejan de invertir en sus procesos básicos, esto equivaldrá a un desmantelamiento gradual”.

Para colmo, señala Roberts “el ministro de Finanzas, Christian Lindner, que es el líder del pequeño partido neoliberal de “libre mercado” FDP, insiste en recortar el gasto social (sobre todo en el este de Alemania)”.

Y concluye afirmando que “Todo esto demuestra que ni siquiera el capitalismo alemán puede escapar de las fuerzas divisorias de la Larga Depresión. Pero también demuestra que el servilismo del gobierno de coalición alemán en defensa de los intereses del imperialismo estadounidense en nombre de la “democracia occidental” sobre Ucrania e Israel está destruyendo la hegemonía del capital alemán y el nivel de vida de sus ciudadanos más pobres. No es extraño que las voces del nacionalismo y la reacción estén ganando terreno”.

Avatar

Samuel Axarquía

Nacido en la comarca de la Janda. Asentado en la Axarquía. Me gano el pan como administrativo.

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *