Trabajadoras camareras de piso: “Cobrar 1,90 euros por limpiar una habitación es explotación”

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Llegan a cobrar menos de dos euros por cada habitación que limpian, a hacer jornadas de 12 horas, a dejarse los huesos llevando grandes cantidades de peso o a no librar un fin de semana en cinco meses. Las camareras de piso que limpian los hoteles son la cara de la precariedad laboral en el sector turístico que, a su costa, vive uno de sus mejores momentos: la patronal del sector vaticinó que 2016 será el mejor año turístico de la historia de España, donde se han llegado a dar 184 millones de pernoctaciones en hoteles, 44 millones más que antes de 2008, en los inicios de la crisis económica.

“A mí me han llegado a pagar 1,90 euros la hora”, denuncia Blanca (nombre ficticio), que relaciona esta “explotación” con la externalización de servicios que las grandes cadenas hoteleras realizan y que, además, acaba de ser despedida por la empresa para la que trabajaba. La lucha por mejorar las condiciones de este trabajo no es nueva, ya que los sindicatos llevan peleando años por mejorar las condiciones de un sector en el que la mayoría son mujeres y muchas tienen más de 50 años.

Sin embargo, en los últimos años a las trabajadoras fijas y temporales se les han incorporado las camareras de servicios externalizados de los hoteles, que denuncian situaciones de extrema vulnerabilidad como contratos precarios, reducción de salarios que no llegan al mínimo interprofesional y jornadas extenuantes que se ven obligadas a cumplir bajo la amenaza de ser reemplazadas. “Nos sentimos desbordadas ante esta nueva clase de camareras que nacen de una reforma laboral que firma el PP en 2012, que da prioridad a la negociación colectiva de las empresas y no a los convenios provinciales”, denuncia Pepi García, trabajadora del sector y delegada de CCOO.

“Mi jornada laboral era de ocho horas, pero he llegado a entrar a las ocho de la mañana y salir a las ocho de la tarde en Navidad. Y es que no te puedes ir del trabajo hasta que no terminas las habitaciones que tienes que hacer. Yo paraba para comer, pero hay compañeras que ni comen, ni beben agua, ni van al baño porque tienen niños pequeños y a las cinco tienen que estar en la puerta del colegio”, denuncia Blanca.

Según datos de CCOO, el 100% de las trabajadoras, que son más de 100.000, reconoce que la carga de trabajo es excesiva, con un número de habitaciones inabarcable, mientas que el 85 por ciento tiene problemas para conciliar la vida laboral y familiar. “Al final es maltrato psicológico, porque hay días que yo he llegado a sentarme en la cama a las 7 de la mañana, llorar y decir: que me pase algo, que me caiga por la escalera, pero que no tenga que ir al hotel”, relata Blanca.

“Se han aprovechado de la necesidad extrema de las trabajadoras”

Por otro lado, la delegada sindical Eva Escolar indica que “hay empresarios que incumplen la ley” y que “se han aprovechado de la necesidad extrema de las trabajadoras” para cometer ilegalidades y para presionarlas, de modo que ni protesten ni decidan organizarse. “Por ejemplo, el calendario laboral se ha convertido en un arma contra las trabajadoras y deciden si éstas trabajan los fines de semana o festivos según lo bien que se porten, lo que las pone en un estado total de sumisión”.

No es la única arma de coacción por parte de los empresarios del sector hotelero, que se “aprovechan de la situación”, según indica Berta, que lleva meses denunciando esta realidad junto a sus compañeras de la asociación de camareras de piso, “Las Kellys”. Por ejemplo, algunas cadenas han comenzado a implantar que las trabajadoras limpien la habitación con la puerta cerrada. “Todas las camareras nos estamos movilizando y es una forma de escondernos, de que seamos tan invisibles que no se vea que estamos trabajando”, denuncia otra trabajadora, María González.

Eva destaca que trabajando con la puerta cerrada las camareras también están expuestas a las agresiones sexuales. “Yo misma fui a hacer una habitación a un cliente y, cuando le llevé la ropa, me dio 20 euros. Le dije que no aceptaba dinero, pero era extranjero y no debió entenderme. Creyó que no era dinero suficiente y me dio más y me los metía por aquí (se señala el escote). En mi hotel no se trabaja con la puerta cerrada, así que imagínate si me llegan a pillar con él encerrada en la habitación”, relata.

Por otro lado, el trabajo resulta agotador, pero muchos hoteles ni siquiera proporcionan un mobiliario adecuado que proteja a las camareras de sufrir trastornos musculoesqueléticos, un problema de salud que afecta a muchas. Además, la facilidad para despedirlas y reemplazarlas por otras hace que se vean presionadas para no coger bajas médicas. “Hay una rotación de despidos importantes y te expulsan del mercado laboral. Una mujer con cincuenta y pico años, ¿qué mercado laboral va a tener cuando, además, tiene un deterioro importante de su organismo?”, señala Riansares Arribas.

“Pablo Casado, si tu hermano cobra a dos euros por paciente, únete a nosotras”

Las reivindicaciones de las camareras de piso volvieron a tomar protagonismo el martes, cuando el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, respondió a una gobernanta de hotel que la sobrecarga de trabajo de estas empleadas era la misma que la de su hermano, que es médico en un hospital público. “A Pablo Casado le decimos que se una a nuestra lucha si su hermano cobra dos euros por paciente”, ironizaban las camareras de piso al ser entrevistadas por cuartopoder.es.

La gobernanta de hotel le había preguntado a Casado cómo era posible que la economía fuera tan bien si las camareras de piso cobraban dos euros por limpiar una habitación. Según señala Berta, la mujer fue despedida poco después. “Esa persona ademas está bloqueada por varias cadenas hoteleras que no la van a coger nunca”, indica.

A la polémica se unió el presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), Juan Molas, que decía dudar de que las camareras de piso tuvieran “la capacidad o ganas suficientes de organizarse” y apuntaba a “algún movimiento o partido político al que le ha interesado distorsionar ciertas informaciones”. Para Eva, las declaraciones del presidente de la patronal “dan muestra del valor que da a las trabajadoras”.

Las camareras de piso llevan pidiendo desde hace años la mejora de los ritmos de trabajo, una jubilación anticipada o que las estrellas de los hoteles se otorguen en función de si éstos respetan los derechos de los trabajadores. Pero ahora, han decidido volcarse en frenar la situación extrema que viven las empleadas por empresas externalizadas. “Nosotras compartíamos un puesto de trabajo con nuestra familia: los camareros, los cocineros, los recepcionistas… Imagínate qué desarraigo tan enorme: te echan para luego meterte en una empresa en la que tú no tienes nada que ver y, además, te rebajan el salario un 40 por ciento”, resalta Pepi para dar cuenta de la magnitud del problema.

(Fuente: Cuarto Poder / Autora: María F. Sánchez)

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Las Kellys: “Hay que crear conciencia entre las trabajadoras”

Entrevistamos en Madrid a Eva y María, integrantes de Las Kellys. Su objetivo: visibilizar y organizar a las trabajadoras que limpian los hoteles.

Unas 2.000 trabajadoras de hoteles han constituido la Asociación “Las Kellys” con el fin de denunciar la precariedad de sus condiciones laborales y reivindicar unas condiciones de trabajo dignas. Constituida en marzo, están ya presentes en  Barcelona, Benidorm, Cádiz, Fuerteventura, Lanzarote, Mallorca y Madrid.

Entrevistamos en Madrid a Eva y María, integrantes de la Asociación las Kellys, camareras de piso. Su objetivo: visibilizar y organizar a las trabajadoras que limpian los hoteles.

Concretar la entrevista no ha sido fácil, porque los horarios de trabajo en los hoteles son complicados, y una vez que se termina la jornada laboral, todas tienen que ocuparse de otras tareas, además de activar, ir a charlas, difundir la organización del colectivo de camareras de piso. Pero estábamos con muchas ganas de conversar con la Asociación Las Kellys en Madrid, y logramos encontrar el espacio y el tiempo. Estas fueron algunas preguntas que les hicimos.

Ellas son mujeres fuertes, mujeres que se organizan por sus derechos, un orgullo charlar con las Kellys. Queda mucho más por decir, para otras ocasiones.

¿En qué consiste vuestro trabajo y cómo es el día a día?

EVA: Nuestro trabajo consiste en hacer las habitaciones del hotel, además de limpiar los pasillos. Tenemos que subir la ropa a las habitaciones y que encargarnos de todas las zonas que hay alrededor de la habitación. Dentro de las habitaciones, aunque pensemos que solo es hacer la cama y el baño, hay muchos más elementos como bañeras tipo jacuzzi que tenemos que limpiar metiéndonos dentro. Camas que son enormes que deberían de hacerse entre dos personas, pero se hacen solo con una, en la que además el colchón está dentro de un cajón y es pesadísimo.

¿Qué os llevo a formar la agrupación Las Kellys, en Madrid?

MARÍA: Estábamos viendo que éramos muchas las camareras que trabajábamos en los hoteles y que estábamos un poco indefensas, que compartíamos los mismos problemas, teníamos los mismos vacíos. Que no nos hacían caso, que no nos respetaban los convenios, ni los días libres, ni nuestros derechos. Entonces lo que en principio empezó en Facebook, terminó registrándose como asociación. Vimos que así era mucho más fácil acceder a ciertos espacios y podíamos reivindicar con un poco más de fuerza para poder mejorar las condiciones laborales de las camareras de piso.

¿Cómo os relacionáis con otros colectivos?

MARÍA: La asociación es autónoma e independiente. Lo que pasa es que si es cierto que el apoyo mutuo hoy en día según está la sociedad es muy importante. Hace poco estuvimos en un congreso con las trabajadoras domésticas, en otros espacios hemos compartido cosas con gente de Correos, Coca cola, la PAH. Hemos compartido espacio con la gente de los movimientos sociales. Todo lo que sea sumar nos parece perfecto.

¿A qué convenio estáis vinculadas?

EVA: Nuestro convenio está vinculado a hostelería, pero tenemos un convenio más específico que es el de hospedaje. En ese convenio antes de la Reforma laboral entrábamos todas las camareras de piso. Con la Reforma Laboral de 2012 lo que ocurre es que a través de esta ley un convenio de empresa está por encima de un convenio sectorial. Y esto es sencillo: antes cualquier convenio que se hiciera en una empresa no podía tener unas condiciones inferiores a un convenio sectorial. Ahora al hacer que el convenio de empresa sea superior al sectorial, permite que las condiciones de trabajo en la empresa puedan ser inferiores. (…) Con lo cual todas las condiciones de trabajo en las empresas externas están en los mínimos, están casi igual que en el Estatuto de los trabajadores y esto es un problema enorme, porque además de que el convenio está en mínimos, ni siquiera se cumple este convenio.

En importante conocer que las camareras de piso están trabajando a destajo. En los hoteles nos ponen en trabajo, el que sea, y solo cuando terminas te vas.

¿Os están ayudando los sindicatos?

MARÍA: Las Kellys somos autónomas, no vamos de la mano de ningún sindicato. Ellos sí han denunciado a muchas empresas externas, y hay muchos convenios de estas empresas que están impugnados, entonces a los sindicatos no se les puede quitar el mérito, entre otras cosas porque siguen siendo necesarios. Pero después de estas denuncias, imaginamos que habrá un paso posterior. Porque nos consta que hay muchas empresas que tienen el convenio impugnado y están trabajando y no pasa nada, como una tomadura de pelo a los trabajadores.

EVA: Los sindicatos son importantes por una cuestión. Son los encargados de denunciar y por ejemplo han conseguido que en algunas empresas sus convenios queden anulados. Un convenio anulado es como si no hubiese existido por lo cual los trabajadores deben de ser indemnizados y adscritos a su convenio colectivo. También es muy importante que los trabajadores estén organizados, cuando hay un sindicato y hay delegados y comités de empresa se defienden mucho más los derechos de los trabajadores.

Pero ¿qué ha pasado con las empresas externas? Que según está estipulado ahora mismo se ha sacado a los sindicatos de estas empresas, y ya no pueden ni negociar los convenios ni organizar a las trabajadoras. Es por ello que las trabajadoras nos hemos visto obligadas a hacer otro tipo de organizaciones. Ha sido esta Ley [de reforma laboral] la que ha sacado a los sindicatos de las empresas. De hecho, pensamos que estas empresas han surgido para que los trabajadores perdamos todos los derechos posibles de organización. La pauta es la externalización para que los trabajadores no tengamos derechos laborales.

El turismo ha sido uno de los grandes ingresos para la economía española en el último tiempo. Pero, ¿ha mejorado vuestro sueldo y condiciones de trabajo?

MARÍA. Pues no, no ha mejorado, estamos viendo que las estadísticas se están disparando, por ejemplo, aquí en Madrid, el turismo supone el 6% del PIB. La señora Cifuentes (…) ha dicho que va Madrid va a ser el puerto de entrada y salida, para que los clientes entren y salgan y pernocten y aumenten la ocupación. Muy bien, pero nuestras condiciones laborales son pésimas. Cuando nosotras nos quejamos de cómo está el sector, nuestro gremio, no lo estamos inventando: es tan sencillo como hacer un estudio de salud laboral y ver cuántas enfermedades laborales arrastran las camareras.

¿Cómo son los turnos? ¿Os respetan los días libres, vacaciones, etc.?

EVA: Los turnos son otra arma que utilizan para tener a las trabajadoras sumisas. No se respeta ningún tipo de cuadrante, llegado al punto en el que nos avisan día a día de nuestros turnos. Esto hace que las personas estén sometidas a que les llamen o no. Los fines de semana también se han convertido en arma de chantaje. Nosotras al trabajar fines de semana y festivos es muy difícil conciliar nuestro trabajo con la familia y nuestra vida social en general. Los fines de semana se utilizan como premio o castigo para “las buenas” y “las malas” trabajadoras. Está regulado por Ley que tenemos que tener un cuadrante y que tenemos que saber cuándo libramos.

¿Ha habido represalias al crear la Asociación?

MARÍA: Si, a partir de crear la asociación y de defender nuestros derechos. Si defiendes tus derechos, te cuelgan una etiqueta de activista, de follonera y de todo lo que ellos quieren. Ha habido represalias como suspensiones de empleo y sueldo. Una compañera nos decía el otro día que por negarse a realizar una función, un trabajo que no está contemplado en su categoría, le han aplicado una suspensión de empleo y sueldo. Si protestas te pueden dejar los peores turnos, pueden quitarte días libres a modo ejemplarizante. Y sí, está claro que hay despidos, despidos disciplinarios. Pero hay que seguir trabajando. Este es un trabajo feminizado, seguimos trabajando porque tenemos que sacar a las familias adelante y necesitamos nuestro trabajo.

¿Cuáles son vuestras principales reivindicaciones?

MARÍA: Nuestras principales reivindicaciones son la jubilación anticipada, el reconocimiento de las enfermedades relacionadas con el trabajo, la no externalización. También luchamos por que los hoteles se rijan por el convenio provincial/sectorial. Que se cumpla el capítulo III de la Ley PRL y que se cumpla el artículo 34 del Estatuto de los trabajadores que regula jornada laboral y descansos entre otras.

¿Qué acciones reivindicativas estáis realizando en este momento?

MARÍA: Sobretodo visibilizar, porque somos “las nadies” de los hoteles, y porque hay que crear conciencia entre las trabajadoras. Hay mucho miedo a quedarse sin trabajo. Denunciamos públicamente en medios, hacemos actos de protesta frente a los hoteles y frente a algunas patronales y presentamos denuncias en inspección. Mantenemos encuentros con grupos parlamentarios, ayuntamientos, juntas de distrito y algunos sindicatos y acompañamos a trabajadoras en las concentraciones.

(Fuente: La Izquierda Diario / Autoras: Soledad Pino y Raquel Sanz)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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