Con el telón de fondo de las amenazas de agresión militar por parte de Estados Unidos, este fin de semana se produjeron una serie de provocaciones en la frontera colombo-venezolana. Análisis de un golpe de estado en curso.
Este domingo 24 de febrero, unos sesenta paramilitares rodearon un cuartel de la Guardia Nacional Bolivariana, según informó la periodista Madelein García de TeleSUR desde el lugar. El asalto duró alrededor de una hora. En el puesto de mando de La Mulata había una treintena de soldados. Los paramilitares exigieron su rendición y la entrega de las armas. Se dirigieron a las fuerzas armadas venezolanas: “Entréguense, no pierdan la vida por este gobierno, no vale la pena, vengan y negocien. Haremos un cambio de gobierno”.
Los jóvenes oficiales expresaron su moral: “¿Qué estábamos pensando en ese momento? Por lo menos resistir, no quería rendirme, no quería rendirme, quería seguir luchando. Rendirse era la muerte”….. Uno de ellos dijo estar preparado para otro ataque: “Debemos mantener siempre la misma motivación para defender la patria”. En la localidad fronteriza de Ureña, los opositores prendieron fuego a un autobús y a la entrada de la escuela bolivariana. Tácticas de vandalismo callejero ya utilizadas en Venezuela en 2014 y 2017. Un autobús que llevaba a los artistas al concierto por la paz “Para la guerra, nada” en el lado venezolano de la frontera fue atacado por la oposición.
La ayuda humanitaria, ¿se fue en cenizas?
El incendio del camión en el puente Bolívar, cuyas imágenes han viajado por todo el mundo, parece haber sido iniciado por jóvenes colombianos. A diferencia de la versión que acusaba a las autoridades de la policía de fronteras, las imágenesmuestranun cóctel molotov lanzado al camión. La televisión local también pudo filmar la preparación de estos proyectiles in situ. Además, portavoces del gobierno venezolano han proporcionado imágenes que contradicen la versión de un camión que contenía “ayuda humanitaria”, y mostraron los restos humeantes de los kits previstos para ser utilizados en las tácticas de bloqueo de las calles.
“Kit Humanitario”. Foto : Madelein Garcia
Bajo el puente de Bolívar, los manifestantes colombianos estaban preparando una incursión en territorio venezolano frente a las cámaras de TV Cúcuta. Refiriéndose a una acción probablemente coordinada con los paramilitares, uno de sus líderes dio una instrucción clara: “Lo que quiero decirles es que tan pronto como regresen allí y los elementos empiecen a rendirse y a tomar posesión de las armas venezolanas, hay que dar de baja a esos bastardos”, es decir, matar a los hombres que se entregarían.
Para García, “si la caravana con “ayuda humanitaria” hubiera avanzado con el equipamiento para los bloqueos callejeros, habría sido difícil para los refuerzos ayudar al puesto atacado por los paramilitares. Una vez tomado el control del puesto de la Guardia Nacional Bolivariana, la calle Ureña habría sido la cabeza de puente.
Muy temprano por la mañana, la tensión en el Puente Bolívar estaba en su punto álgido, cuando tres soldados del desierto estrellaron su vehículo hacia las vallas causando varios heridos, entre ellos una policía de fronteras y una periodista chilena.
Más tarde ese mismo día, la fotoperiodista chilena Nicole Kramm explicó: “Querían matar a civiles en la frontera. A toda velocidad. Me escapé por los pelos. No puedo creer que se presentasen como héroes”.
Periodista freelance, Kramm forma parte de un colectivo de fotoperiodistas y colabora con varios medios de comunicación, entre ellos Piensa Prensa, que emitió este vídeoen el que uno de los manifestantes confiesa que el camión fue quemado por un cóctel Molotov.
Desde la ayuda humanitaria hasta la justificación de las muertes
El sábado 23, las imágenes de un camión en llamas destinado a llevar ayuda humanitaria a través de la frontera se utilizaron para exacerbar las tensiones, incluso para pedir una intervención militar. La ex diputada venezolana de derecha María Corina Machado, conocida por su papel activo en lasecuencia de violencia callejera de 2014 para reproducir el patrón de las “revoluciones de color”, resumió el incidente sumariamente: “Lo hicieron. Atacaron un convoy de ayuda humanitaria. Hemos pasado a otro nivel. Palabras que resuenan con las repetidas amenazas de intervención militar de la administración Trump esta semana: “De ahora en adelante todas las opciones están sobre la mesa”.
Ejemplo de fotomontaje publicado en redes sociales
El padre franciscano en el exilio José Palmar también pidió una intervención: “Ante esta abominable violencia en la que hay muertos y heridos, pido al presidente Juan Guaidó, en el ejercicio de sus facultades, que invoque el artículo 187 de la Constitución Nacional que dice: “Autorizar el uso de misiones militares venezolanas en el exterior o en el extranjero en el país”.
Por la mañana, una marcha de oposición con el diputado venezolano Ismael García se dirigió desde Cúcuta, Colombia, al puente Las Tienditas en la frontera venezolana para forzar la entrada por razones humanitarias. Su discurso fue el de evangelistas fanáticos comparándose con Moisés. Colocados cerca, soldados del ejército de EE.UU. y Colombia estaban al acecho. Pero los planes no salieron como previsto.
Logotipo que reproduce fraudulentamente el de la Cruz Roja con el fin de influenciar en la opinión pública mundial
El Comité de la Cruz Roja Internacionaldenuncióel uso de un falso logotipo de su organización por parte de la oposición venezolana, recordando que la Cruz Rojano participaría en esta campaña, considerando que “no es ayuda humanitaria” lo que se está entregando. “Hemos sabido que hay personas que no están afiliadas a la Cruz Roja Colombiana ni a la Cruz Roja Venezolana y que llevan los emblemas de la Cruz Roja en la frontera Colombo-Venezolana y Brasil-Venezolana. Les instamos a que dejen de hacerlo. Sus intenciones pueden ser buenas, pero pueden poner en peligro nuestra neutralidad, imparcialidad e independencia.
Tras el fracaso de la operación que pretendía cruzar la frontera desafiando el derecho internacional, el senador Marco Rubio mostró la verdadera intencion detrás de la supuesta ayuda humanitaria, al publicar la foto obscena del sangriento linchamiento a Gadafi : una amenaza evidente al presidente Nicolás Maduro.
El diputado Guaidó reiteró su negativa a comprometerse y su justificación para derrocar a un gobierno elegido democráticamente. “Hemos apostado mucho y estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para la libertad. Así que no hay duda de que estaremos a la altura del reto. Es el que usurpa funciones hoy quien ha puesto un costo en vidas humanas en la transición cada día que pasa, amenazando con supuestos francotiradores. No tenemos miedo. Ya hemos hecho muchos sacrificios aquí. Y no será en vano. No serán en vano todos los sacrificios y costes que ya hemos pagado. Porque para nosotros no es un coste, es una inversión de futuro”.
Después de la batalla de imágenes que tuvo lugar este fin de semana, Guaidó tiene previsto reunirse con el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, el lunes. Este dijo que tras su reunión anunciaría “medidas concretas”. Al menos las cosas están claras: por un lado, el concierto de recaudación de fondos se utilizó como pretexto para realizar peligrosas provocaciones, buscando una reacción de las autoridades venezolanas. Por el otro, eso pone en evidencia que no es el diputado Guaidó quien dirige el cotarro, sino el presidente Trump quien es su patrocinador.
Lamentablemente, la oposición venezolana ha caído en una trampa fatal para las personas que busca salvar. Es parte de un escenario macabro escrito por estrategas de guerra híbridos estadounidenses.
La defensa de la paz va de la mano del derecho a la información. Esto requiere una mente crítica y no ser arrastrado a una ola de pánico alimentada por prejuicios y manipulaciones.
Vine al mundo en Granada en 1977. Soy licenciado en Geografía y trabajador en la enseñanza. Escribí "La identidad andaluza en el Flamenco" (2009) y "La memoria desmontable, tres olvidados de la cultura andaluza" (2011) a dos manos. He escrito en los libros colectivos "Desde Andalucía a América: 525 años de conquista y explotación de los pueblos" (2017), "Blas Infante: revolucionario andaluz" (2019) y "Andalucía con Palestina" (2024).
Vine al mundo en Granada en 1977. Soy licenciado en Geografía y trabajador en la enseñanza. Escribí "La identidad andaluza en el Flamenco" (2009) y "La memoria desmontable, tres olvidados de la cultura andaluza" (2011) a dos manos. He escrito en los libros colectivos "Desde Andalucía a América: 525 años de conquista y explotación de los pueblos" (2017), "Blas Infante: revolucionario andaluz" (2019) y "Andalucía con Palestina" (2024).
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