C´s – Andalucía, el gatopardismo que llegó vía Sanlúcar

Ciudadanos, el partido que ha hecho posible el actual gatopardismo andaluz – que todo cambie, para que todo siga igual– apoyando al PSOE que gobierna la comunidad desde 1982, está controlado y dirigido en Andalucía por cuatro personas cuyo denominador común, además de militar en el mismo partido, es que son viejos amigos de veraneos en la localidad de Sanlúcar de Barrameda, Cádiz. Uno de ellos el Secretario General de Ciudadanos, Matías Alonso Ruíz, ex oficial de Artillería, parlamentario catalán por Tarragona y número dos del partido tras Albert Rivera. Ahí, junto a la desembocadura del Guadalquivir, se transmiten las grandes decisiones del partido naranja en el Sur que afectan al gobierno de la Junta. Lógico, por tanto, intentar adentrarse en cómo son y quiénes controlan una formación que nació anteayer y que tiene la llave del gobierno y la estabilidad política de la autonomía más importante de España.

Muy pocos en Andalucía entendieron la política de fichajes cuando la formación Ciudadanos, nacida en Barcelona, decidió convertirse en partido de ámbito estatal y empezó a dar a conocer a sus flamantes dirigentes territoriales y provinciales. Al menos no se entendió muy bien en el caso andaluz.

Resultaba especialmente llamativo ver en esos meses cómo paralelamente, gente del PP o muy próxima, intentaban influir a la chita callando en la implantación del nuevo partido de los naranjitos. Luego se sabría que todo lo hicieron premeditadamente, especialmente en determinadas provincias, porque algunos cuadros populares entendieron que había que controlar al partido emergente, “por si hacían falta sus votos para mantener determinados gobiernos municipales y los intereses que de ellos dependían” confiesa uno de los intervinientes en este tipo de operaciones.

Estaban entonces convencidos en el PP de Moreno Bonilla que Ciudadanos no acabaría ayudando a gobernar al eterno PSOE andaluz y que respetarían al grueso de su electorado fugado del PP  con el voto de derechas. Hubo lugares como Almería donde, además del PP, metieron baza grupos empresariales vinculados a las contrataciones y presupuestos públicos.

Incluso algún lobby empresarial ha logrado “colocar” a familiares o antiguos socios en puestos de salida de las listas. Es el caso de una diputada andaluza o el de un diputado en el Congreso, ambos de C´s,  del que se han conocido antiguas  conexiones mercantiles que le unirían a intereses defendidos por el PP. Una práctica, la de permitir candidatos de lobbys bajo las siglas del partido, usada con descaro en el PP andaluz desde hace tiempo en algunas provincias, mientras que en la izquierda colocan a sindicalistas. No obstante a estos movimientos habitualmente sospechosos,–más de lo mismo por los bajos fondos de siempre– el discurso ético, fresco y creíble de Albert Rivera invitaba a pensar que esto no sucedería en su joven partido. Los resultados electorales avalaron sucesivamente esa confianza en Rivera que se mantuvo a lo largo de las citas electorales de 2015. Por ejemplo, plantear en su programa electoral eliminar las diputaciones, no los servicios que prestan, fue un mensaje claro de C´s  contra más de medio centenar de focos de corrupción, de clientelismo político y familiar, que la gente captó de inmediato, especialmente al ver la respuesta airada y numantina de la vieja política a esa propuesta.

Sin embargo, el hecho de que Ciudadanos optase en alguna provincia por personas afectadas por procedimientos judiciales, caso del entonces imputado Miguel Cazorla en Almería por presunto delito societario, que acabó archivado meses después por incomparecencia a la vista oral de un testigo clave, ya supuso una primera señal de alarma respecto a la calidad de los filtros empleados por Vicente Castillo y Manuel Buzón en Andalucía.

Sanlúcar, capital andaluza de Ciudadanos

Ante las autonómicas andaluzas, Albert Rivera y su Secretario General, no dudaron y optaron por un político veterano, baqueteado en el municipalismo de Sanlúcar de Barrameda, localidad gaditana donde muere el Guadalquivir, famosa por sus langostinos, su manzanilla de sabor único y, desgraciadamente, por ser el segundo municipio de España con “mayor tasa de riesgo de pobreza”. Juan Marín, entonces Teniente de Alcalde en el gobierno local apoyando al PSOE, salía confiado a la carrera interna del liderazgo porque jugaba con ventaja.

Frente al candidato oficialista Marín con trienios de concejal en su pueblo, tras haber militado en varios partidos, Rivera y Alonso tenían a otro aspirante más joven, conocido y popular, el senador granadino Luis Salvador, con un perfil totalmente distinto al de Marín.

El senador procedente del socialismo andaluz, con experiencia parlamentaria, aparentaba muchas ganas de plantarle cara desde C´s a sus antiguos compañeros del PSOE, que en Andalucía ya empezaban a ser más susanistas que socialistas. Luis Salvador era “temido” en el PSOE por su crítica acerada y permanente en los medios. Además el aspirante no confeso a liderar la revolución naranja en Andalucía, estaba curtido en el conocido como TDT Party, esas tertulias televisivas en las que la mayoría de opinadores de derechas intentan convencer a gente de derechas de que hay que apoyar a la derecha y, para enjaretar el discurso,  día sí, día también, ponen a caldo en el plató a un rojo de guardia , normalmente ex de algo, que casi siempre se deja usar como esparring con tal de seguir en el candelero y, de paso, ajustar algunas cuentas con los de su partido.

La elección de Juan Marín frente a Luis Salvador sorprendió bastante, especialmente a la opinión publicada y singularmente a la militancia oriental de C`s que desde el principio dieron por hecho que el político granadino sería el elegido. Muchos pensaron que, una vez más, habían llegado esos políticos foráneos que no se enteraban muy bien de cómo es Andalucía en realidad, situación que ya se vivió cuando la Operación Roca (Junyent). En todo caso nunca se publicitaron los factores que habrían podido influir en la decisión tomada finalmente para elegir líder de Andalucía a un veterano concejal de Sanlúcar. Entre otras cosas porque en el arranque del proceso no hacía falta dar cuenta de algo meramente interno. Luis Salvador sí explicó en privado a su círculo de amistades que rechazó el ofrecimiento del mismísimo Albert Rivera porque lo que a él le apetecía y mucho era continuar su actividad política en Madrid.

Puesto de Mando: Alonso, Castillo, Buzón y Marín

Más que en manos de Rivera, la gestión de la implantación territorial estuvo a cargo de su número dos, el Secretario General Matías Alonso Ruíz, nacido en La Línea de la Concepción (Cádiz) al que, pese a ser diputado en el Parlament de Catalunya por Tarragona, se le supone una pátina de autoridad para tutelar con conocimiento los temas andaluces. Y así fue.

Aseguran fuentes conocedoras de la génesis de Ciudadanos en Andalucía que “la realidad es muy simple, aunque pueda sorprender por increíble. Matías (Alonso) y su segundo, Vicente Castillo, (Subsecretario de Implantación de C´s), eran grandes amigos de Manuel Buzón y de su cuñado Juan Marín y esa amistad, surgida durante los veraneos de Matías y Vicente en Sanlúcar,  fue clave a la hora de elegir a la persona que debería liderar el partido en Andalucía. Juan Marín tenía toda la confianza y daba el perfil que a ellos interesaba”

“Estamos hablando del núcleo duro del que conociamos en el partido como ‘Clan de la manzanilla’ y la relación personal establecida entre estos cuatro personajes claves en Ciudadanos –todos buenos aficionados taurinos–  sustentada más en el ocio y la amistad que en las capacidades políticas respectivas”, así describen la estructura de poder personas que han abandonado la formación en estos meses y que no dudan en definir a C´s Andalucía como un “cortijo andaluz con señorito, capataz y dos leales peones”.

“Con el pretexto de la avalancha de militantes y de que se ha colado mucho indeseable en el partido, con esa excusa, están aplicando decisiones disciplinarias durísimas contra gente que les discute sus órdenes, personas que no se someten al caprichoso dictado sin debatir o analizar los temas previamente”.

El concejal de Jaén, Iván Martínez, que se presentó por las listas de C´s, fuera ya del partido, acaba reconociendo amargamente que en unos meses tan solo ha podido conocer de cerca la peor cara de la política “esa que ilusionados veníamos a combatir y cambiar desde Ciudadanos”.

Jaén, el primer chispazo serio

En la capital del Santo Reino, Jaén,  Ciudadanos obtuvo tres concejales que hoy ayudan a gobernar al PP como ‘no adscritos’ y a los que se amenazó con expulsar de C´s argumentando en su contra que habían votado a favor de una subida de asignaciones. Los concejales llamados “tránsfugas de Jaén” dicen que pueden demostrar que el responsable territorial, Manuel Buzón, les autorizó la subida y por escrito. Que lo único que se les pidió es que la subida de sueldos estuviese desvinculada “por razones de imagen” al pacto de gobierno. Como también pueden demostrar que fueron ellos los que el 5 de febrero pasado, comunicaron vía burófax que abandonaban el partido.

En el extenso documento enviado, entre las muchas razones esgrimidas para darse de baja sobresale ésta “Se nota cómo C´s quiere construir un partido controlando a todos sus cargos, ‘sin debate ni pensamiento’, un cuerpo pretoriano forjado en Barcelona y ahora con mudanza a Madrid que busca en sus franquicias regionales disciplinados soldados a la orden del César y cuando algo no cuadra, la maquinaria de “vieja política” hace que estalle el problema”.

Cuentan los concejales jienenses que sus primeros problemas con el que ellos denominan en su escrito ‘clan de la manzanilla’ surgieron cuando la constitución de los nuevos ayuntamientos. Por aquel entonces, aseguran que les llegaron presiones brutales desde Sevilla/Sanlúcar para que Ciudadanos apoyase un alcalde socialista en Jaén capital, sillón cargado de simbología para el PSOE  (Gaspar Zarrías, Micaela Navarro) que siempre controló la provincia. Desde Madrid, sin embargo, la orden por escrito fue de apoyar al PP, cosa que hicieron, y finalmente el popular Fernández de Moya fue investido nuevamente alcalde.

También cuentan que después recibieron presiones para que no apoyaran el proyecto del Jaén Plaza, el pelotazo urbanístico que empresarios almerienses conveniaron con el anterior Ayuntamiento de Jaén del PP. La consigna nada tenía que ver con el Jaén Plaza directamente, “ni con lo que se pudiese ocultar detrás de la millonaria operación, la orden que teníamos era hacerle como fuera la vida imposible al PP, votando contra todo lo que propusieran”.

Los concejales aseguran que con lo del centro comercial solo les guió la creación de mil puestos de trabajo, “muy necesarios para Jaén” y que desconocían que Gabriel Amat, el presidente del PP, de la Diputación de Almería y alcalde de Roquetas, tuviese intereses societarios familiares en el arranque de esa operación urbanística, “operación que aún le quedan trámites y tiempo para concluir, así que ya veremos cómo y cuándo acaba” afirman.

El núcleo de poder sanluqueño se consolida

Estos conflictos con los concejales de Jaén fueron chispazos mediáticos y orgánicos que sacudieron a la formación naranja en Andalucía, entre otras cosas por ocurrir en un ayuntamiento de capital de provincia.

Mientras tanto, el aparato regional del partido se iba conformando de tal manera que, paso que daban en Sanlúcar/Sevilla, solo conducía al nuevo partido a establecer las bases de una dirección más férrea, más dictatorial, menos democrática, más controladora y de la absoluta confianza de quien mande en Andalucía. “Yo no sé realmente si el que manda de verdad es Juan Marín o por el contrario el importante en las decisiones es su cuñado Manuel Buzón,  nexo de unión con C´s a través con su viejo amigo  Vicente Castillo” cree saber el concejal Iván Martínez.

Y así es como el “clan de la manzanilla” empezó a crecer y acaparar poder interno, con el denominador común de mantener estrechos lazos con el nuevo aparato, ya sean familiares, de amistad, de paisanaje o vasallaje. “En Ciudadanos-Andalucía están cometiendo el mismo error que los de la vieja política al apostar por promocionar a los más dóciles en vez de promover a los mejores”, opina un politólogo que ha asesorado al partido.

Así, junto a Marín y Buzón, nos encontramos a Ella Núñez, sobrina de Marín, en tareas de Comunicación; o a Elena Sumariva, que ya trabajó con Marín en su joyería y que hoy, además de concejal en Sanlúcar, forma parte del staff presidencial como persona de su absoluta confianza en labores de coordinación regional.

Esta práctica, la de colocar o enchufar a familiares o amigos incondicionales, tan estrechamente ligada durante décadas a la vieja política del bipartidismo y demasiadas veces a la corrupción, en un partido que teóricamente toca poder pero que no gobierna, que llega con un discurso ético sobre el papel incuestionable, adquiere relevancia y rechazo generalizado cuando la democracia interna, la promoción de la gente más válida, queda relegada a los discursos en televisión y en los mítines; mientras la realidad diaria demuestra que se puede caer con mucha facilidad en el tan criticado amiguismo,  compadreo o nepotismo político.

Familia que milita unida, permanece unida

Y si en la cúpula de C´s Andalucía se ha instalado la promoción familiar y el cuñadismo, icono tradicional de la Marca España desde la época de Serrano Suñer, “cabe imaginarse lo que sucede de ahí para abajo” asegura por su parte un concejal malagueño de C´s que dice estar “desencantado” por lo que está viendo en su provincia, especialmente en la diputación de Málaga, donde Elías Bendodo gobierna desde el PP gracias al apoyo de C´s y donde todo sigue igual que antes con una “oposición de salón y guante blanco”.

En estas cuestiones de familia unos tienen más suerte que otros a los ojos de quienes mandan. Se pone como ejemplo el caso de Raquel Morales, que encabezó la lista de Jaén sin obtener el acta que pronosticaban las encuestas y que ha asumido el cargo de Coordinadora Territorial de Andalucía, como mano derecha de Manuel Buzón en Sevilla, volcado fundamentalmente en los cónclaves del PSOE/Ciudadanos en aras a garantizar la gobernabilidad y la estabilidad del gobierno de la Junta, así como al diseño de estrategias parlamentarias conjuntas.

La señora Morales, oriunda de Marmolejo, según los concejales de Jaén, tiene en la dirección local del partido “a su padre como coordinador de la agrupación de Marmolejo, a su madre como secretaria general, ella misma y también a su hermano. Su cuñada es, además, concejal en el ayuntamiento de Marmolejo”.

El lema familia que milita unida permanece unida, no solo preside C´s de Marmolejo; en todas las provincias andaluzas es posible hallar maridos, esposas, cuñados, hermanos, primos o parejas que han sido utilizados para relleno (o no) de las listas; en la fase postelectoral también hemos visto cómo se colocaba a parientes en lugares de confianza y, en este caso, remunerados con dinero público.

Huelva: “algo pasa o está por pasar”

Quizás el caso del cuñado/asesor del diputado provincial de Huelva Ruperto Gallardo haya sido el escándalo de más calado político, mientras que el más mediático fue el de la concejal de Castilleja de la Cuesta, Carmen López, de la que dijeron que pretendía que le pagaran los viajes desde EEUU para acudir a los plenos. La Sra López acabó expulsada del partido, reapareciendo en un reality televisivo donde se evidenció la severidad y la dureza del filtro de admisión de candidatos de C´s en Sevilla.

El asunto de Huelva tuvo mayor calado y recorrido político por la reaparición  del fenómeno del cuñadismo de la mano de un partido emergente, un caso internamente extraño porque, según el concejal y diputado Ruperto Gallardo, la contratación de su cuñado, que además militaba en C´s, fue autorizada por el coordinador provincial Julio Díaz, quien finalmente no solo se acabó lavando las manos, sino que fue bastante crítico con el “fichaje” del cuñado.

Desde entonces la tensión en el seno de Ciudadanos Huelva aseguran que es más que evidente. “Se palpa en el ambiente que algo pasa o está por pasar” se comenta.

La irrupción en escena  de María Ángeles Muriel, persona de la confianza de Julio Díaz, delegado provincial de Huelva y presidente a su vez de la Comisión de Investigación parlamentaria de los cursos de Formación, que llega con rango de Subdelegada Provincial de Ciudadanos, no parece que haga prever tiempos de paz y armonía a corto plazo en el seno del partido.

De momento a Ruperto Gallardo le acaban de quitar esta semana un asesor importante, economista, asesor fiscal y exconcejal del PP, Jaime Pérez, al que C´s le ha rescindido el contrato de asesoramiento que mantenía con el letrado. Una ‘patadita’ más, aseguran en Huelva, de las muchas que parece que lleva soportando Gallardo desde antes de lo del cuñado, una ofensiva que algunos consideran  “una caza de brujas en toda regla”.

El funcionamiento de la organización naranja en Andalucía dicen que es algo que empieza a preocupar en lo más alto del partido, no descartandose según algunas fuentes vinculadas a C´s, que el presidente de Ciudadanos opte por complementar la información que posee sobre Andalucía y lo haga a través de personas de su confianza, sobre el terreno, al margen del ‘clan de la manzanilla’. Posiblemente esta misma Semana Santa comience la toma de temperatura.

No conviene olvidar, además, estas bazas: que la Andalucía de Susana Díaz es importante para el socio de Pedro Sánchez. Que a Pedro Sánchez le interesa que su socio controle a Susana Díaz. Y que  Albert Rivera está demostrando que sabe jugar las bazas mejor que los demás.

El Confidencial Andaluz tiene solicitada una entrevista con Juan Marín desde el 1 de marzo, entre otras cosas para preguntarle sobre estos y otros aspectos del funcionamiento de su partido, así como el grado de cumplimiento del Pacto de Investidura con el PSOE. De momento sin respuesta.

Almería, C´s en el reino de la omertá PP/PSOE

Pero donde parece que C´s no han sido muy rígidos en la selección de los perfiles de los líderes provinciales ha sido en Almería, la aislada provincia del oriente andaluz, donde sigue funcionando el ejercicio caciquil de la política mezclada con el dinero.

La tela de araña que durante estas décadas, políticos y empresarios, han tejido en aquella provincia, parece que no ha permitido que la traspase la formación de Albert Rivera e insufle el aire fresco que ha logrado en otras provincias con mayor o menor éxito. En Almería, la marca Ciudadanos, se encuentra actualmente bajo sospecha y a sus cuadros se les observa con lupa tras el gatopardismo generado con sus abstenciones tras las municipales apoyando a Amat y al PP.

Clave para que se dé este escenario en Almería es el espíritu de omertá que desde hace más de dos décadas preside las relaciones entre los dirigentes del PP y el PSOE en la provincia. Y por encima del teatrico de guiñoles, manejando los hilos, una decena escasa de grandes y prósperos  empresarios que incluso acaban colocando personas de su confianza, familiares, en las listas electorales, ya sean las del PP o, como se ha comprobado ahora, en la de Ciudadanos. De tal manera que no resulta extraño encontrar a políticos compartiendo intereses en el Registro Mercantil o en documentos privados en Notarías.

Muchos dirán, con la intención de desacreditar las evidencias que todo el mundo percibe, que son conspiranoias de la oposición, pero lo cierto es que en política no existen las casualidades. Estamos, en el mejor de los casos, ante un posible ejemplo de cómo funcionan nuestros lobbys caseros, los grupos de presión que ahora se quieren regular legalmente; en el peor de los casos nos podemos hallar ante la sistemática estafa a la voluntad del ciudadano mediante complicidades ocultas e inconfensables entre moradores de la economía y la política.

Unas relaciones que como se apuntaba, muchas veces, conducen a los archivos menos públicos de los protocolos notariales. Así se comprobó  hace algo más de un año con el entonces diputado andaluz del PP José Cara, alcalde a su vez del municipio de la Mojonera. Socio en secreto de los dueños de Hispano Almería ante Notario, pero sin elevarlo a escritura pública  y dándole negocio en su término municipal a HALSA, a los socios ocultos del Ilustrísimo Sr. alcalde, según la denuncia del PSOE ante el TSJA.

Cazorla Vs Clemente

En las últimas semanas en Ciudadanos Almería se ha recrudecido una guerra que parece de todo menos limpia. Cabezas visibles de la contienda son Miguel Cazorla, ex concejal del GIAL con Juan Megino y actual llave del ayuntamiento de la capital apoyando los intereses de Amat y del PP. Cazorla fue a quien Manuel Buzón eligió en Almería para poner en marcha Ciudadanos, haciendo caso omiso a denuncias internas de la militancia sobre su trayectoria empresarial y a dos imputaciones judiciales que pesaban sobre él por delito societario, al margen de la política, y de las que al cabo del tiempo quedaron en archivo. Buzón y Cazorla mantienen, no obstante, una sólida relación de amistad. El mismo Cazorla que cerró un pacto con el PSOE para echar al PP de la capital y horas antes del Pleno dio marcha atrás, por órdenes de Madrid –se justificó– apoyando al PP tanto en Almería como en Roquetas. Hoy es presidente de la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Almería.

Junto a él Marta Bosquet, parlamentaria andaluza, en sintonía perfecta con Cazorla y persona emparentada con empresarios locales de los que parten el bacalao. Quienes están con Clemente consideran que Bosquet está dirigida por quien nunca dejó de mandar en el partido en Almería, esto es Miguel Cazorla.

Y por otro lado está el diputado en el Congreso Diego Clemente, también concejal de Roquetas y que, se asegura en su entorno, se vio “obligado” a permitir con su abstención  que Gabriel Amat siguiese de alcalde cuatro años más. Que lo hizo por disciplina de partido, en virtud del pacto firmado esa misma mañana por el propio Amat y el entonces responsable provincial de Ciudadanos Miguel Cazorla. El documento con el texto del pacto se guardó bajo siete llaves hasta que, una filtración indirecta –evidentemente interesada– hizo que llegase a manos de Confidencial Andaluz que lo publicó en su integridad el pasado 18 de febrero.

Clemente, arquitecto de profesión, ha asumido, parece que con resignación y “disciplina”, el papel de ser la muleta de Amat que, con el paso del tiempo y los acontecimientos más diversos, se ha convertido en un personaje tan incómodo como peligroso, al sentirse tremendamente presionado en el tramo final de su vida política.

La Justicia avanza en la “trama Amat”

El  lento avance judicial en la investigación de la denominada Trama Amat, junto al aumento de ocho puntos en el último CIS de la preocupación de los españoles por la corrupción, es algo que tiene muy inquieto y preocupado a Don Gabriel Amat. Más lo primero que lo segundo, según le contaba a un amigo esta semana uno de sus concejales. Amat es un tipo que goza de un olfato y una inteligencia natural reconocida incluso por sus adversarios, cualidades que le permiten adivinar con bastante acierto lo que esté por llegar. Y parece que le incomoda bastante lo que olfatea.

La Udyco sigue escrutando la maraña de centenares de mercantiles vinculadas a la familia Amat y sus socios, junto a decisiones administrativas favorables hacia esas empresas por parte del ayuntamiento presidido por el patriarca Gabriel.

Así, los políticos de Ciudadanos en Almería, han asumido con su comportamiento pasivo que se les haga únicos responsables políticos por parte de la ciudadanía y del resto de la oposición  –PSOE, IU y Tú Decides– de que Amat siga  vivito y coleando como alcalde.

Para intentar desmontar esa imagen, Diego Clemente, ha convencido a Amat para que se deje auditar mes a mes. Y don  Gabriel ha dicho que sí; él siempre ha presumido de hacer bien sus papeles. Y en ello dice que está el Clemente a través de la comisión de Transparencia que preside, viendo papeles y facturas. A ver que encuentra y, sobre todo, a ver qué acaba contando.

Empiezan las filtraciones

En este contexto de tensión política ambiental empezaron las filtraciones y el consiguiente juego sucio, tan desarrollado por algunos en la política almeriense desde tiempo inmemorial. Nada nuevo por tanto.

Primero se filtra el texto del Pacto entre Amat y Cazorla. Días después se denuncia la existencia de un asesor municipal, con cargo a la cuota de 18 asesores de confianza de que dispone Amat y el PP para el ayuntamiento, pero que en realidad asesora a Ciudadanos y particularmente a Diego Clemente. IU anunció que llevará el asunto al pleno;  y fue cuando le empezaron a llegar amenazas de muerte anónimas y por escrito.

Inmediatamente después se supo que Amat había fichado otro asesor más vinculado a Ciudadanos, esta vez se trata de un cuñado de la concejal de Ciudadanos Lourdes García. La edil se vio obligada a salir diciendo que no sabía nada y que estaba en contra de esa decisión. De ser cierto lo que dice la Sra García, estaríamos ante la técnica habitual en Amat de contratar al cuñado. Una fórmula empleada anteriormente por el alcalde, sin éxito por cierto, con el portavoz de IU Juan Pablo Yakubiuk al que le colocó un cuñado que es del PP.

En todo caso demasiadas noticias en tan pocos días poniendo el foco de tensión y atención sobre Ciudadanos en Roquetas. Un día después el foco se giraba hacia el PSOE.

Se filtra a un medio digital, cuya línea editorial coincide habitualmente con los intereses del PP y de Amat, parte de un dossier que andaba circulando internamente entre militantes del PSOE desde las municipales pasadas. Nunca nadie lo pasó a la prensa. “Sería dañar a las siglas del partido” te decían quienes lo manejaban. Dossier que parece que detalla el patrimonio supuestamente millonario de Manuel García logrado antes de ser cargo público. García es el hombre que en el hipotético caso de una moción de censura, sería el más firme candidato a la alcaldía de Roquetas por tener 6 concejales y ser la segunda fuerza más votada. Quien haya filtrado realmente esos documentos sabía que la carambola de desgaste a García podría funcionar en base a la fragilidad orgánica por la que atraviesa el PSOE de Almería actualmente, donde ya se habla de una posible gestora si se confirma finalmente la petición de Fiscalía de imputar al Secretario General, José Luis  Sánchez Teruel, ante el TSJA por el ‘Caso Marismas’.

La pobre defensa que García ha hecho sobre el millonario patrimonio que se le atribuye en la documentación publicada – debe ser un error, ha dicho más o menos–  y conociendo las cuentas pendientes que tienen con él aquellos compañeros a quienes venció en la batalla por la Agrupación local del PSOE, permiten aventurar que, o aclara rápido y bien su situación económica personal o quedará políticamente debilitado o invalidado ante la eventualidad de una moción de censura de la oposición contra Amat. Por cierto, quienes han filtrado este misil contra García, saben también que la mano derecha de Pedro Sánchez en el Congreso, Antonio Hernando, tiene ojos y oídos puestos permanentemente en Roquetas.

Diego Clemente, distanciado y dicen que enemistado con Cazorla, se encuentra en una difícil encrucijada política y personal. Sabe que la conexión Cazorla-Buzón sigue funcionando a tope, incluso sin que Cazorla tenga cargo orgánico en Almería. En Sevilla, por tanto, no tiene amigos. Como también conoce que tiene ante sí, a cortísimo plazo, su prueba del algodón  en el Caso Jarquil-Verde, empresa vinculada al yerno de Amat a la que se han facturado más de 1,6 millones desde el ayuntamiento. Grupo empresarial Jarquil al que está vinculado un antiguo socio de Diego Clemente, dueño a su vez de parte del denominado “Algarrobico de Gabriel Amat”, los acantilados de Aguadulce, condenados por el TSJA, con la consiguiente reclamación millonaria de la promotora en concepto de indemnización por daños. Un toro al que el actual gobierno Amat aún no ha lidiado.

En cualquier caso, los lectores interesados en mayores detalles sobre las conexiones entre el dinero y la política almeriense, tienen a mano en este mismo periódico un informe de investigación elaborado por Luis Montoya, colaborador habitual de AMAyT, la asociación anticorrupción que ha puesto judicialmente en solfa los efectos de una política caciquil y parece que bastante corrupta.

La atención se centrará en los próximos días en el diputado y concejal Diego Clemente, mientras Manolo García desde el PSOE revisa sus faltriqueras y se explica de algo que, de ser cierto, no es él quien debería aclararlo, que también, sino su partido en tanto que le nombró candidato siendo millonario en patrimonio, logrado antes de ser concejal. ¿Que cómo lo atesoró? esa es una pregunta para la Agencia Tributaria.

Y en la situación de Clemente las preguntas son obvias: ¿Habrá encontrado indicios delictivos en las contrataciones de Jarquil-Verde con el Ayuntamiento de Roquetas? Si existen ¿las llevará a Fiscalía?  Si no existen,  ¿a quien le cargarán el mochuelo, la responsabilidad, al Secretario o al Interventor municipal? ¿Apoyaría Ciudadanos una reprobación o una moción de censura contra Amat? ¿Será condición que Clemente sea el alcalde? ¿Podrá demostrar el Sr Clemente, con su actuación política, que se debe sólo a los ciudadanos que le votaron y a los códigos éticos de su formación o dará pié a que se siga pensando que forma parte del teatrico de la política almeriense con Amat de empresario?

El tiempo, inexorable para todos, nos irá diciendo donde  está realmente cada uno. Y quizás no habrá que esperar mucho.

Post scriptum: La última novedad que llega el lunes 14 de marzo respecto al asunto de los asesores nombrados por el PP de Roquetas  y vinculados a Ciudadanos, se refiere a que Gabriel Amat ha ordenado el cese como asesor del cuñado de la concejal de Ciudadanos, echándole las culpas a la oposición de que este ciudadano vuelva al paro.

Por lo que respecta al otro asesor –que además colaboró con Ciudadanos junto a Clemente en la campaña de las generales– aún no tiene despacho, pero fuentes de Cs confirman que su destino final es la Comisión de Transparencia que preside Diego Clemente.

(Fuente: El Confidencial Andaluz / Autor: Pepe Fernández)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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