Tensa calma en Sudán después de tres semanas de constantes combates

Khartum, la capital sudanesa vive un estado de cautelosa calma después una varias jornadas de  bajo poderosos ataques aéreos y disparos, entre el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

Los conflictos entraron en su tercera semana en medio de treguas pactadas y luego violadas por ambas partes y constantes acusaciones mutuas.

Los dos bandos designaron representantes a un diálogo para negociar un alto al fuego permanente, aunque no se ponen de acuerdo sobre los términos para sentarse a la mesa de deliberaciones.

Las conversaciones tendrían lugar probablemente en Yuba, capital de Sudán del Sur, aunque la inestabilidad en el país hace casi imposible viajar por vía aérea hasta esa ciudad, apuntó el Ministerio de Relaciones Exteriores sudanés.

En tanto, el presidente del Consejo de Soberanía, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Sudán, Abdel Fattah Al-Burhan, reafirmó el compromiso del Ejército con el proceso político y la entrega del poder a un gobierno civil.

No obstante, desestimó negociar con el líder de la milicia pues lidera una rebelión destinada a desaparecer ya sea a través de negociaciones o en combate, alegó.

Ese grupo no puede hablar de democracia y transformación civil pues los rebeldes toman a los ciudadanos como escudos humanos, denunció.

Igualmente imputó al grupo paramilitar por el asesinato y secuestro de varias figuras jubiladas de sus filas, la policía y agentes de seguridad.

Además, los inculpó de violar las treguas pactadas para detener los enfrentamientos,  abrir corredores seguros para los ciudadanos, atender sus necesidades básicas y facilitar la evacuación de los extranjeros.

Según el mando vinculado al gobierno, los contrarios bombardearon de manera indiscriminada la ciudad de Khartoum Norte, Omdurman y Khartoum, para obligar a la población civil a abandonar estas áreas.

Sus ataques, añadió, provocaron grandes pérdidas a los contrarios en el monte Awliya. Además incautaron un vehículo blindado emiratí y dos cañones de artillería durante esa contienda.

Hemedti negociará, pero antes deben cesar los combates

Por su parte, el líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido, Muhammad Hamdan, alias Hemedti, admitió participar en las negociaciones, pero antes deben cesar los combates.

Igualmente mostró su esperanza de formar en el país un gobierno totalmente civil lo antes posible.

Hemedti también desestimó tener desacuerdos con Al-Burhan, pero lo consideró un traidor por restituir en su Ejecutivo a partidarios del expresidente Omar Al-Bashir.

Confirman evacuación de trabajadores extranjeros del petróleo

Por su parte, el ministro sudanés de Energía y Petróleo, Mohammad Abdullah Mahmoud, anunció la evacuación de todos los trabajadores extranjeros en ese sector dentro del país.

Además, auguró sobre las grandes pérdidas económicas que provocarán los acontecimientos actuales en ese país.

No obstante, las labores no están detenidas, la producción de petróleo no disminuyó desde el comienzo de estos eventos y el país está abierto a las inversiones para cuando culmine el actual conflicto, aseguró Abdullah Mahmoud a la agencia rusa Sputnik.

El peligro de una guerra civil y de la proliferación del territorismo

Por su parte, el exprimer ministro sudanés, Abdullah Hamdok, advirtió que la escalada del conflicto conduciría a una de las peores guerras civiles del mundo, si no se le pone fin.

El trance actual  debe detenerse, pues nadie saldrá victorioso, remarcó.

La guerra en curso en la nación africana convertirán al país en un centro fértil para el terrorismo, de acuerdo con un reciente estudio del portal de investigación Trends Research and Advisory.

La situación de anarquía en el país allana el camino para una posible migración de grupos violentos y extremistas refugiados en los países africanos vecinos, alerta el informe titulado Las repercusiones de la guerra en Sudán sobre el fenómeno del terrorismo.

En un futuro cercano, Sudán puede ser escenario atractivo para estos elementos terroristas, incluidos el grupo de la Hermandad Musulmana en Sudán, apodado localmente como “el Kizan”.

Esa organización participó activamente en los acontecimientos actuales con la esperanza de poder beneficiarse del resultado de la guerra y el caos generalizado que arrasó el país, añade el texto firmado por Mounir Adeeb, investigador especializado en asuntos de movimientos extremistas y terrorismo internacional.

El autor advirtió sobre la amenaza inminente de estas organizaciones para los países vecinos, principalmente Egipto, ubicada al norte de Sudán.

Las batallas desde el 15 de abril entre el ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido, según informes de la Organización Mundial de la Salud, mataron más de 528 civiles y cuatro mil 599 están heridos.

Fuente: Almayadeen.

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