Siria: celebrada la 8ª ronda de conversaciones de paz en Astaná. La problemática de la autonomía kurda queda pendiente
El pasado sábado concluyeron en Astaná, capital de Azerbaijan, la octava ronda de diálogos en Astaná para la paz en Siria entre el gobierno y diversos grupos de la oposición, organizada por los garantes del proceso de paz: Rusia, Irán y Turquía, país este último que defiende a grupos terroristas.
Representantes gubernamentales y de grupos armados de Siria buscan soluciones al proceso político en el país levantino, durante una octava ronda de conversaciones en Astaná, donde el problema kurdo aparece como entre los más polémicos. Tras un fracaso de una nueva etapa de las conversaciones sobre Siria en Ginebra, el diálogo en Astaná aparece como una puerta auxiliar para liberar tensiones y buscar puntos de encuentro en un formato hasta ahora más productivo para buscar soluciones al conflicto sirio.
De acuerdo con la Cancillería kazaja, unos 20 grupos de la oposición siria acudieron a la octava ronda negociadora, lo cual es una buena señal para al menos hablar de la continuidad del proceso iniciado en enero de este año. Sin embargo, aparece ahora en la discordia el tema kurdo, que fue pospuesto, tanto en el terreno militar como a la hora de formar alianzas entre Rusia, Turquía e Irán para garantizar la tregua y eliminar a los grupos terroristas.
En dicho cónclave, se adoptaron importantes acuerdos como mantener el compromiso de preservar la integridad territorial de Siria y proseguir en la búsqueda de una solución a la crisis de este Estado. Durante la cita, en que participaron representantes del gobierno sirio y la oposición, entre otros actores, también se acordó la realización del Congreso de Diálogo Nacional Sirio, previsto para los días 29 y 30 de enero en la ciudad rusa de Sochi.
La cita de Astaná, en que autoridades sirias demandaron la salida inmediata del territorio nacional de las agresoras fuerzas militares de Estados Unidos y Turquía, los presentes abordaron también cuestiones como la consolidación de las zonas de distensión.
Como parte de los esfuerzos por el cese definitivo del fuego entre las partes en conflicto, en Siria se crearon cuatro zonas de desescalada que incluyen el norte de la ciudad de Homs, Ghuta Oriental, en Damasco Campo; el sur del país y la norteña provincia de Idlib.
La polémica kurda en el diálogo inter-sirio de Astaná
Al iniciarse en enero las pláticas en la capital kazaja, las fuerzas kurdas, del Partido Democrático (PYD), combatieron a formaciones del movimiento terrorista Estado Islámico (EI), mientras Turquía las tildaba de extremistas. Pero en la medida que avanzó la ofensiva de las tropas sirias, con apoyo de la aviación rusa, la posición de las formaciones kurdas adquirió otros matices, sobre todo, cuando el mando militar ruso denunció como Estados Unidos protegió a miembros del EI en la provincia de Deir-Ezzor.
Tras las acciones del Pentágono, incluida la creación de bases militares en el sureste sirio, las fuerzas kurdas se hicieron del control del 23 por ciento del territorio sirio, donde se encuentra casi la mitad de los yacimientos de hidrocarburos del país levantino.
De acuerdo con el diario Nezavisimaya Gazeta, los destacamentos kurdos dominan un área de 185 mil kilómetros cuadrados, no sin la ayuda directa del Pentágono, y desean crear allí una autonomía. La idea de la autonomía fue respaldada por Moscú, dispuesta a llevar el asunto al Congreso de Diálogo Nacional Sirio que deben celebrarse en Sochi, entre finales de enero y principios de febrero del próximo año, destaca ese rotativo.
Pero la idea fue acogida con más frialdad por Turquía e Irán, preocupados por la creación de una autonomía en Siria, con las consiguientes consecuencias para esos países, donde la comunidad kurda también reclama un estatuto similar.
Astaná estaba llamada a convertirse en una vía para la búsqueda del consenso en ese sentido, mientras las negociaciones, con participación del enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, también debieron definir el funcionamiento de las zonas de distensión en ese país. Rusia, Turquía e Irán son los garantes del funcionamiento de las cuatro zonas de distensión, creadas para reforzar la tregua pactada en diciembre del pasado año en toda Siria y fomentar el proceso de reconciliación nacional y búsqueda de consenso para un proceso político sirio.
Nezavisimaya Gazeta especuló que, para una solución más expedita del tema kurdo, este quedó fuera del proceso negociador de Astaná, pues de ello se encargaría directamente Moscú. Rusia propuso una lista de al menos mil 490 participantes en el congreso en Sochi, el gobierno sirio carece aún de una relación de asistentes, mientras Ankara y Teherán se oponen a la presencia del PYD en ese evento.
El gobierno turco considera al PYD como una organización terrorista. La cita de Astaná acogió en paralelo reuniones de delegados rusos, turcos e iraníes, por un lado, como países garantes del proceso de paz, y por el otro, de representantes del Gobierno y los grupos armados sirios, aunque pudieron contactar todos en temas determinados.
El asunto del desminado humanitario, incluido instalaciones que son patrimonio de la UNESCO, y la ayuda a refugiados y a poblaciones en zonas aún en conflicto, también estuvo presente en las pláticas de la capital kazaja.
Medios de prensa locales consideran que el tema kurdo está vinculado, a su vez, con los intereses estadounidenses en el conflicto sirio, sobre todo, lo relacionado con el control de los yacimientos de hidrocarburos, para lo cual apoyaron en todo lo posible a la guerrilla.
(Fuente: Prensa Latina)
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