Servicio Secreto de EE. UU. no logra mantener su personal

El Servicio Secreto de Estados Unidos perdió cerca de una quinta parte de sus agentes experimentados en 2024, y el personal restante se muestra sobrecargado de trabajo, mal pagado, mal educado y sin tecnología moderna para asumir sus funciones, reveló The New York Times.

De acuerdo con el importante diario estadounidense, la directora de ese cuerpo especial, Kimberly Cheatle, dimitió en julio pasado, tras una llamada cercana que casi termina con el asesinato del expresidente y actual candidato republicano, Donald Trump, durante un mitin en la ciudad de Butler, Pensilvania.

A juicio del articulista, este atentado demostró profundos problemas en el Servicio Secreto, desde falta de tecnología moderna hasta fallos en el mando y la comunicación, pues los agentes involucrados en la custodia de Trump carecían de drones y sus radios funcionaban mal.

Sin embargo, el desafío mayor es el éxodo de las personas mejor entrenadas, aseguró The New York Times, tras dialogar con empleados actuales y anteriores.

Al menos mil 400 de los siete mil 800 efectivos del Servicio Secreto abandonaron ese cuerpo entre los años fiscales 2022 y 2023: la peor pérdida en dos décadas, y aunque para este verano llegaron a ocho mil 100 (un récord histórico), todavía estaban por debajo de sus necesidades.

De hecho, los entrevistados confesaron su preocupación por la salud del nuevo personal, así como por cuestiones básicas de su entrenamiento, porque el lugar destinado para ello está desactualizado en tecnología y se inunda cuando hay fuertes lluvias.

La razón principal esgrimida por la mayoría de los veteranos para renunciar a sus puestos fue la aplastante cantidad de horas extras, a menudo sin compensación, debido a un techo salarial del gobierno.

En un estudio realizado por un grupo de la policía federal, 68 de los 153 agentes encuestados declararon “poner el máximo” en horas extras el año pasado, con una pérdida de hasta 30 mil dólares en salario.

“Y montas tu caballo hasta que muere, y luego te lo comes”, ilustró un exagente, Jonathan Wackrow, quien abandonó el Servicio tras 14 años, al referirse a la actitud de la gerencia hacia sus empleados.

Otro exagente, Louis Fitzig, consideró al nepotismo, el favoritismo, y la corrupción como “valores” entrelazados en la cultura de la agencia.

Por tal razón, el plan para compensar el desgaste mediante la recontratación de agentes ya retirados fracasó de modo catastrófico, porque muchos de los activos corrieron a retirarse temprano para reclamar pensión y aprovechar la oportunidad de reclamar el nuevo ingreso, pero no en tareas de campo, donde más se les necesitaba.

Fuente: Almayadeen.

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