Saif al Islam Gadafi, el posible cambio inesperado en Libia

Con la derrota del régimen de Muammar Gaddafi y su muerte con la ayuda de la OTAN, pareció que el control total del país había caído en las manos de rebeldes y supuestos revolucionarios, poniendo así fin al movimiento socialista y la ideología de Estado conocida como Jamahiriya, cuyo líder fue el propio Gaddafi.

Sin embargo, recientemente se ha dado a conocer que el hijo mayor de Muammar Gaddafi, Saif al Islam Gadafi, no fue ejecutado, y que ha sido liberado de la prisión, ahora él podría regresar para encabezar este movimiento. En su artículo para RT, el escritor Dan Glazebrook analiza el posible cambio inesperado que puede tener para Libia la liberación de Saif al Islam Gadafi.

Según el analista, “durante las operaciones de destrucción de Libia por parte de la OTAN, hubo varias acciones durante las cuales se suponía que se iba a coronar simbólicamente la supremacía occidental sobre Libia”, tales como la “caída de Trípoli” en agosto de 2011, los discursos voctoriosos de Cameron y Sarkozy el mes siguiente, y la ejecución de Muammar Gaddafi, que llegó poco después. Todo eso, según Glazebrook, eran “victorias pírricas”. Pero la pena de muerte impuesta al hijo mayor de Gadafi en julio de 2015 resultó ser “la victoria más grande”.

Sin embargo, según medios, Saif al Islam Gadafi fue liberado el 6 de julio por una ley de amnistía emitida por el Gobierno de Libia. El hijo de Muammar Gaddafi  había sido condenado a muerte a finales de julio 2015 por un tribunal de Trípoli, que lo halló culpable de supuesta incitación al asesinato de manifestantes el 17 de febrero de 2011, cuando el país vivía violentas protestas de grupos opositores al Gobierno, apoyadas por EE.UU. y sus aliados de la OTAN, para derrocar al entonces líder libio.

Apagar las esperanzas para siempre

Desde el punto de vista del periodista, el juicio “nunca fue reconocido por el Gobierno elegido”, para entonces trasladado a Tobruk. “Pero los medios occidentales informaron sobre la sentencia de muerte para el hijo mayor de Gaddafi”, ya que, según el analista, “esperaban apagar para siempre las esperanzas del pueblo libio de la restauración de la independencia, la paz y la prosperidad del país”.

¿Qué fue lo más importante acerca de la liberación del hijo mayor de Gaddafi? Según opina Dan Glazebrook, lo importante fue “el reconocimiento, por las autoridades elegidas de Libia, de que no hay futuro para Libia sin la participación del movimiento socialista libio”. Según el analista, “este movimiento nunca se fue”. Por el contrario, después de los intentos de suprimirlo, el mismo “renacía cada vez más”.

Desde el punto de vista del periodista, fue “la pena de muerte en sí la que desencadenó las manifestaciones más abiertas y generalizadas de apoyo al gobierno anterior”, con protestas celebradas en agosto el año 2015 en todo el país.

De acuerdo con Middle East Eye, un medio citado por Glazebrook, “las protestas han sido una representación pública de un secreto a voces en Libia, que el movimiento pro Gaddafi que existía desde la revolución de 2011 ha crecido con fuerza, y nace de la insatisfacción de muchos ciudadanos respecto a la vida en los últimos años”. Según el analista político Mohammed Eljarh, “algunos que habían apoyado inicialmente a la revolución en el año 2011, también se sumaron a las protestas”.

“La mayoría de los libios solo quieren una vida tranquila. No les importa quién controle el dinero de Libia, lo que quieren es una vida cómoda. Es por eso que Gaddafi se mantuvo en el poder durante 42 años. En aquellos tiempos los salarios se pagaban a tiempo… y vivir era barato”, precisa Mohammed Eljarh.

Además, en la revista estadounidense ‘Foreigh Policy’, Mohammed Eljarh publicó que las protestas pro Gadafi “tienen el potencial de convertirse en un movimiento nacional contra la revolución de 2011, entre otras cosas, porque cada vez más libios se muestran profundamente desilusionados por su resultado, y por las atrocidades y abusos cometidos por los grupos post Gaddafi desde la revolución, los cuales superan, con mucho, los cometidos durante el régimen de Gaddafi”.

Al mismo tiempo, según el artículo de Glazebrook, “la Resistencia Verde” (las fuerzas pro Gaddafi) se está convirtiendo en una fuerza cada vez “más influyente dentro del Ejército Nacional Libio (LNA)”. El LNA entró en una alianza con tribus pro Gaddafi en el este del país, y comenzó a reclutar partidarios abiertos de Gaddafi en sus estructuras militares. Un comandante de Gaddafi, Ali Kanna, por ejemplo, que huyó de Libia tras la revolución en 2011, según los informes, ha sido bien acogido por el LNA.

El periodista opina que lo más probable es que la Jamahiriya, “está de vuelta. Aún más con el hijo mayor de Muammar Gaddafi, Saif al Islam Gadafi, liberado de prisión”.

Cinco años después las predicciones de un hijo de Gaddafi se hacen realidad

Cuando en febrero del 2011 en el este de Libia estallaron las protestas contra Muammar Gaddafi, cinco días después en la televisión estatal compareció Saif al Islam Gaddafi (foto adjunta), hijo y heredero favorito del entonces gobernante, para explicar a la nación qué estaba pasando, recuerda ‘Al-Monitor’, portal informativo sobre noticias de Oriente Medio con sede en Washington.

Después de aquel famoso discurso, Saif al Islam Gadafi fue acusado por muchos libios, los observadores externos e incluso la Corte Penal Internacional de incitar a la violencia y amenazar a sus compatriotas, a quienes había advertido de las consecuencias.

Muy poca gente prestó atención a las predicciones que hizo Seif Al Islam sobre el futuro de Libia. Sin embargo, ahora, cinco años después, gran parte de lo que predijo el joven hijo de Gaddafi se ha convertido en la triste realidad.

Entre otras cosas, el ‘heredero’ de Gaddafi predijo a los libios que carecerían de seguridad, se extenderían el caos y el desorden, y todo ello se traduciría en la muerte de muchos libios. Otros augurios suyos fueron la intervención de Estados de Occidente y que el petróleo “dejará de fluir”. También advirtió a los libios contra la división del país y de que varias organizaciones islámicas fanáticas asumirían el control de algunos territorios del país, si no la totalidad de ellos.

Saif al Islam habló por casi 40 minutos, augurando que los pozos petrolíferos serían quemados y los que quedaran apenas serían utilizables para el país. De hecho, en los primeros nueve meses del 2015, la producción de crudo en Libia constituyó en promedio poco más de 400.000 barriles por día, muy por debajo de los 1,65 millones de barriles diarios que extraía el país en el 2010.

Los depósitos de petróleo que abastecen a ciudades como Trípoli fueron incendiados en julio del 2014, y alrededor de una docena de tanques en las terminales de petróleo de Ras Lanuf, donde se lleva a cabo la mayoría de las exportaciones, fueron incendiados por el Estado Islámico en enero de este año. El verano pasado, uno de los mayores campos de petróleo al sur de Ras Lanuf fue completamente destruido por otra milicia local.

Saif al Islam también predijo que su país podría dividirse de nuevo, como lo estuvo antes de que obtuviera la independencia en 1951. Cinco años después de la insurrección, Libia se aproxima cada vez más hacia aquella remota situación, ya que carece de un gobierno central, un ejército unificado y organismos de seguridad estatal funcionando. Se podría afirmar con certeza que el joven Gaddafi, sin tener dotes de profeta, predijo un futuro terrible para su pueblo, y cinco años después ese augurio ya es el presente de la nación.

Gaddafi dijo: “Podríamos volver a los días de la pobreza”, y sucedió. Pese a la falta de estadísticas oficiales, las observaciones revelan que miles de familias apenas pueden llegar a fin de mes. De acuerdo con la ONU, al menos medio millón de personas han sido desplazadas de sus hogares al interior del país y muchos de ellos viven en campos de refugiados dependiendo de organizaciones benéficas.

Sin duda defendiendo al gobierno de su padre, pero partiendo del simple sentido común, el hijo de Gaddafi no solo predijo lo que sucedería, sino también señaló que Libia no es lo mismo que Túnez y Egipto: Libia, dijo, se compone de “tribus y clanes, que hacen que sea más difícil unirlos si [la sociedad] colapsa”.

(Fuente: Russia Today – RT)

 

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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