Perú: Pedro Castillo llama a la unidad “sin ganadores ni perdedores” / ¿Quién es Castillo?

«Empecemos esta nueva etapa sin odios y sin diferencias. Aquí no hay ganadores ni perdedores, aquí hay una sola familia, que es el pueblo peruano ”, dijo este viernes Castillo, tras haber adelantado la agenda de su futuro gobierno ante la Asamblea Nacional de Gobernadores Regionales (ANGR).

Expresando respeto y agradecimiento por la voluntad popular expresada, dijo que espera que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) diga su palabra (sobre las solicitudes de nulidad de las actas de la derrotada candidata Keiko Fujimori) para que el país sudamericano pueda enfrentar emergencias. como la lucha contra el Covid-19, la descentralización y la reactivación económica.

En un discurso a los gobernadores del país que lo reconocieron tácitamente como presidente, Castillo reiteró el llamado a “una mayor unidad del pueblo peruano”, y agregó que “la voluntad popular debe estar por encima de los apetitos políticos”, informa Prensa Latina .

En la agenda de su eventual gobierno refirió que declarará a la Educación y la Salud como “emergencias”, que deben ser los derechos de las personas y no solo los servicios, y también la Agricultura, que alimenta a la población.

Asimismo, reafirmó la decisión de impulsar una Asamblea Constituyente en la que participen los gobernadores, junto con los representantes del pueblo, y agregó que formará un “gobierno laborioso y austero, combatiendo la corrupción y la delincuencia generalizada”, y que la descentralización sólo lo hará. será cierto si se respeta el carácter diverso y multiétnico del país.

Agricultores maltratados en Lima

El electo pero no proclamado presidente del Perú, Pedro Castillo, condenó enérgicamente la violenta agresión contra un grupo de campesinos que lo apoyan y que, procedentes del interior del país, realizaron un ritual andino a la Madre Tierra en la capital, Lima, el con motivo del Día del Campesino, 24 de junio.

Castillo calificó a los atacantes como “grupos fujimoristas” y la TV peruana identificó a algunos de ellos como miembros del grupo anticomunista La Resistencia, que durante varios años ha acosado a diputados, periodistas y magistrados que de alguna manera afectan los intereses de Keiko Fujimori, quien niega cualquier relación con ellos.

En tiempos más recientes, informa Prensa Latina, también han participado en acciones de hostigamiento en domicilios de titulares de órganos electorales, para presionarlos para que aprueben los recursos interpuestos por el equipo de Fujimori para intentar revertir el resultado que salió de las urnas.

Solicitud de auditoría a la OEA no procede

Las maniobras contra la elección de Pedro Castillo como presidente de Perú sufrieron un revés este jueves, con el fracaso de la solicitud de auditoría del proceso electoral a la Organización de los Estados Americanos (OEA), y observadores de esta organización emitieron un comunicado sin haciendo cualquier referencia a tal solicitud y apoyando a los órganos electorales que el fujimorismo impugna.

En el comunicado, la misión de observación indicó que siguió el trabajo de los jurados provinciales que rechazaron los recursos del equipo de Keiko Fujimori, así como la igualmente adversa respuesta del JNE a los alegatos del candidato, destacando que este trabajo se realizó de manera legal y de acuerdo con la normativa vigente.

¿Quién es Pedro Castillo?

Semanas después de la segunda vuelta electoral, la tensión en Perú sigue intacta. Aunque aún no se proclama al nuevo presidente, el conteo oficial indica que el candidato de izquierda, Pedro Castillo, triunfó con 50,125% de los votos, frente al 49,875% de la líder de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, una diferencia de 44 mil votos.

Nacido en la sierra norte de Perú, Castillo aseguró que «ninguna maniobra» podrá torcer la «voluntad de cambio» del pueblo peruano, y llamó a sus apoyantes a defender su voto. El ahora presidente electo de 51 años se postuló como candidato invitado de Perú Libre, un partido que se define abiertamente de izquierda marxista y socialista. El símbolo del partido, el lápiz, no es casualidad: él es maestro rural de educación primaria desde 1995, con un magíster en Psicología Educativa.

Además, ha sido «rondero», como conocen en Perú a los miembros de rondas campesinas que luchan contra la delincuencia. Castillo ganó alguna notoriedad en el 2017, cuando lideró una huelga nacional de profesores que se extendió por 75 días. Los maestros exigían, entre otras cosas, un aumento de sueldos para los maestros peruanos. Precisamente, el voto rural –los olvidados y desatendidos pobladores de la sierra y la selva- fue determinante para asegurar su victoria.

Pero, Castillo aún tiene muchos, muchísimos, retos por delante. El primero de ellos, lograr juramentarse el próximo 28 de julio. Las élites políticas, mediáticas y económicas, así como los militares retirados, le han pedido abiertamente a las Fuerzas Armadas que impidan su asunción. Es decir, un golpe previo que hace recordar lo que pasó en Bolivia en noviembre del 2019.

Superado ese obstáculo, le tocará negociar con el Congreso para impedir cualquier intento de derrocamiento por la vía legislativa, pues – como quedó demostrado desde el año 2018 con la destitución de tres mandatarios- este poder puede declarar con cierta facilidad la vacancia presidencial y sustituir legalmente el presidente.

Sin embargo, Castillo surge en un momento donde la clase política peruana está más desacreditada que nunca, especialmente el Congreso, que estuvo sumergido en escándalos de corrupción en los últimos años. En ese sentido, sería “arriesgado” atacar a alguien que representa a las masas olvidadas.

Si logra estos dos pasos, Castillo tendrá serios desafíos económicos por delante tras 30 años de políticas neoliberales. Y los caprichos del “mercado” le vienen dificultando la misión. Apenas se conoció el triunfo de Castillo, el dólar se disparó, empezó la especulación con los precios y llegó el espectro de la fuga de capitales.

El temblor de las élites no es infundado. Durante la campaña, Castillo propuso abiertamente la nacionalización de sectores estratégicos como el minero, gasífero y petrolero, actualmente entregues a las transnacionales. La actividad privada, según el presidente electo, debería ser en “beneficio de la mayoría de peruanos”.  También planteó aumentar el presupuesto para la educación, la salud y la agricultura.

Por otro lado, Castillo es crítico del sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones y de los tratados internacionales de Perú, que, según declaró, tendrían que ser reformulados. Asimismo, quiere “desactivar” el Tribunal Constitucional y dotarlo de representantes elegidos por el pueblo y no por el Parlamento.

Es seguro que cada paso del nuevo presidente (asumiendo que logra tomar posesión), por más modesto que sea, se enfrentará a la violenta oposición de una élite tan violenta como decadente. El reto será mantener una correlación de fuerzas favorable, mobilizando el apoyo popular para seguir avanzando, sin caer en la tentación de conciliar.

A nivel continental, la inesperada victoria de Castillo es un cambio significativo en el tablero. Por ejemplo, el “Grupo de Lima”, la alianza de gobiernos derechistas contra Venezuela, pierde “Lima”. Además, los gobiernos neoliberales y aliados de EEUU en Brasil, Colombia y Chile se han vuelto cada vez más impopulares y enfrentan elecciones en un futuro cercano. Días difíciles para Washington en su “patio trasero”…

Fuentes: Abril Abril / Investig’Action.

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