Rusia es un baluarte del mundo antiimperialista


La siguiente resolución fue aprobada por unanimidad en el X Congreso del Partido Comunista de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
Este congreso saluda el importante papel de Rusia en la lucha contra las incesantes provocaciones y agresiones de las naciones imperialistas.
Este congreso entiende que la OTAN se formó como una alianza de estados imperialistas para contrarrestar el ascenso del socialismo y el movimiento anticolonial, que eran las principales amenazas a la capacidad de las naciones de Europa occidental y de los EE.UU. para extraer superganancias de las naciones oprimidas del mundo. En particular, la OTAN era una alianza militar dirigida contra la URSS después de que ésta derrotara el segundo intento militar de aplastarla -la Alemania nazi- y se ganara aún más prestigio y respeto de los trabajadores de todo el mundo, para disgusto de los imperialistas.
Aunque se promocionó como una alianza “defensiva”, la OTAN comenzó un programa de expansión agresiva y hostilidad abierta después de la destrucción de la URSS y el bloque oriental con el criminal bombardeo de Yugoslavia. Se dedicó a causar estragos en todo el mundo casi sin control, buscando nuevos mercados, nuevas fuentes de fuerza de trabajo para explotar, recursos para saquear e industrias rivales para aplastar.
Rusia atrae el odio rabioso de nuestra burguesía porque, bajo el liderazgo de Vladimir Putin, comenzó un proceso de restablecimiento de la independencia económica en lugar de seguir siendo una colonia supina para que los buitres del capital occidental la exploten a su antojo.
Las acciones militares emprendidas por Rusia han sido una respuesta directa a la agresión imperialista, que financia las revoluciones de colores y el terrorismo en los países que busca desestabilizar y controlar económicamente. Por lo tanto, la mayor parte de la actividad militar de Rusia se ha producido dentro de los antiguos Estados de la URSS, en el caso de Abjasia, Osetia del Sur, Transnistria y Ucrania, o dentro de los Estados que tenían una relación amistosa existente con la URSS en el caso de Siria, Malí y Burkina Faso.
Aunque este congreso no se hace ilusiones sobre la naturaleza burguesa del Estado y la economía rusos, Rusia no es una nación imperialista y actualmente desempeña un importante papel antiimperialista en el mundo. No fueron los manifestantes fuera de Downing Street los que impidieron el lanzamiento de bombas y misiles británicos o israelíes contra Siria, fue la presencia de las fuerzas armadas rusas y las baterías antiaéreas.
Este congreso sostiene que nos corresponde defender a Rusia de la agresión y la propaganda imperialista, ya que sigue siendo, junto con China e Irán, uno de los grandes premios que el imperialismo busca conquistar para tratar de insuflar nueva vida a su sistema moribundo.
Este congreso dice: ¡Manos fuera de Rusia!
Síguenos en nuestras redes sociales: