Novedad editorial sobre la dialéctica marxista “Lenin y la dialéctica más vigentes que nunca”


La editorial Boltxe acaba de publicar: «Lenin y la dialéctica más vigentes que nunca», una obra de los reconocidos autores Iñaki Gil de San Vicente y Concepción Cruz Rojo. Con 532 páginas repletas de análisis profundo, esta publicación se erige como una herramienta imprescindible para comprender la vigencia de la praxis revolucionaria en el centenario de la muerte de Lenin.
Este libro es un reencuentro, una reconciliación superadora de la negación de la negación. Una muestra de la conjunción de la teoría y la práctica en homenaje al Lenin más dialéctico en el centenario de su muerte. Que intenta mostrar el continuo reencuentro a su praxis revolucionaria, a la necesidad imperiosa de volver a su pensamiento y acción. Un «cerebro en acción» que solo fue posible por su compromiso militante inmerso de lleno en la lucha de clases, a su permeabilidad a las aportaciones de los y las revolucionarias de su partido durante sus cuatro fases de enriquecimiento permanente.
La primera abarca desde finales del siglo XIX hasta la revolución de 1905, en la que critica el legalismo formalista. La segunda, desde 1905 hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial, fase en la que se produce la crítica del empiriocriticismo. La tercera desde 1914 hasta 1918, fase en la que se produce el enriquecimiento más decisivo, con la relectura de Hegel. Y la cuarta y última desde ese momento hasta su muerte en enero de 1924, en la que aplica sistemáticamente el método dialéctico en el reforzamiento de la revolución.
En momentos históricos convulsos de gran agudización de las contradicciones en la esfera mundial, como le tocó vivir a Lenin y como nos está tocando vivir ahora, el materialismo dialéctico emerge y se hace necesario en las turbulencias de los acontecimientos políticos como un instrumento imprescindible para la praxis revolucionaria. Una praxis que requiere estar atentas a todos los ámbitos del conocimiento y de la vida. Así, en la segunda parte del libro, se analizan algunos hitos científicos relacionados fundamentalmente con la dialéctica de la naturaleza. Se aportan claves que ayudan a comprender el origen de la vida y la de los seres humanos, la hominización y el proceso social consiguiente.
Esta coevolución biológica y social nos permiten conocer mejor la relación entre lo natural y lo social y cómo emergió de estas primeras sociedades las desigualdades, por sexo, primero, por clases sociales, después.
Seguidamente nos adentramos en la dialéctica del pensamiento, especialmente de la mente y la ciencia que la estudia, la psicología. Una psicología que ayuda a entender la fascistización de las masas y la colonización de la mente.
La dialéctica está en todo, también en los procesos de salud-enfermedad de las personas y las sociedades.
PRESENTACIÓN LENIN Y LA DIALÉCTICA MÁS VIGENTES QUE NUNCA- LA DIALÉCTICA DE LA NATURALEZA
Sabíamos que la Dialéctica es necesaria. Ahora lo sabemos aún más cuando se precipitan los
acontecimientos políticos y la agresividad imperialista se endurece, y conforme el pensamiento científico
se enfrenta a una creciente irracionalidad que niega o relativiza sus logros así como la vigencia del
materialismo y de la dialéctica. También nos lo enseña Lenin, con razón llamado «el militante filósofo»[1], que actualizaba la dialéctica como único método para comprender los cambios de toda índole, especialmente los que se producen en el interior del modo capitalista de producción que, junto con los del movimiento de la naturaleza, son los que más influyen en nuestra especie.
El libro que presentamos surgió durante una conversación con otras militantes donde se habló de la
necesidad e importancia de la Dialéctica y sobre los textos que habíamos escrito en el pasado con esa
temática. A partir de ahí le fuimos dando forma y contenido justamente en el centenario de la muerte de
Lenin, en enero de 2024. Como toda criatura ha tenido avances y retrocesos que hemos ido sorteando para
que respondiera a los objetivos políticos y militantes, también de oportunidad histórica y de nuestra propia
necesidad de escribir un libro juntos, como ya hicimos hace casi una década[2]. En ese libro ya
hablábamos de confrontar los derechos humanos socialistas frente a los «derechos humanos» burgueses.
Fijémonos en que no hemos entrecomillado los derechos humanos socialistas mientras que sí lo hemos
hecho con los burgueses. ¿Acaso son universales y eternos los «derechos humanos» burgueses
supuestamente válidos para cualquier situación y en cualquier momento?
Esta sería la típica pregunta que se hacen desde la lógica formal y el sentido común, pero la realidad es
que también en los derechos humanos existe la unidad y lucha entre contrarios inconciliables: Por un lado,
los «derechos» otanazis y sionazis para aplastar a Palestina, Líbano, Siria, Yemen, las Repúblicas
Populares del Donbass liberadas por Rusia, etc.; por el lado contrario, los derechos de los y las oprimidas
a defenderse y a recuperar sus tierras y culturas. Marx ya nos advirtió de, sólo la fuerza decide cuál de
ambos gana: el «derecho» capitalista a aplicar el terror y el genocidio, o el derecho socialista a la vida y a
la paz. Distinguir esos polos enfrentados nos permite observar las conexiones dentro de ellos, por ejemplo
entre el nazismo y el sionismo[3]. Aquí la ética y la moral de la libertad vuelven a aparecer como
imprescindibles frente a la barbarie como vemos en el genocidio palestino. Porque hablar de paz y
pacifismo dentro de la barbarie imperialista es tan profundamente inmoral como la violencia y moral
burguesa que la aplica bajo el control de los medios de comunicación y otros medios de manipulación
psicológica. Pero cuando estos medios no logran tapar el horror anglosionista, como el que se presencia
en Gaza y Líbano, los pacifistas se quedan desnudos con sus palabras vacías.
El libro que presentamos es un reconocimiento al Lenin más dialéctico y autocrítico, sin mitificaciones ni
fetichismos, también a la Dialéctica como método fundamental para orientarnos en los análisis políticos,
sociales y científicos, para que nuestras ideas y acciones sean lo más certeras y consecuentes posibles.
Como nos demostró Lenin, ahondar en la Dialéctica es fundamental para no perder la brújula en los
momentos históricos donde la agudización de las contradicciones del imperialismo y sus aliados
intensifican la militarización y la reacción, una fascistización violenta y genocida con el foco principal en
la Palestina ocupada. Foco principal o, en términos leninistas, eslabón débil de la cadena imperialista[4].
Palestina es el nudo gordiano del Oriente Medio que a su vez es el punto de red que conecta dos ejes
geoestratégicos para el destino humano: el que va de Siberia a Sudáfrica y viceversa, y el que va de la
costa atlántica de EEUU a China, por el mediterráneo, y viceversa. Cada vez más aumenta la riqueza
mundial que circula por Oriente Medio, incluidas sus propias riquezas de gas y petróleo. Si el
imperialismo lo pierde, si el ente sionazi llamado «Israel» desaparece y se crea un Estado palestino único,
demócrata y laico, el imperialismo tendrá sus días contados. Es así como se comprende que EEUU haya
gastado 17.900 millones de dólares en un año, y un total de 251.200 millones de dólares al cambio actual
en «ayudas» al ente sionista desde 1959[5].
No negamos la importancia de otros escenarios, pero tal y como está la crisis genético-estructural
capitalista[6], Palestina y Oriente Medio tienen una importancia singular, como a otra escala actualmente
menor la tiene la derrota otanazi a manos de Rusia en Ucrania, la estrategia defensiva de China Popular,
las inquebrantables resistencias de Cuba, Nicaragua y la Venezuela bolivariana, la lucha de clases en
India, los avances de Irán y el Sahel, etc. De esta forma estamos asistiendo a la confluencia, dentro de la
crisis general del imperialismo, de las subcrisis parciales que puede dar el salto cualitativo a la aparición
de lo nuevo, de otro escenario mundial diferente que acelere contradicciones más profundas. Podría crecer
la tendencia a la desdolarización y al declive occidental ante la mejor coordinación de la llamada
multipolaridad y del BRICS+[7], que coincide con el desprestigio de la ONU, el FMI, el BM y restantes
burocracias imperialistas, junto con un más que previsible ascenso de la luchas de clases mundial.
Estaríamos en mejores condiciones objetivas y subjetivas para un súbito y revolucionario desarrollo de la
ley de la negación de la negación.
Decimos que podría crecer la influencia y la coordinación de los BRICS+ pero también puede decrecer
según evolucione la lucha de clases mundial en todos sus frentes. Uno de ellos es el conjunto de presiones
en contra de los BRICS+ por parte del imperialismo y de las burguesías de ciertos Estados, como es el
caso de Brasil negando la entrada de Venezuela; otro es el conjunto de políticas que realizan Turquía,
India, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos…, con burguesías que aspiran a ser potencias regionales e
incluso subimperialistas y podrían forzar al extremo los principios fundacionales de los BRICS hasta que
estallen hechos pedazos. La desdolarización, por ejemplo, es un casus belli absoluto para el imperialismo.
Algunas burguesías de los BRICS+ tienen más miedo a sus clases trabajadoras que al dólar.
Los momentos históricos como el que vivió Lenin y el actual, se caracterizan por la rapidez de los
acontecimientos con saltos y cambios intensos que nos exige flexibilidad y agilidad para comprender la
situación en su totalidad contradictoria y poder dirigir nuestra praxis en la dirección correcta. La
Dialéctica es la única arma de praxis, el único método de pensamiento y concepción del mundo y del arte
que nos alerta, nos prepara y propone las soluciones a esas crisis. Porque persigue entender el mundo para
optar por el cambio, en pro de la liberación de los pueblos. La felicidad humana no solo depende de esa
liberación e independencia, que también, sino de la pedagogía, de una progresión del conocimiento, en
busca de la verdad hacia el comunismo. Qué duda cabe que en los países y clases trabajadoras donde
existe dura resistencia ante el opresor, también los que han conseguido su independencia del
imperialismo, muchos de ellos en tránsito al socialismo, la verdad, el conocimiento de la realidad, es
consustancial con sus procesos políticos y revolucionarios. Se trata de un método, el dialéctico, que lo
abarca todo, desde los análisis de la lucha de clases y la situación nacional e internacional, hasta el
conjunto de las ciencias dirigidas a esa felicidad y liberación humana.
El libro que presentamos quiere reflejar esa tradición marxista de compromiso revolucionario que requiere
como herramienta fundamental, la Dialéctica. Se presenta en dos partes formalmente diferenciadas que se
conjugan en una sola para mostrar la vigencia de Lenin y de la Dialéctica en la naturaleza, a la que se
añade una tercera parte con algunos textos publicados por nosotras en el pasado. En la primera parte y
siempre partiendo de la lucha de clases en cada período, se hace un recorrido histórico de la filosofía
dialéctica desde la Grecia antigua, configurada por el avance de la economía mercantil tras la introducción
del hierro, aunque siendo conscientes de las aportaciones de filosofías anteriores y contemporáneas como
la china, la egipcia y la india, entre otras. Hubiéramos tenido que extendernos mucho para exponer las
corrientes materialistas y dialécticas de estas grandiosas culturas.
Un recorrido histórico que trata de mostrar el grado de desarrollo de la filosofía que existía cuando Lenin
comenzó su praxis militante. Una síntesis histórica imprescindible para penetrar en el surgimiento de la
Dialéctica como proceso que nunca acaba, inagotable, descripción que, de forma sencilla y breve, nos
lleva hasta el materialismo dialéctico que brilla en el entendimiento de las ciencias, empezando por la
vertebración que las recorre a todas ellas, la lucha de clases como unidad y lucha de contrarios, que ha
sido una constante en las sociedades explotadoras, por sexo, primero, por clase social, después.
A partir de ahí, se hace un recorrido del pensamiento de Lenin a través de sus numerosos escritos, libros y
artículos, mostrando como utilizó la Dialéctica en los momentos históricos claves para la lucha qué
desembocó en la revolución de Octubre y los primeros años del poder soviético, hasta su muerte. El lector o lectora podrá recorrer no solo al Lenin más dialéctico sino también como se fueron produciendo los
acontecimientos de la lucha de los pueblos, las dificultades que se tuvieron en el camino, siempre desde el
método que vertebra los escritos de Lenin. Acontecimientos que no solo se enlazan a lo interno de la
situación rusa sino también a los cambios externos de transformación del capitalismo en imperialismo y
de las tensiones entre las potencias por el expansionismo colonial que potenció la industria de la matanza
humana preparando la Primera Guerra Mundial.
En la segunda parte del libro, tratamos de mostrar la importancia de la dialéctica de la naturaleza que pese
a la división del nombre está inexorablemente unida con la dialéctica de la sociedad y del pensamiento.
Esta unión intenta ser el hilo conductor de algunos hitos científicos que abordamos, de cómo al
sumergirnos en ellos aparece la unidad y lucha de contrarios y el automovimiento que aparece en la
naturaleza como un todo. La historicidad de ese automovimiento implica relacionar el origen del universo,
por ejemplo, con el de la vida. De cómo la vida surgió de la no vida. De la expansión y diversificación de
los seres vivos que se extendieron ramificándose en múltiples direcciones en una espiral expansiva de
extinciones y apariciones. Relación dialéctica, no lineal ni mecánica. Será una de esas ramas, los
mamíferos primates, donde se encontró nuestro ancestro común. De cómo los animales humanos surgimos
de los no humanos. Al bucear en el proceso de la hominización y de la consciencia humana nos damos
cuenta de la unión íntima entre lo biológico y lo social, entre la naturaleza, la sociedad y el pensamiento.
La larga aparición de lo humano, supuso un salto cualitativo acompañado de otros saltos excepcionales,
como las normas y reglas para la supervivencia del grupo que forjó la moral anclada al grupo particular y
a las primitivas sociedades humanas. Se dice que la ley del salto cualitativo no actúa en la naturaleza
porque en esta sólo actúa la evolución lenta, muy lenta. Este tópico ignora que las categorías de
materia/movimiento y de espacio/tiempo integran perfectamente los diferentes tiempos atómicos y
subatómico, cosmológico, geológico, natural inorgánico y orgánico y dentro de este el de la antropogenia
y el de los modos de producción, incluyendo en este último el tiempo afectivo-emocional, el tiempo
sociopolítico, etc. En todos estos tiempos hay saltos cualitativos específicos al nivel particular y singular
de la materia/movimiento y del espacio/tiempo que tratemos dentro de la universalidad del todo[8]. Pero
sabiendo que en cada uno de estos tiempos, hay ritmos y velocidades, y por tanto intensidades, diferentes
que nos ayudan a entender en cada análisis de la situación particular los cambios cuantitativos y
cualitativos de la naturaleza.
Cuando escribíamos este texto se anuncia la publicación de un estudio, dirigido por la geóloga Dadja
Drabón, que muestra como el impacto de un enorme meteorito de más de 3.000 millones de años,
provocó, tras los primeros efectos negativos catastróficos, un impulso de la vida gracias a los recursos
minerales que dejó la roca espacial[9]. En este ejemplo podemos ver no solo la relación de los contrarios
en su unidad (en este caso entre los efectos negadores y facilitadores de la vida ante un acontecimiento
intenso y brusco, de gran velocidad), también las categorías dialécticas de materia y movimiento, cantidad
y calidad, entre las partes y el todo en un desarrollo desigual y combinado de la naturaleza, como también
ocurre en la sociedad y el pensamiento.
En este devenir, la Dialéctica aparece como el movimiento inmanente que concatena todas sus partes, aquí
naturalmente no hay cabida para los dioses ni para cualquier irracionalismo. Veremos que la unión de lo
vivo con lo no vivo, de lo humano individual con lo humano colectivo, de lo físico y lo psíquico, de la
consciencia y de los procesos psicológicos superiores, de la salud y enfermedad, se están forjando en la
unidad contradictoria entre lo natural y lo social. En cualquier ámbito del conocimiento aparece la unidad
y el proceso que va de la diferencia a la oposición y a la contradicción, en este proceso descubrimos la
concatenación inmanente de todos los componentes y procesos que observamos en la totalidad.
En este breve recorrido por algunos hitos de la ciencia comprobamos como los hijos y las hijas de la
revolución bolchevique brillaron con luz propia por sus múltiples avances científicos, que nos da cuenta
de la relación estrecha entre una sociedad nueva y en plena ebullición y sus aportaciones inéditas en el
campo científico y cultural. Los primeros años de la revolución rusa, pese a sus tremendas dificultades,
fueron un periodo en el que Lenin, el partido bolchevique y los pueblos soviéticos dieron gran impulso a
la planificación socialista de la producción, la ciencia y la cultura, lo que permitió aplastar al fascismo
internacional. Solo esa unión entre la teoría y la práctica explica los grandes avances soviéticos en ramas tan diversas como la pedagogía y la psicología, la cosmología o la bioquímica que iban paralelas a los sistemas educativos, sanitarios, y culturales al alcance de toda la población.
Al menos tres ejemplos actuales nos permiten apreciar los beneficiosos efectos de la revolución científico-
filosófica no sólo a lo socioeconómico sino a la sociedad en su conjunto, impulsada por la insistencia de los bolcheviques en estudiar y divulgar críticamente el materialismo de comienzos del siglo XX y la
dialéctica de Hegel[10]. Sabemos que la totalidad es clave en la dialéctica y debemos partir de ella para
entender lo que viene. Uno es el de la planificación a largo plazo del desarrollo del método científico y de
las ciencias particulares, de la técnica y del conocimiento siempre en función de los intereses del pueblo,
como es la base del carácter socialista y público de la educación, de la sanidad y de la ciencia actual,
carácter que la burguesía odia e intenta destruir a cualquier precio con las constantes privatizaciones.
Basta comparar las políticas sanitarias durante la pandemia del Covid de China Popular, Cuba, Venezuela,
Rusia y otros países que han priorizado en mayor o menor medida, según sus circunstancias, las políticas
de salud pública. Esto contrasta con la sanidad imperialista propietarias de las grandes farma-industrias
privadas.
Otro, los incuestionables avances científicos actuales de muchos Estados que de diversas formas resisten
al imperialismo y saben que la ciencia planificada es un arma de liberación y de solidaridad
antiimperialista en todos los sentidos. Siguiendo en cierta forma las tesis de Marx y Engels que
entendieron la ciencia como un arma revolucionaria. Mientras que bajo la propiedad capitalista la ciencia
es en general un instrumento económico-militar para aumentar el beneficio, y político-ideológico para
debilitar a la clase obrera. En las crecientes tensiones internacionales, la ciencia de los pueblos que se
defienden y se liberan del imperialismo es un instrumento de libertad. Hoy se libra también una «guerra
científica» entre el imperialismo y las alianzas que establecen muchos Estados y pueblos.
La «guerra científica» tiene un contenido objetivo de «guerra ética» como se está demostrando en los
recientes asesinatos de científicos rusos a manos de los ucronazis, de científicos iraníes a manos de
sionazis, en las presiones y amenazas del imperialismo contra los pueblos que elaboran una ciencia que
defiende a la humanidad y un largo etcétera. Los ataques cada día más sádicos contra Cuba buscan entre
otras cosas destruir sus avances en la salud y otras ciencias como se volvió a demostrar durante la
pandemia de la COVID. Hablamos por tanto de la dialéctica científico-ética, clave en el marxismo, en
cuanto fuerza revolucionaria inconciliable con la ética mercantil capitalista y su industria de la matanza
humana.
Pese a las diferencias y limitaciones internas de los BRICS+ que hemos señalado arriba, los aspectos
científicos, aunque no solo, que se señalan en la Declaración de Kazán, emanada de la Conferencia
Internacional celebrada en la ciudad rusa del mismo nombre, son muy elocuentes al respecto. En los
temas de Salud destaca el apoyo a la coordinación de la OMS y el fomento de:
lazos más estrechos entre las instituciones sanitarias de los BRICS responsables de la salud y el
bienestar sanitarios y epidemiológicos, la prevención, la preparación y la respuesta a las
enfermedades transmisibles propensas a epidemias […] y animamos a seguir explorando
oportunidades para compartir conocimientos, intercambiar experiencias y emprender proyectos
conjuntos en el sector sanitario.
La declaración llega a aspectos tan concretos y fundamentales como la lucha contra la tuberculosis y la
resistencia a los antibióticos, siendo conscientes de su importancia ante la crisis ecosocial. No es
casualidad que en la Declaración los puntos que tratan sobre salud estén junto a los de la lucha contra el
Cambio Climático. Se propone un centro de investigación en vacunas y de Alerta Temprana ante
epidemias y pandemias, así como la publicación de la primera edición de la Revista de Salud de los
BRICS y la red de Institutos de Salud Pública de los BRICS, entre otras iniciativas[11]. Vemos a través de
este ejemplo como los avances científicos tienen una conexión histórica incuestionable con las
revoluciones socialistas.
Y tres, la ciencia de la defensa militar, tema tabú para el reformismo y su obsesión antidialéctica. En base
a las informaciones actuales, la concepción político militar, filosófica y ética de la URSS ha impedido las siguientes guerras nucleares: desde el plan impensable de 1945 hasta el presente, ha habido varios intentos
sucesivos de destrucción nuclear de la URSS por el imperialismo estadounidense; también el proyecto de
bombardear nuclearmente a Corea del Norte, China Popular y la URSS a comienzos de la década de 1950;
el intento de bombardear Siria y Egipto por el ente sionista en la guerra de Yom Kipur de 1973…, por
ceñirnos a intentos conocidos. Además, la estrategia militar planificada en defensa del socialismo ha
permitido que muchos pueblos se defendieran y hasta vencieron al imperialismo con armas eficaces y
baratas, cualitativamente superiores por su relación calidad/precio a las fabricadas por la industria
capitalista de la matanza humana. Pese a haber desaparecido la URSS estos y otros logros son hoy más
vigentes que nunca.
Desde su origen histórico las filosofías materialistas y dialécticas han sido inseparables de la lucha de
clases, de las violencias y guerras entre opresores y oprimidos. No podemos hablar de la guerra o de la
paz sin considerar su dialéctica. ¿De qué paz y de qué guerra hablamos? ¿De la paz de los pueblos
sometidos y subyugados por la violencia opresora e imperialista? ¿O de la paz de una sociedad que se
construye tras la expulsión de los invasores? ¿De la guerra injusta y ofensiva para el saqueo y explotación
de los pueblos colonizados? ¿O de la guerra justa y defensiva contra los ocupantes como ocurre ahora en
Palestina? La dialéctica marxista y las enseñanzas históricas de la lucha de clases nos permiten distinguir
estos dos polos dialécticos de la paz y de la guerra, sabiendo que en ambos hay grados y matices en
continuo movimiento interrelacionados. La dialéctica entre la paz y la guerra nos impide hablar de la «paz
perpetua» kantiana en un mundo basado en la propiedad privada, en la explotación y en las violencias. La
paz perpetua es una ilusión reaccionaria mientras que la dialéctica de la paz y la guerra es una visión
revolucionaria y liberadora.
Como vemos la Dialéctica está en todo, y afecta a cualquier ámbito del saber lo que ha motivado que
durante años hayamos publicado textos sobre ella en temáticas diversas. Son textos escritos en y para la
militancia en su forma directa o en su forma indirecta, es decir, para debates necesarios de formación y
para charlas sobre epistemología marxista, con el objetivo directo de fortalecer la militancia. Este es el
caso del primero que aparece en esta tercera parte: La dialéctica como arma, método, concepción y arte,
es el más antiguo que presentamos, aunque hay muchos otros, en esta selección que compone la tercera
parte del libro. Como hemos dicho, una de las razones para escribir este artículo fue responder a una
petición de un grupo de militantes en su programa de formación marxista. Lenin, y todos y todas las
marxistas, siempre supieron que la dialéctica es un arma para la revolución.
Los textos sobre biología y salud se escribieron como parte de los debates que surgían con el alumnado de
las carreras sanitarias en las clases impartidas en la Universidad de Sevilla, también en un colectivo de
profesorado de la misma universidad donde militábamos desde disciplinas tan diferentes como la biología,
arquitectura, ingeniería informática, matemáticas, bellas artes, educación, antropología, filología,
psicología y medicina. Son textos militantes porque, para una marxista, la educación y aún más la
sanitaria, es una forma más de militancia según los fines y los momentos. Para la Dialéctica en sí no se
puede separar la educación sanitaria de la educación sociopolítica, filosófica y ética, planteándonos qué es
la «educación» burguesía y qué es la educación socialista. Nótese que también entrecomillamos el término
de «educación» burguesa pero no el de educación socialista por las mismas razones que lo hacemos con
los «derechos humanos» burgueses y los derechos humanos socialistas.
La reseña del libro, No está en los genes, un libro imprescindible para el estudio de la biología más
dialéctica con una profunda crítica política al determinismo biológico, base del racismo y machismo
imperialista. Sobre Salud, se publican, ¿Por qué enfermamos? El método dialéctico en epidemiología o
Dialéctica y salud: reflexionando sobre algunas enfermedades actuales, sus causas e intervenciones. Las
ciencias de la salud, como cualquier otra, deben liberarse de las frecuentes desviaciones mecanicistas e
idealistas, que muchas veces se dan la mano. Reclamar y reivindicar el materialismo, la dialéctica
materialista, es una necesidad en la ciencia con implicaciones profundas en lo teórico y en lo práctico.
También, a raíz de un texto que publicamos tras la muerte de un niño de difteria que no había sido
vacunado, el tema candente de las vacunas y su negacionismo provocó, Entrevista a Concepción Cruz
Rojo sobre salud pública, difteria y vacunas, donde la Dialéctica vuelve a surgir de forma natural. El
negacionismo sigue más vigente que nunca y es una de las formas más peligrosas del irracionalismo.
Un ámbito, el de la Salud y su dialéctica, que requiere nuevos desarrollos en su significado más filosófico
en pro de una Salud socialista y su distinción de la burguesa. Creemos que este ámbito es de una
necesidad y actualidad tremenda para los pueblos en lucha por su liberación y por el ya hemos comenzado
a trabajar. Una tragedia como la DANA que ha afectado a la provincia de Valencia, entre otras zonas, es
un ejemplo dramático que requiere un análisis marxista y dialéctico para ahondar en todas las causas hasta
llegar al modo de producción capitalista expoliador e irracional que nos lleva al núcleo de la necesidad de
una Salud socialista.
La importancia de la cuestión nacional que también abordó Lenin, motivó otro de los textos que se
presentan, Lenin y la cuestión nacional. Con la vista puesta en el 4-D. La complejidad extrema de «lo
nacional» sólo es compresible desde la Dialéctica, y por esto, ahora que el españolismo canta victoria y
que ciertas izquierdas marxistas han excluido de su catón formativo todo lo relacionado con «lo
nacional», las luchas de liberación nacional de clase deben recuperar la Dialéctica que tanto les ayudó en
los largos años de lucha revolucionaria. Por último, en esta recopilación muy breve de textos antiguos, se
presenta un artículo que escribimos recientemente a raíz del 50 aniversario del golpe fascista en Chile,
Necesidades, derechos y libertades tras el golpe contra Allende que desarrolla un capítulo de un libro[12] a petición de los editores que conocían el libro anterior sobre Derechos Humanos como arma de destrucción masiva.
La historia reciente nos va demostrando que es en las sociedades en tránsito al socialismo donde podemos
esperar el máximo de conocimiento, liberación y felicidad para los pueblos, a pesar de las dificultades y
ataques que sufren por parte del decadente capitalismo imperialista. Un imperialismo herido de gravedad
pero tremendamente agresivo y peligroso por sus crisis internas y por las crecientes resistencias en
diferentes partes del mundo. La Dialéctica, Lenin y su pueblo nos enseñaron el camino.
CONCEPCIÓN CRUZ ROJO – IÑAKI GIL DE SAN VICENTE
23/12/2024, ANDALUCÍA – EUSKAL HERRIA
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