Noruega: sobrepeso de la OTAN

En los últimos años se han hecho públicas las numerosas fallas que EEUU y sus aliados del Atlántico Norte han tenido a nivel militar y
logístico, la propia incompetencia de la OTAN provoca pérdidas
millonarias en las numerosas maniobras militares que desde hace años la Alianza realiza más por afán propagandístico que por necesidad táctico-bélica.

Tras el desastre de la Spring Storm 2017 en Estonia, donde seis
militares fueron hospitalizados debido a fallas técnicas y a la falta de
experiencia del personal militarizado, además de un incidente con un
ciudadano estonio de 56 años, que disparó en señal de advertencia
contra soldados de la OTAN que invadieron su propiedad privada
realizando unas maniobras, colocando a la opinión pública de la
República Báltica en una postura incómoda con sus aliados militares,
se unió más tarde otro incidente en otro país del Norte de Europa,
Lituania, donde más de una hectárea de bosque se quemó en un
incendio cerca de un polígono militar durante unas maniobras
atlantistas.

Además de los desafortunados sucesos en las maniobras en las
Repúblicas Bálticas limítrofes con Rusia, hay que sumarle la triste
historia del S-80 Isaac Peral, el submarino del Ejército Español que no
flotaba, que fue agrandado para conseguirlo y luego no cabía en su
muelle, con unos sobrecostos finales de casi mil millones de euros.
Tampoco el Ejército teutón se salva de semejantes fiascos, como el
escándalo del dron “Euro Hawk” o el del Eurofighter, el hasta entonces
más costoso proyecto de aviación militar, que se estrelló en un vuelo
de prueba por fallo del mecanismo de dirección y cuyo sistema de
eyección de los asientos tampoco funcionó bien.

Ahora se une a esta insólita lista, ocupando el dudoso primer puesto
Noruega, donde el nuevo y más ambicioso navío de la Real Armada no
puede surcar los mares debido a la detección de numerosos riesgos
para la seguridad de tripulación propia y foránea, según informa el
diario Aftenposten.

Con un coste de 246 millones de dólares, unos 220 millones de euros,
el KNM Maud cuenta con una sala de operaciones, un hospital con 44
camas y hasta un hangar para dos helicópteros, para uso compartido
de otras flotas de la OTAN, todo muy bien calculado si no fuera porque
la empresa de evaluación de riesgos y certificación de navegación DNV
GL emitió una larga lista de deficiencias, entre las que se encuentra la
ausencia de iluminación a bordo, la inseguridad a la hora de caminar
por la cubierta o puertas extremadamente pesadas que se convierten
en un peligro potencial para la tripulación. Todo ello se une a que el
material médico es obsoleto y puede provocar accidentes, como el
generador de oxígeno del quirófano que corre el riesgo de provocar un
incendio.

Por si fuera poco, el diario Aftenposten recoge que no se encontraron
indicios de que el buque recibiera un mantenimiento adecuado en los
dos años en los que estuvo en el astillero de Corea del Sur donde fue
construido, estancia sospechosamente alargada por la quiebra de la
empresa del astillero y por una serie de accidentes laborales que se
cobraron la vida de tres trabajadores y dejó numerosos heridos.
Por todo ello, la empresa evaluadora DNV GL ha prohibido que zarpe
hasta corregir las deficiencias, que no ocurrirá hasta el segundo
trimestre del 2020, según ha informado el Ejército Noruego.
El ministro de Defensa de Noruega, Frank Bakke-Jensen, haciendo
honor de un magnífico sentido del humor, declaró que “Esto sucede en
todas las adquisiciones importantes”.

Con todos estos precedentes, no hay que ser un experto en geopolítica
para explicar el por qué de la tranquilidad ruso-china ante sus
potenciales adversarios atlantistas, a menos que todo esto fuera una
excelente campaña de marketing al más puro estilo kafkiano.

Fuentes: RT, Sputnik, El Español y Aftenposten.

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Carlos Ríos

Vine al mundo en Granada en 1977. Soy licenciado en Geografía y trabajador en el sector de la enseñanza. Escribí "La identidad andaluza en el Flamenco" (Atrapasueños, 2009) y "La memoria desmontable, tres olvidados de la cultura andaluza" (El Bandolero, 2011) a dos manos. He hecho aportaciones a las obras colectivas "Desde Andalucía a América: 525 años de conquista y explotación de los pueblos" (Hojas Monfíes, 2017) y "Blas Infante: revolucionario andaluz" (Hojas Monfíes, 2019).

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