Los líderes mapuches bajo el Estado Chileno impuesto se organizan para reclamar sus derechos. Video “La resistencia es vivir”

Un llamado a continuar movilizándose para reclamar sus derechos y una solicitud a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU para chequear la desmilitarización de la Araucanía hicieron el pasado fin de semana numerosos líderes mapuches.

Los jefes de las comunidades mapuches participaron en un masivo encuentro en la localidad de Temucuicui, el tercero que efectúan en esa zona donde se encuentra la vivienda que construía para su familia el joven mapuche Camilo Catrillanca cuando fue asesinado por tropas especiales de Carabineros el 14 de noviembre.

La muerte del comunero de 24 años resultó un factor aglutinador de los diferentes grupos mapuches, lo cual fue calificado como hístórico por José Santos Millao, presidente nacional de Ad Mapu (valores y tradiciones que forman la concepción del mundo Mapuche).

Por su parte, el werkén (portavoz) de la Comunidad Autónoma de Temucuicui, Jorge Huenchullán, afirmó que seguirán luchando, ejerciendo el control territorial, y llamó a las comunidades a continuar movilizándose pare reclamar los derechos sobre sus territorios ancestrales y exigir la desmilitarización de la región por el Gobierno.

En la reunión y en las anteriores los líderes mapuches continuaron exigiendo la renuncia al ministro del Interior, Andrés Chadwick, y del director de Carabieneros, general Hermes Soto, porque a su juicio intentaron encubrir las ilegalidades cometidas por los uniformados en el caso de la muerte de Catrillanca.

En tanto, el encargado de las relaciones internacionales del Consejo de Todas Las Tierras, Aucán Huilcamán, se refirió a la petición a la Alta Comisionada de derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, para que se cree una instancia internacional que verifique la desmilitarización de la Araucanía que ellos exigen.

Según trascendió en la reunión, continuarán realizándose encuentros similares para coordinar posiciones entre todos los grupos, sin descartar su celebración en otras regiones de Chile.

(Fuente: Prensa Latina)

Video “La resistencia es vivir”: La guerra no declarada entre el pueblo mapuche y el Estado chileno

En la región de Araucanía, al sur del Estado de Chile, los mapuches viven bordeando la delgada línea que separa la tensión latente y el conflicto abierto con el Estado, la tradición que ha mantenido unida a la comunidad y los señuelos de la modernidad.

Una frontera invisible que también separa identidades: una antigua de la que se sienten orgullosos, la de ser mapuche, y otra en la que no se reconocen y que contemplan con recelo, la de ser chileno.

En Chile, los indígenas mapuche luchan por conservar su cultura y sus tierras mientras las autoridades del Estado tratan de hacerles ingresar en la modernidad. Esta problemática continúa latente en el país sudamericano y sigue generando inquietud y temor.

En la región de la Araucanía, a 700 kilómetros al sur de Santiago de Chile, se respira un clima de tensión y conflicto. Algunos miembros de las comunidades mapuche se oponen a los planes de restructuración del Gobierno chileno para modificar la región, entre ellos, al asfaltado de vías y la tala de bosques. Estos y otros hechos han provocado disturbios y arrestos, mientras los nativos alegan que la región y los recursos hídricos y forestales les pertenecen por herencia ancestral.

Sin embargo, hay mapuches que cuestionan los reclamos de algunas de sus comunidades y consideran que la modernización permitirá, por ejemplo, llevar a los niños a la escuela y facilitar el acceso de ambulancias. Sus integrantes tienes posturas diferentes, pero ante todos ellos, la fuerza pública se ha mostrado violenta e intransigente en su manera de actuar.

Violencia contra violencia

Los opositores mapuche ven el problema como una cuestión de principios con un trasfondo político. “Vivimos sometidos a un régimen que para nosotros es una dictadura todavía. Nuestros niños están creciendo en ese mismo ambiente y eso es lo que más nos pesa”, resalta José Cayuhán, uno de los pobladores.

“La resistencia va más allá de tener un enfrentamiento o ir en contra de un sistema que se está imponiendo en la sociedad chilena. La resistencia para nosotros es vivir”, agrega Cayuhán.

Por desgracia, ciertos sectores mapuche han decidido actuar en rebeldía al Estado y contra las empresas forestales, incendiando instituciones, casas particulares, camiones y hasta iglesias católicas y protestantes, dejando en algunos casos víctimas mortales. Las acciones violentas atribuidas a indígenas desde 2008 hasta 2018 suman más de2.000.

Héctor Llantul, vocero de una de las corrientes más radicales dentro de los mapuches, asegura que sus acciones van principalmente en contra del “capitalismo y el latifundio usurpador”, que los tiene en una situación de “opresión colonial”. Resalta que la respuesta de las autoridades con militarización y persecución ha implicado desapariciones forzadas y atropellos a toda la población, algo que califica como “terrorismo de Estado”.

Una guerra no declarada que no termina

Desde el Gobierno no niegan la existencia de un conflicto a resolver, pero no lo ven como un enfrentamiento militar. Alfredo Moreno, ministro de Desarrollo social de Chile, considera que las discrepancias entre ambos bandos a lo largo de tantos años se debe a la “separación entre el país y esa cultura”, que se empezó a “invisibilizar”.

Los mapuches basan sus reclamos en el respeto a la naturaleza y acusan a las forestales de exprimir sus riquezas sin conservarla. Pero en medio de su lucha, lo que más los afecta es la violencia desmedida de los carabineros. Asimismo, el empobrecimiento de la zona por la estigmatización hacia el mapuche les hace más difícil encontrar trabajo y subsistir.

La violencia persiste en ambos sectores a raíz de la militarización y el no entendimiento entre las partes. Esta guerra no declarada, en la que claramente el Estado cuenta con un mayor poder de opresión, parece no tener fin. Mientras, cada vez son más los mapuches que no se sientes chilenos y los chilenos que no quieren ponerse en los zapatos de los mapuches.

(Fuente: Russia Today – RT)

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Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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