Las estadísticas desmienten el mito de la Andalucía subsidiada

El gasto público por cada andaluz es 790 euros inferior a la media estatal. Y la brecha en el gasto público por habitante entre un residente en Andalucía y otro en el País Vasco, la comunidad que alcanza el valor superior sobre la media, asciende a 3.472 euros, según las balanzas fiscales publicadas la semana pasada por el Ministerio de Hacienda, correspondientes al año 2013.

Cinco comunidades son contribuyentes netas a la solidaridad territorial. Según las balanzas fiscales, Madrid es la que más aporta, con 17.591 millones de euros, lo que equivale al 9% de su PIB, y 2.717 euros por habitante. En Baleares la contribución asciende a 1.511 millones, un 5,8% de su PIB, y en Cataluña a 8.800 millones, un 4,5% de su PIB, y 1.168 euros per cápita, menos de la mitad de la cifra de Madrid. Navarra completa el cuadro de contribuyentes netos con 176 millones de euros y sólo el 1% del PIB. En total, los flujos redistributivos entre diferentes regiones ascendieron en 2013 a 29.494 millones de euros, un 2,86% del PIB de España.

En términos generales, el saldo fiscal tiende a empeorar según aumenta la renta per cápita. Los territorios más ricos generalmente presentan déficits fiscales mientras que los de menor renta suelen disfrutar de superávits.

Si se observan las cantidades brutas, Andalucía es la comunidad más beneficiada. El saldo entre sus ingresos fiscales y el gasto público en la comunidad asciende a 6.154 millones, el 4,44% de su PIB. Esta cifra supera de largo los 4.612 millones que obstiene Castilla y León, o los 3.665 millones de euros de Galicia. Pero hay que tener en cuenta que Andalucía es la región más poblada de España, y su PIB per cápita es el segundo más bajo después del extremeño, por lo que hay que poner estos datos en perspectiva.

Si se toma como referencia el porcentaje de PIB que supone el saldo fiscal en cada comunidad, seis comunidades resultan más beneficiadas que Andalucía. De ellas, sólo Extremadura, donde el saldo a su favor supone el 16% de su PIB, cuatro veces más que en Andalucía, tiene una renta inferior a la andaluza. En Asturias, el flujo redistributivo equivale al 9,9% de su PIB, mientras que en Castilla y León supone el 8,8% y en Galicia el 6,78%. Canarias (8,9% del PIB) y Ceuta y Melilla -donde la aportación supone el 22% de su PIB- completan el listado.

Las diferencias son aún mayores al relacionar el saldo fiscal con la población. Cada andaluz recibe 731 euros por la solidaridad territorial. Siete comunidades superan esa cifra, siendo la más beneficiada Extremadura, con 2.478 euros por habitante, seguida de Asturias (1.935 euros) y Castilla y León (1.839 euros). Sorprendentemente, el País Vasco también recibe un saldo fiscal per cápita superior que Andalucía, con un resultado positivo de 971 euros por habitante.

Otro dato que reflejan las balanzas fiscales es el desequilibrio entre las comunidades del régimen común y País Vasco y Navarra, que disfrutan de su régimen foral. Estas comunidades recaudan todos los impuestos salvo las cotizaciones sociales y el IVA, y después abonan al Estado una cantidad en función de los servicios que éste le provee por competencias no transferidas, como Defensa, representación exterior o aeropuertos, entre otras. Esta transferencia es denominada cupo en el País Vasco, y concierto en el caso de Navarra.

El sistema les permite casi duplicar la financiación regional per cápita, según la estimación en función de competencias homogéneas e igual esfuerzo fiscal. Mientras que las regiones forales cuentan con 3.965 euros por habitante, las regiones acogidas al régimen común deben conformarse con 2.030 euros de media. Andalucía se sitúa por debajo de la media, con 1.898 euros por habitante, y las más infrafinanciada es la Comunidad Valenciana, con 1.824 euros.

“Estos datos desmitifican el cuento de que somos la comunidad más beneficiada por la solidaridad territorial”, asegura Joaquín Aurioles, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Málaga. “Tenemos un problema de financiación. El gasto público por habitante es el más bajo de España. Hace 15 años no era así porque la solidaridad interregional funcionaba. Esto es doliente porque somos la comunidad en peor situación de España”, insiste Joaquín Aurioles. En su opinión, la existencia de los regímenes forales “sólo se explica por razones políticas”. “Ellos no contribuyen prácticamente nada porque el cupo y la aportación son muy bajos”, asegura Aurioles, que insiste en la inviabilidad de que Cataluña logre un sistema fiscal similar al foral para el sostenimiento de la solidaridad territorial.

Para la Junta de Andalucía, el cálculo de las balanzas fiscales siguen “criterios cuanto menos discutibles”, Sin embargo, el estudio evidencia “un hecho ya conocido, que es la desigualdad entre los ciudadanos en función del lugar en que residen”. Fuentes de la Consejería de Hacienda y Administración Pública reiteran que “el error es centrar la discusión en el saldo y no en el gasto, que es lo que hace iguales a todos los españoles”. “El gasto público para cada andaluz fue inferior en 790 euros al de un español medio. Dicho de otro modo, el gasto público del que se beneficiaron los españoles apenas supera el 90% de la media española”, señalan las mismas fuentes. “Esto es lo que hay que corregir, y uno de los principales elementos para ello es una reforma del sistema de financiación autonómica que otorgue los recursos suficientes a las comunidades autónoma y los reparta de manera equitativa entre ellas”.

estadísticas

(Fuente: diarios Grupo Joly / Autor: Alejandro Martín)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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