Las empresas exprimen su mano de obra y no contratan
“¿Quieres este mes trabajar más horas?”. La pregunta comienza a ser habitual en muchas profesiones. La escuchan cajeros de supermercado, los reponedores, los operadores call-centers. Trabajadores que antes tenían contratos de 40 horas semanales y que, después de la crisis, tuvieron que aceptar empleos por horas porque no había otra opción: era eso o el paro.
Con la incipiente recuperación económica se esperaba que esos contratos reducidos recuperasen su plenitud. Pero no está siendo así. El empresario prefiere que la mayor actividad económica se cubra completando la jornada de los empleados a tiempo parcial, en vez de contratar a más personal a tiempo completo o mejorar la categoría de jornada a sus trabajadores parciales.
“Es un sistema perverso”, asegura Carlos, el empleado de un call-center en Madrid. En realidad, es una cuestión de números. La hora de un teleoperador se paga a 7,85 euros. Si un empleado a tiempo completo trabaja una hora más, se le abona por ella 9,82 euros. Pero si esa hora adicional se le encomienda a un contratado parcial, no se considera una ‘hora extra’ sino una ‘hora complementaria’. Y esa se paga como una hora normal.
Los empresarios, contentos al ahorrar un 25% por cada hora. “Y los trabajadores a jornada parcial harán lo que sea para completar su salario”, añade Carlos, que es delegado sindical de UGT en su empresa.
El caso de la empresa de Jesús es el ejemplo de un modelo extendido. Las jornadas parciales no están siendo tan reducidas como establecen sus contratos. Según la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) del Instituto Nacional de Estadística (INE), los empleados parciales trabajaron de media 0,55 horas más durante el cuarto trimestre de 2015, la mayor cifra en este período de toda la serie histórica. Es más de media hora de trabajo de promedio por encima del tiempo firmado en el contrato.
“Es legal alargar las horas complementarias hasta un minuto menos que la jornada completa en convenio… y eso es un caramelo muy goloso para el empresario”, explica a 20minutos Luis Zarapuz, economista del sindicato CC OO. “En la lógica del empresario, ante un incremento de la demanda el primer paso antes de contratar más profesionales es exprimir la mano de obra de la que ya disponen. Solo cuando no pueden atender la mayor actividad, es cuando acometen contrataciones”.
Según la EPA, a finales de 2007 el 11,43% de ocupados españoles trabajaban con horario recortado, pero el año pasado ya supusieron el 15,75% (2,8 millones de trabajadores). Y la mayoría no lo hace de forma voluntaria: el 61,9% de los ‘parciales’ desea trabajar más horas pero no puede: treinta puntos más que antes de la crisis.
Los sindicatos y algunos partidos quieren atajar el uso abusivo de la contratación parcial. El PSOE ha presentado en el Congreso un Plan contra la Explotación Laboral que plantea garantizar “que las jornadas parciales respete los límites pactados” y, en caso de incumplimiento, su conversión automática en contrato a tiempo completo.
“La reforma laboral del PP está favoreciendo el uso fraudulento del trabajo a tiempo parcial y el fraude en el uso de las horas extra”, aseguran los socialistas, que piden dedicar inspectores de trabajo a vigilar y sancionar a las empresas “que firman contratos a tiempo parcial y que en realidad encubren contratos a tiempo completo”. Tener un contrato parcial también garantiza una peor remuneración: los trabajadores a tiempo completo cobran una media de 16,48€/hora, frente a los 10,80 que ingresan los parciales.
Por sectores, los contratos parciales de la construcción redujeron casi a cero las extras trabajadas, una constante bajista en el ‘ladrillo’ en los últimos cinco años por la pérdida de empleo en el sector. Todo lo contrario ocurre con los servicios: allí el promedio de exceso de jornada ha alcanzado las 0,58 horas en una escalada constante. Hablamos de horas pagadas. Las no pagadas, son muchas más.
“Con la crisis, la mayor parte de las horas extra han dejado de pagarse”, advierte Zarapuz. La encuesta de Coste Laboral del INE solo muestra las remuneradas porque los datos los completa por el empresario. Pero no las ‘regaladas’ por el trabajador. Y según un reciente informe para CC OO elaborado por este economista, fueron la mayoría (el 56%) de los 6,3 millones de horas extras empleadas a la semana en 2015.
El abuso se concentra mayoritariamente en el sector servicios, que según el sindicato concentra el 80% de las horas extra no pagadas en España. Hablamos de comercio, de hostelería, de trabajadores de ‘cuello blanco’ que ven alargarse su jornada en la oficina sin ser recompensados por ellos. Actividades donde la presencia sindical, además, es menor que en la industria porque las empresas son más pequeñas y más dispersas.
“La prolongación no remunerada de la jornada es un rasgo de clara explotación laboral”, dice el informe del sindicato. Una situación que califican como “estructural”, que afecta mucho a los asalariados del sector privado y con un perfil mayoritariamente masculino.
(Fuente: 20 Minutos / Autor: Héctor Garrido)
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