Kichi aumenta en 7.000 € la subvención a la Semana Santa de Cádiz (en total 127.000 €)
En Cádiz parece que no hay crisis, a juzgar por la ´´ultima decisión del consistorio gobernado por J.M. González ‘Kichi’ de Adelante Andalucía. El Ayuntamiento ha confirmado ya al Consejo de Hermandades que la subvención anual de 120.000 euros por las salidas procesionales de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección se va a incrementar este 2022 hasta los 127.000 euros.
Esta subvención con dinero público se otorga para colaborar en los gastos de las salidas procesionales de las hermandades de penitencia, repartiéndose entre las 29 hermandades procesionales.
Está claro que el laicismo no va con Kichi. Y de hecho, según han trasladado desde el Consejo de Hermandades, la intención de las dos partes es seguir ampliando la subvención en los años venideros. Un anuncio que realiza el ayuntamiento de la ciudad de la demarcación provincial de Cádiz de más de 40.000 habitantes con mayor tasa de paro (un 26,6%) que afecta a 12.415 personas.
No es la primera vez que ‘Kichi’ regala dinero a las cofradías. El año pasado (a pesar de que no hubo desfiles procesionales) el Ayuntamiento entregó 120.000 € a las hermandades.
Menos mal que la concejala de Cultura, Lola Cazalilla, ha precisado que las hermandades tendrán que justificar con las correspondientes facturas la cuantía de las subvenciones recibidas. Es todo un alivio saber que hay procedimientos legales establecidos para comprobar que el dinero público se gasta de manera efectiva en cirios, velas y demás mandangas católicas.
- El aceite de oliva sigue subiendo en 2024 hasta el 23% y acumula un incremento del 175% en los últimos cuatro años - 14/05/2024
- Huelga docente: “Tanto los gobiernos del PP como los anteriores del PSOE han sido un cáncer para la enseñanza pública andaluza” - 13/05/2024
- Los alimentos siguen subiendo: La rebaja del IVA del Gobierno estatal no frena la voracidad de los monopolios - 12/05/2024
El progre Kichi actúa igual que los ultracatólicos de la extrema derecha y la no tan extrema, regando con dinero público las festividades religiosas.