Guerra de clanes: la peligrosa relación entre el crimen organizado y la clase política en Kosovo

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A principios de 2018, la sobrina del primer ministro de Kosovo, Ramush Haradinaj (foto adjunta), sufrió un atentado. Los medios consideraron que este suceso estuvo políticamente motivado; sin embargo, algunas fuentes indicaron que se trataba de un ajuste de cuentas entre los clanes familiares que rigen en Kosovo (y no solo en Kosovo) desde hace décadas.

La hipótesis sobre las raíces políticas de este crimen se basan en el hecho de que la chica que sufrió el ataque es hija de Nasim Haradinaj, que como veterano del Ejército de Liberación de Kosovo —que se opuso a las fuerzas serbias— solicitó la disolución del tribunal especial para investigar los crímenes cometidos por esta organización. La decisión de formar un juzgado especial fue tomada en agosto de 2015 por el Parlamento kosovar en Pristina.

Washington y Bruselas apoyaron la iniciativa de forma directa para poder controlar los procesos judiciales en los que el presidente kosovar, Hashim Thaci, y el primer ministro, Ramush Haradinaj —ambos excomandantes del Ejército de Liberación de Kosovo— podrían verse implicados. Según fuentes no oficiales, la causa del atentado podrían ser en realidad las disputas entre familias criminales.

La red albanesa de narcotráfico apareció en los años 80 del siglo XX, pero comenzó a operar de manera activa en los años 90. Desde aquel momento el dinero que producía este negocio se dirigió a la financiación del Ejército de Liberación de Kosovo, una organización que cometió numerosos crímenes contra las fuerzas de la antigua Yugoslavia y ciudadanos de nacionalidad serbia.

La especialidad de la mafia albanokosovar consiste en el respeto del principio de división territorial y los intereses de ciertas familias o clanes influyentes. El intento de matar a un miembro de la familia Haradinaj puede estar relacionado con la violación de este ‘código de conducta’.

Todos los clanes de Kosovo están basados en los lazos de sangre, lo que limita el número de miembros que pueden integrarlos y la colaboración de personas externas. La mayoría de los miembros de los grupos criminales kosovares jugó un papel importante en el Ejército de Liberación de Kosovo y otras organizaciones terroristas, además están bien conectados con políticos, empleados de Aduanas y la Policía.

Kosovo está dividido en tres zonas de influencia: Drenica, Dukagjin y Lab. Cada una de ellas está controlada por un grupo poderoso. Así, Drenica está bajo control del presidente actual de Kosovo, Hashim Tachi. La zona de Dukagjin pertenece al primer ministro, Ramush Haradinaj, mientras que la zona Lab es de Rustem Mustafi, quien en el pasado fue uno de los comandantes más influyentes del Ejército de Liberación de Kosovo.

Todas estas agrupaciones practican el tráfico de personas, armas y automóviles robados. Además, se dedican al contrabando de bienes sujetos a impuestos especiales, principalmente cigarrillos y gasolina, aunque también trafican con drogas. Sin embargo, en Kosovo hay otras familias que trabajan codo a codo o bajo el auspicio de algunas de estos grandes clanes.

Últimamente se han reducido las posibilidades de transportar drogas a Europa, lo que provoca tensiones entre los clanes criminales kosovares. Teniendo en cuenta que el panorama político en Kosovo es poco estable, la situación con el crimen organizado en esa región europea se está volviendo cada vez más explosiva.

En 2000, algunos medios occidentales describieron a Kosovo como un “paraíso para los mafiosos”, un área donde florece el crimen organizado, principalmente el tráfico de drogas. Los clanes criminales de Kosovo están estrechamente conectados con socios de otros países europeos, principalmente de Turquía, Albania y Bulgaria.

En Alemania, los albaneses expulsaron a los traficantes de drogas turcos y kurdos; en Eslovaquia y Hungría controlan el 90% del mercado de drogas; en Suiza, el 70%; en Dinamarca, el 50% y en Francia, el 40%.

(Fuente: Sputnik / Autor: Brankica Ristic)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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