Granada: Profesor de la UGR investigado por acoso sexual a alumna. Los estudiantes se concentran al grito de “fuera acosadores de nuestras aulas” (vídeo)
La Unidad de Igualdad y Conciliación de la Universidad de Granada (UGR) está investigando la denuncia de una estudiante de la Facultad de Ciencias de la Educación por supuesto acoso sexual de un profesor contra el que posteriormente han testificado otras seis personas que han declarado haber sido víctimas de “conductas inapropiadas” en el espacio académico por parte de éste.
Así lo han indicado a Europa Press fuentes de la UGR después de estas denuncias de las que ha informado la prensa local, y ante las que se ha activado el Protocolo para Prevención y Respuesta ante el Acoso de la institución académica. Una vez concluya la investigación, a la que se pueden sumar nuevos testimonios, la UGR decidirá sobre posibles sanciones o apertura de expediente disciplinario.
El protocolo contempla que, durante la tramitación del procedimiento de actuación, la Inspección de Servicios, el Defensor Universitario y la Oficina de Prevención y Respuesta ante el Acoso coordinarán sus respectivas actuaciones, incluyendo “las medidas de atención y protección de la víctima”, tratando de evitar “la victimización secundaria”.
En declaraciones a Canal Sur, la primera alumna que ha denunciado el caso ha explicado que el profesor le pidió su teléfono el siete de marzo, tras unos días enferma, y que, en una tutoría, le preguntó que si se “masturbaba” y si “disfrutaba con el sexo”. Le habría pedido que se “sentara a su lado” en lugar de “delante suya” y le habría dicho que su foto de perfil en la aplicación telefónica ‘Whatsapp’ era “muy provocativa”.
Después de esto, la estudiante habló con el Decanato de la Facultad de Ciencias de la Educación y de la Unidad de Igualdad y Conciliación, tras lo que lo contó a su clase por si hubiera casos similares. A raíz de ello, han surgido nuevos testimonios, hasta un total de siete.
Los estudiantes convocaron una concentración este jueves por la mañana en la Facultad de Ciencias de la Educación, bajo el lema “Fuera acoso de nuestras aulas. Contra el acoso tolerancia cero”. En el hall de la facultad, cientos de estudiantes han repudiado los supuestos hechos con pancartas en las que se han leído frases como: “¿por qué se exige mi valentía y no tu educación?” o “¡fuera acosadores de nuestras aulas!”. Por la tarde se manifestaron alrededor de mil por en los alrededores de la Universidad.
En la concentración se ha leído un manifiesto en que se han reivindicado “espacios seguros” y cambios en el protocolo de actuación ante estos casos. “Se nota, se siente, el feminismo está presente”; “sí se puede”, y “fuera machistas de las aulas” son algunos de los gritos que se han podido escuchar, antes de que la música de la batucada feminista se haya impuesto a la protesta. Los estudiantes que han hablado en nombre de los convocantes han pedido también una “condena con contundencia” ante este tipo de casos, y “máxima” rapidez en la actuación contra ellos.
En un caso anterior, la Universidad de Granada sancionó a otro docente con 90 días de suspensión de empleo y sueldo tras abusar de su condición de profesor para establecer “una relación de cortejo” con una alumna de primer curso tratando de obtener un “beneficio de tipo sexual” para sí, habiendo demandado posteriormente el sancionado a la institución académica en los tribunales.
La rectora de la Universidad de Granada (UGR), Pilar Aranda, ha garantizado que la institución será “totalmente contundente” respecto a los supuestos casos de acoso sexual por parte de un profesor que han denunciado siete estudiantes y ha avanzado que, en caso de confirmarse, se pondrán en conocimiento de la Fiscalía si es necesario.
A preguntas de los periodistas, Aranda ha señalado que tras tener conocimiento de este asunto, y “respetando totalmente la presunción de inocencia” de este profesor, se activó el Protocolo para Prevención y Respuesta ante el Acoso de la universidad. El asunto se encuentra ahora en manos de la Unidad de Igualdad y en la Inspección de Servicios.
La chica cuya denuncia ha dado lugar al caso, presente en la concentración, en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UGR, había adelantado que esperaba que la institución denunciara y que, de no hacerlo, tenía intención de hacerlo ella misma con el resto de alumnas que habrían tenido experiencias similares con el profesor, que está de baja.
Finalmente ha sido así, lo que supone la paralización del procedimiento interno abierto por la Universidad para esclarecer los hechos, Estas podrían ser alrededor de hasta 30, según los cálculos de esta alumna, quien ha señalado también que los alumnos de dos clases completas estaban dispuestos a acudir a la Unidad de Igualdad de la UGR para certificar “comportamientos extraños que han visto” en el aula.
(Fuente: Granada es Noticia / Granada Hoy / El Independiente de Granada)
La alumna denunciante: “Si algunas iban acompañadas a tutoría, echaba al acompañante”
“Me preguntó cosas como que si yo me masturbaba, que si necesitaba ayuda con eso y que si disfrutaba con el sexo”, relata una alumna de la Universidad de Granada que ha denunciado a su profesor por acoso sexual. Ha sido la primera, pero no la única, pues asegura que a raíz de su valentía “han contactado conmigo cerca de treinta chicas, que lo hayan contado ya creo que fueron cinco, y creo que quieren contactar bastantes más, unas quince o dieciséis”, y es que aseguran tener constancia de que esto lleva pasando “diez años por lo menos”.
Su caso, unido a otros seis, han hecho que el profesor figure ya en calidad de investigado, lo que ha dado fuerzas a la joven para contar su experiencia. “Yo voy a una tutoría porque me puse mala y, como a todos los profesores, le mandé un correo diciéndole de entregarle un justificante y, que si era necesario, iba a tutoría sin problema”, comienza, “fui a verle y estuvimos hablando, en ningún momento de la asignatura, me dijo que lo único que quería en ese momento era que yo confiara en él, que no perdíamos nada confiando el uno en el otro”. Dado que había más alumnos haciendo cola para entrar a tutoría, la estudiante indica que “dijo que no había dado tiempo a hablar lo suficiente y me pidió mi número de teléfono para decirme si iba a estar en tutoría después y cuándo me podría pasar”.
Fue en ese momento cuando los hechos comenzaron a tomar un giro extraño. Tras pedirle el teléfono, la joven descubrió que el profesor tenía siempre tutoría a la misma hora, “¿por qué le iba a tener que dar mi número de teléfono si iba a estar ya allí?”, se pregunta antes de contar que, al asistir a la hora que habían concretado “me ofreció ir a comer con él, me preguntó cosas como que si yo me masturbaba, que si necesitaba ayuda con eso y que si disfrutaba con el sexo”. “Como tenía mi número, me dijo que mi foto de perfil era muy provocativa, sacó el móvil y la acercó refiriéndose hacia la zona del pecho”, rememora, “me ofreció hacerme una asignatura diferente”. Además, afirma que se le el profesor le pidió hacerle una fotografía con su propio móvil tras una tutoría en la que “me dijo que me sentara a su lado en lugar de delante suya con una mesa por delante como con cualquier otro profesor, se acercaba mucho, me tocaba las manos, las ponía sobre las mías… estaba muy cerca, fue superincómodo”.
Este tipo de acciones se produjeron hasta que, a la semana siguiente, la estudiante de la Universidad de Granada pidió una segunda audición, esta vez con el propósito de grabar lo que pasase para “tener una prueba de que eso había pasado”. “Quise grabarlo por poder defenderme”, explica, “si no hubiera tenido ninguna prueba lo mismo nadie me creería”.
Durante esta segunda tutoría consiguió que el profesor admitiese todo lo sucedido en la segunda, a excepción del ofrecimiento a hacerle una asignatura diferente, aunque apunta que “cuando lo digo no reacciona como cualquier otro profesor, él ya sabe a qué me estoy refiriendo”. “Lo demás sí conseguí que lo admitiera, siempre intentando justificarlo”, cuenta, “me preguntó si me había sentido incómoda en algún momento, le dije que cuando me preguntó si me masturbaba, y me dijo que si fue una pregunta muy atrevida, pero lo admite aunque intente justificarlo”.
Sin embargo, la alumna asegura que se trata de “una situación muy incómoda en la que la gente que va a llevar la investigación me preguntó que por qué no salía de ahí, que los animales cuando se sienten amenazados salen corriendo, nosotras no somos animales”. “En esa situación, él tiene poder sobre mí porque es profesor. No eres consciente de que eso está pasando, no sabes reaccionar. Si van a llevar la investigación desde esa perspectiva, nos sentimos bastante decepcionadas”, reivindica en su nombre y en el de las compañeras que se han puesto en contacto con ella.
Dentro de este abanico de personas afectadas, destaca el caso de una a la que tendría que haber tutelado en su trabajo final de grado (TFG). “Le dijo desde el primer momento que le iba a suspender porque decía que era mejor hablar las cosas en verano en su piscina”, cuenta la alumna que ha destapado el caso y que tiene además el permiso de la afectada en cuestión, “tuvo que hacer el TFG sola, le decía de recogerla en su casa, ella dice que conocía a otras chicas que habían dejado de estudiar por su culpa”. También llama la atención que, si las alumnas acudían a la tutoría acompañadas, el profesor echaba a sus acompañantes. “Al novio de una de ellas le echó y él escuchó cómo echaba el pestillo por dentro”, cuenta la alumna que ha recopilado información de sus compañeros.
Con respecto al profesor, que por edad debería estar ya jubilado, la joven lamenta que, de no haberse dado de baja, “seguiría dando clase perfectamente”. Por ello, consideran que, pese a que “está muy bien el hecho de que haya un protocolo”, es “insuficiente”. Apoyan esta idea en que “El hecho de que haya un año de investigación y que ese profesor pueda seguir dando clase mientras no se demuestre nada y, que como mucho, le puedan expulsar 12 meses si todo va bien, me parece insuficiente“, por lo que han convocado una concentración en la facultad de Ciencias de la Educación este jueves 4 de abril a las 13 horas en señal de protesta y apoyo a sus compañeras. Mientras tanto, la investigación continúa su curso con el añadido de lo grabado por la alumna y unas capturas de pantalla de conversaciones de una de las afectadas con el profesor y de afectadas entre sí, entre las que se mencionan datos como el miedo a sentarse en primera fila porque el docente grababa todo lo que ocurría en el aula.
Este es el testimonio completo de la joven:
(Fuente: Granada Digital / Autor: Nacho Santana)
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