Francia: Macron no logra frenar las protestas. Tras su discurso, “chalecos amarillos” y sindicatos responden con nuevas marchas (vídeos)

Con la presencia de más de 300 periodistas y el conjunto de su gabinete, Macron anunció este viernes una serie de medidas supuestamente orientadas a cerrar la crisis de los Chalecos Amarillos. El paquete llega después de casi 5 meses de movilizaciones que crearon una crisis política de envergadura para el ejecutivo, ganando importante apoyo popular y generando descrédito histórico a un gobierno con solo dos años de mandato.

El discurso, originalmente planeado para el 15 de febrero y cancelado por el incendio de la catedral Notre Dame, presentó un conjunto de medidas que no muestran un cambio sino más bien la insistencia en el proyecto gubernamental.

Macron empezó con un informe de fin de su “Grand Débat” (la maniobra de consultas sectoriales para intentar desviar la lucha de los chalecos amarillos) para luego plantear el conjunto de las medidas a tomar, que marcan una “segunda etapa” de su gobierno. “¿Equivocamos el camino? Creo que todo lo contrario”.

Desde su discurso habitual de “reconocer” la irá del movimiento social “inédito” que mostró su “bronca y su inquietud”, planteó la necesidad de un cambio aún mas rápido y mas radical en las medidas que tiene que implementar su mandato.

Algunos de los anuncios pueden ser vistos como conquistas de parte de la movilización que forzaron retrocesos del gobierno en su plan de ajuste neoliberal. Por ejemplo la suba de las jubilaciones mínimas a 1000 euros y la indexación de las menores de 2000 euros por la inflación, a partir del año que viene. También anunció que no aplicará una modificación de la jornada de 35 semanales, la supresión de los feriados ni el cambio de la edad de la jubilación (62 años). Un conjunto de medidas logradas por los Chalecos Amarillos después de varios meses de lucha contra el gobierno y que le llevó a un mínimo de popularidad del 27%.

El conjunto de esas medidas fue el marco del anuncio del “Segundo Acto” de su gobierno. Intentando cerrar la etapa de los Gillet Jaunes (Chalecos Amarillos) y afirmando que esto no es más que un retraso de su proyecto de conjunto, anunció que no reconocerá el Referéndum de Iniciativa Ciudadana, demandado por varios sectores de los Chalecos Amarillos, ni la reinstauración del Impuesto a la Fortuna (ISF).

Como medidas más demagógicas, planteó el cierre de la ENA (Escuela Nacional de la Administración) símbolo de la tecnocracia parisina donde se formaron la mayoría de los presidentes y ministros y la construcción de una escuela alternativa, así como una reforma que elimina más del 30 % de las bancas de diputados y senadores. Desde su discurso de “comprensión” del movimiento social que representó un odio profundo contra su gobierno y contra el régimen político, anunció un importante paso hacia la “descentralización del Estado” que representará seguramente un recorte importante hacia los sectores estatales, y la eliminación de “muchos organismos inútiles” a lo ancho del país. En cuanto a las jubilaciones, las medidas implicarán tener que “trabajar mas” para ganar lo mismo.

Hacia el final, el presidente aplicó un giro en su discurso más político, llamando a la unidad de la nación, a la vuelta del orden en las calles y a terminar con el movimiento de los Chalecos Amarillos. Pero la novedad en su discurso fue el uso del islam como enemigo político del gobierno. Si bien el presidente hasta ahora se presentaba como un “enemigo” de Marine Le Pen y del Frente Nacional, que usan del islam para justificar su discurso reaccionario, la novedad es la presentación de un “islam político” como enemigo de la Nación y de la República.

Un giro por derecha en su discurso al calor de las elecciones europeas, que junto con “reforzar las fronteras” y “repensar la migración” implica mostrarse como una figura mas volcada hacia su electorado más de derecha y con capacidad de reprimir a los trabajadores para defender a los intereses de la burguesía.

En su discurso, Macron reconoció la vigencia de los reclamos de los Chalecos Amarillos y la crisis que le generaron, pero afirmó el giro a derecha de su gobierno al calor de la llegada de la “prueba electoral” de mayo con las elecciones europeas. Consultados por Le Figaro, el 63% de los franceses afirmaron que no le convenció el discurso de Macron, contra un 30% que afirmaron que si lo hizo y un 7% con un total acuerdo con el gobierno. Este 27 de abril el “Segundo Acto” de Macron tiene su primera prueba de fuego con la marcha de unidad de sectores sindicales como los de la CGT con los Chalecos Amarillos y varios sectores políticos.

(Fuente: La Izquierda Diario / Autor: Julien Anchaing)

Los “chalecos amarillos” y los sindicatos responden a Macron con nuevas protestas

Representantes del movimiento de los chalecos amarillos criticaron los cambios anunciados la víspera por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, para intentar responder al descontento social. Fue un discurso vacío y superficial, cuestionaron los activistas,

Macron “no ha escuchado lo que decimos en la calle desde hace cinco meses”, lamentó Maxime Nicolle, uno de sus representantes, en referencia a un discurso con el cual el mandatario pretendía responder a la indignación ciudadana.

Macron rechazó una vez más el denominado Referendo de Iniciativa Ciudadana, una de las principales demandas de los chalecos amarillos y que reúne un amplio respaldo por parte de los franceses.

El presidente, agregó, “acaba de lanzar unas migajas de pan. (…) Todo es rechazado, todo es vago, nada es preciso. Por eso, el sábado le mostraremos que nosotros también sabemos hacer las cosas en profundidad, y el 1 de mayo también”.

Por su parte Jérome Rodrigues, una de las principales figuras del movimiento, deploró “un discurso que suena vacío”. Mientras, Priscillia Ludosky, otra de ellas. lamento que el mandatario no tuvo “ni una palabra” para los heridos como resultado de la represión de las fuerzas de seguridad.

La respuesta al Presidente ha sido mantener y llevar a cabo el 24º sábado de movilizaciones. Los “chalecos amarillos” marcharon en toda Francia y en esta ocasión se han sumado a ellos los principales sindicatos de trabajadores.

Decenas de miles de chalecos amarillos protestaron ayer en Francia para expresar el rechazo a la política del gobierno de Emmanuel Macron y exigir cambios reales por una mayor justicia social y fiscal. El Ministerio de Interior indicó en su reporte oficial que se registraron 23 mil 66 participantes en las acciones en todo el país, mientras el movimiento aseguró que la cifra real sobrepasa los 60 mil.

Los principales focos de las demostraciones fueron en esta ocasión las ciudades de Burdeos y Estrasburgo, mientras en esta última se registraron enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes que terminaron con un saldo de varios heridos. En esta capital cientos de chalecos amarillos protestaron ante las sedes de grandes medios de comunicación de Francia para reclamar “un tratamiento mediático imparcial” a sus acciones.

Otros cientos de chalecos amarillos salieron a las calles de París para oponerse a las políticas del gobierno que solo favorecen a las grandes empresas, para lo cual se unieron a sindicalistas y representantes de grupos políticos de izquierda. Los manifestantes denunciaron la visión distorsionada del movimiento que numerosos medios de prensa presentan al público, y abogaron por una mayor objetividad en su trabajo.

La frase que está en la boca de todos los manifestantes es “convergencia de luchas”. Sindicatos de trabajadores y “chalecos amarillos” se manifestaron juntos en las calles de Francia cuando se cumple el vigésimo cuarto sábado consecutivo de movilización de este movimiento social inédito.

Sus reivindicaciones son comunes: más poder adquisitivo y una mejora de los servicios públicos y de las condiciones de vida. Demandas a las que Emmanuel Macron no ha dado respuesta tras su intervención del pasado 25 de abril donde una vez más, para los manifestantes, el presidente dio la espalda a los franceses.

De Estrasburgo a Burdeos pasando por Toulouse, Marsella o Lille, la decepción de los ciudadanos es profunda como es su cólera contra un Gobierno del que dicen solo ha dado muestras de desprecio, represión y manipulación.

Los “chalecos amarillos” también quieren denunciar el tratamiento mediático que del movimiento social están dando los grandes medios de comunicación franceses, acusados de defender únicamente las tesis gubernamentales y de falsificar la verdad. Y ante esta situación, la respuesta de sindicatos y “chalecos amarillos” ha sido de nuevo ejemplar; pedir en voz alta una información objetiva que no sea acaparada por la élite mediática y política.

Esta movilización comenzó en noviembre de 2018 y aunque al principio los manifestantes se oponían al aumento de precios del combustible decretado por el Gobierno, luego las reivindicaciones se ampliaron al incremento de impuestos en general y la pérdida del poder adquisitivo como resultado de la política gubernamental. Ahora reclaman también reformar la Constitución en aras de una democracia plena y que los ciudadanos tengan la posibilidad de pedir e impulsar la realización de referendos nacionales sobre temas relevantes.

(Fuente: Prensa Latina)

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Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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