Entrevista a Carlos Ríos: “Los cuatro grandes partidos en Andalucía sólo tienen el proyecto de gestionar las migajas”
Carlos Ríos (Granada, 1977), es profesor de secundaria y coordinador nacional de Nación Andaluza, el partido independentista que concurre a las elecciones que se celebran el día 2 de diciembre. Hablamos con él sobre Andalucía, sobre las expectativas del independentismo y el escenario en que se celebran estas elecciones marcadas por el discurso anticatalanista de PP y Ciutadans. Carlos Ríos se presenta, además, como cabeza de lista de este partido por la provincia de Granada.
¿Qué es Nación Andaluza?
Un partido político independentista, anticapitalista y feminista que nació en 1990. Desde entonces luchamos por una república andaluza, por una Andalucía libre no sólo con Estado propio, sino también libre del capitalismo y del patriarcado.
¿Me podría resumir la trayectoria de este partido?
En 1990 Nación Andaluza representaba distintas sensibilidades de la izquierda nacionalista, soberanista e independentista andaluza. Se fue conformando así y con el cambio de siglo, Nación Andaluza adquiere la forma de un partido político con más cuerpo interno y estableciendo una serie de prioridades en cuanto a la acción política: generación de base, de tejido y de espacio político, social y cultural netamente independentista y anticapitalista. Ahora afrontamos un periodo de maduración como partido. Nos presentamos a las elecciones andaluzas, algo que no hacíamos desde esta parte. Y encaramos una evolución de lo que llamamos soberanismo andaluz, Un término muy indefinido, que viene a incluir todos aquellos movimientos y personas que piensan que Andalucía es una nación y que debe cambiar su estatus respecto al Estado español y la Unión Europea.
¿Nación Andaluza se referencia en algún otro partido de todo el Estado o de Europa?
Tenemos relaciones estables a través del Manifiesto Internacionalista de Compostela de 2017 con una organización socialista e independentista gallega como es Agora Galicia, con la Plataforma Laboral y Popular de Portugal, con organizaciones de Euskal Herria y también con la CUP, con quien mantenemos relaciones directas. Estos son las relaciones más inmediatas. También tenemos las referencias inevitables de las organizaciones de resistencia palestina, las que plantean una Irlanda reunificada y las que defienden todas aquellas luchas por la libertad de los pueblos en clave de emancipación, de construir un Estado para las clases populares y trabajadoras.
Tengo entendido que son la única opción independentista andaluza que se presenta a las elecciones, dado que otras formaciones como el Sindicato Andaluz de Trabajadores o Andalucía Comunista concurren con Podemos …
Es largo de explicar lo ocurrido desde 2012 en el seno de la izquierda soberanista andaluza. El efecto Podemos, la ilusión de una fuerza nueva que prometía tantas cosas, ha confundido a mucha gente. Muchos y muchas, con la mejor intención, se dejaron convencer por un discurso que planteaba que para cambiar el estatus de Andalucía había que conseguir diputados en Madrid y modificar la Constitución española. Esto lo rechazamos desde el principio, porque sabíamos que no era cierto. La Constitución no se puede cambiar, se debería dar un procedimiento técnico muy complejo, imposible de realizar aunque haya una mayoría andaluza en el Congreso. Algunos se convencieron y ahora estamos comprobando que aquella promesa que se podía cambiar el estatus de Andalucía a través de poder institucional en el Estado eran falsas. El problema es que para Andalucía no hay una España buena. La misma existencia de España implica un grado de subordinación de Andalucía que no nos interesa. Ahora hay gente que empieza a darse cuenta. Como hemos sido los únicos en interpretar que el marco estatutario actual no se puede cambiar, hemos vivido una travesía en el desierto. Pero la hemos superada ya nivel organizativo e individual, la clase trabajadora andaluza se va dando cuenta de que este no es el camino. Y afrontamos una nueva etapa con ilusión, con ganas.
¿Como afectó, según usted, al movimiento andalucista, que personas reconocidamente independentistas, como Diego Cañamero, se integraron en Podemos?
Evidentemente Podemos desactivó temporalmente las potencialidades del movimiento popular andaluz. Había un movimiento andaluz emergente, harto de tener que aguantar una Izquierda Unida aliada con el PSOE en la Junta. Sufríamos un Gobierno autodenominado de izquierdas, pero que actuaba más o menos como la derecha de siempre. Soportábamos recortes, restricciones presupuestarias y las mismas excusas de siempre formalizadas por un Gobierno considerado de izquierdas. En aquellas circunstancias, si hubiéramos aprovechado la coyuntura, ahora quizás la lucha por la liberación de Andalucía estaría mucho mejor posicionada. En ese momento eso no ocurrió, lo avisamos, sabíamos que todo aquello no serviría para nada y no ha servido para nada. Y ahora nos planteamos y analizamos que quizás estamos ante un cambio de ciclo. Trabajaremos para que eso ocurra.
¿Qué expectativas tiene Nación Andaluza a nivel municipal, para las elecciones del mes de mayo de 2019?
Estamos trabajando. En 2019 tenemos unas elecciones en las que pensamos que podemos sacar representantes en algunas localidades. Más allá de esto, hay que seguir trabajando. Pensamos que de aquí en mayo de 2019, el cambio de circunstancias puede jugar a nuestro favor. En todo caso, con representación institucional o sin ella, tenemos claro que la centralidad de la lucha está en la calle, con manifestaciones, reuniones y asambleas en barrios y pueblos. Si conseguimos representación institucional tendremos que cubrir otro frente, pero no podremos olvidar cuál es nuestro lugar.
¿Tienen expectativas de lograr representación en algún ayuntamiento concreto?
A Fuente Vaqueros [Vega de Granada] es bastante probable que logramos representación. Quizá también en Motril [Costa de Granada] y en otros pueblos que no quiero mencionar para no dar pistas.
Si me permite le preguntaré por un pueblo concreto: Casares, Málaga, donde nació Blas Infante, considerado padre de la patria andaluza.
En Casares hay muy buena gente y conocemos compañeros muy válidos. Se está haciendo un trabajo de base muy interesante a través de un centro cultural abierto recientemente. Casares es la casa de Blas Infante, todo un símbolo muy bonito para tener representación institucional desde mayo. Trabajamos en ello.
Supongo que no hay demasiados expectativa de entrar en el Parlamento andaluz este año …
Es muy difícil. Somos conscientes de que el techo de la izquierda independentista andaluza ha sido de 10.000 votos en toda Andalucía. Evidentemente, con 10.000 votos, en el mejor de los casos no se consigue representación. Tenemos la impresión de que los resultados podrían superar esta cifra, pero será complicado alcanzar representación. Aún así estamos contentos, porque hemos conseguido elaborar un programa en clave anticapitalista y feminista, contraponemos nuestras propuestas con otras asociaciones, hemos sacado el discurso en la calle y en este sentido, vamos adelante. Tenemos la intuición de que estamos en el camino correcto.
Hay una visión más o menos compartida tanto por la izquierda como por la derecha que considera que Andalucía arrastra los mismos problemas estructurales desde hace décadas ¿Es correcta esta visión?
Sí. Es cierto que surgen problemas nuevos. Pero la estructura económica de fondo sigue siendo la misma y está marcada por una desigualdad social y económica profundísima, que tiene sus raíces en la conquista de Andalucía por parte de la nobleza castellana. Este proceso genera las grandes propiedades que posteriormente, en los siglos XV y XVI se consolidan, y aún más al XIX con la desamortización. Efectivamente, hay un problema no resuelto. Como te decía, todas las promesas que se han planteado desde el Estado han sido siempre incumplidas. No ha habido una reforma agraria efectiva, no se ha hecho algo tan básico como el reparto de las tierras ni los medios de producción … El Estado español no solucionará la desindustrialización que padecemos desde hace un siglo. Hay algo sorprendente: los primeros altos hornos del Estado estaban en Marbella. Después aparecieron otros al Pedroso, Sevilla. Y resulta que toda esta industria pesada de tecnología punta no ha quedado absolutamente nada. Ahora, Andalucía aporta el 9% del valor añadido bruto industrial de toda España. Aportábamos el 11% hace 30 años, y ahora el 9%. Hace 150 años teníamos la industria puntera, la siderurgia. Ahora no tenemos nada. Por lo tanto, tenemos una problemática de largo recorrido que requiere de medidas categóricas y firmes. Y eso sólo lo hará un Gobierno y un Estado que piensan en Andalucía y en su clase trabajadora. Nosotros aspiramos, por ello, la emancipación de Andalucía, pero con un contenido de clase. Si no, seguiremos igual. Porque la burguesía andaluza ha sido profundamente traidora a los intereses del pueblo. Y profundamente cobarde. La burguesía agraria andaluza ha participado activamente en la construcción del Estado español y en momentos críticos como en 1936 se puso del lado de los de siempre: los golpistas y los criminales. La república andaluza, o es socialista o no será.
A pesar de todos estos problemas prolongados, el PSOE nunca ha sido desbancado del poder en Andalucía. ¿Por qué?
El PSOE ha sido muy inteligente e hipócrita a la vez. Dice representar los intereses del pueblo andaluz, pero aunque se sabe vender muy bien, a nivel efectivo el PSOE ha sido quien ha establecido todas las medidas neoliberales en Andalucía desde hace 40 años. Cuando se ha de plantear una reforma agraria, por ejemplo, el PSOE crea un Instituto Andaluz de Reforma Agraria, que compra varias fincas que no sirven para nada, que no se reparten entre los trabajadores, que se quedan tiradas desde 1980 y hacia el 2013 se empiezan a vender. Es decir: liquidan un patrimonio público y una vez la demanda de reforma agraria no es de las principales del pueblo andaluz para que la sociedad ha evolucionado y el carácter es cada vez más urbano, el PSOE desactiva embargo, desarticula el Instituto y vende la finca. Así ha actuado en todas las vertientes. Por ejemplo, presentó un plan de cultura y de educación andaluzas y en el momento en que pudo frenar este proceso, implementó otras cosas que dejaban las demás en un segundo plano y quedaban arrinconadas. Así ha actuado siempre. Y cuando tienen que hacer recortes de presupuesto ellos lo tienen muy fácil: dicen que todo esto procede de Madrid o de Bruselas.
¿Piensa que el PSOE tiene posibilidades de gobernar el Gobierno andaluz?
Es muy posible que vuelva a ser la primera fuerza política. Parece que la coalición Podemos-Izquierda Unida puede sacar un buen resultado, pero todo depende de lo que saque la derecha más derecha, -aunque el PSOE también es derecha-, pero me refiero a la derecha más radical: PP, Ciudadanos y otros formaciones de derecha ultramontana. De cualquier modo, el PSOE lo que le interesa es sobrevivir y mantenerse al gobierno autonómico. Tienen muy bien engrasada la maquinaria, saben cómo activar los mecanismos de control social, mantener la baja intensidad de la reacción … Pero no tengo una percepción clara de lo que pueda pasar. Sólo que el PSOE pactará con quien sea.
¿Ve más factible un pacto con Ciudadanos o con Podemos?
Depende de lo que pida cada partido, según los niveles de exigencia. En Andalucía, pactar con el PSOE tiene un precio político: ha pactado el regionalismo del Partido Andalucista -ahora se presenta como Andalucía Por Sí, pero son la misma gente-; ha pactado con Izquierda Unida, con Ciudadanos … Lo que pasa es que también tiene prebendas que interesan a los partidos del régimen. Al final, los cuatro grandes partidos se pelean para gobernar el virreinato andaluz, no tienen otro proyecto que el de gestionar las migajas. Por ejemplo, cuando desde Adelante Andalucía, la coalición de Podemos y IU, dicen «Andalucía como la que más», su eslogan electoral, entendemos que consideran Andalucía como la comunidad autónoma que más priorizan, pero en ninguna parte de su programa electoral piden un concierto económico para Andalucía o una agenda propia como la del País Vasco o Navarra ¿De qué estamos hablando, entonces? Del control de la población y nada más. Esta es la clave. Entre estos cuatro, por lo tanto, se podría dar cualquier tipo de coalición. Los cuatro están a favor del Estatuto de 2007.
Para Nación Andaluza ¿un Gobierno formado por PP y C ‘s es menos deseable que uno del PSOE o tanto da?
A efectos simbólicos, un Gobierno de PP y C ‘s tendría una carga distinta de la de un Gobierno del PSOE. Pero después de aguantar 40 años a los socialistas en el Gobierno andaluz, repito que seguiremos sufriendo lo mismo: la dependencia, la subordinación económica, el servilismo con Bruselas … Todo igual aunque unas siglas causan más repulsa que otros.
Cataluña ha estado muy presente en esta campaña electoral … Las críticas al proceso atraen el votante andaluz tanto como piensan algunos políticos?
Hay que considerar que el nivel de análisis y de comprensión de la realidad del votante andaluz está filtrado por unos medios de comunicación serviles al régimen. Aquí la gente ve fundamentalmente la televisión autonómica, que es una proyección del pensamiento del PSOE; y las televisiones de ámbito estatal, que pertenecen a grupos controlados por el poder. Entonces, el nivel de comprensión de lo que ocurre en Cataluña está muy condicionado. Desde este punto de vista, lo que ocurre en Cataluña, salvo un sector minoritario más revolucionario, más demócrata también, que tiene cierto compromiso, es cierto que si es criticado puede atraer votos. Como detalle te diré que nosotros tenemos una medida específica en nuestro programa que es el reconocimiento de la república catalana. Trabajamos desde unas plataformas que se llaman Andalucía por el derecho a decidir y hemos hecho distintas movilizaciones en solidaridad con el pueblo catalán. El 1 de octubre del año pasado, en Granada, reunimos un millar de personas. Además de la república catalana, hagamos referencia expresa al estado palestino, en la república árabe-saharaui democrática y el Rif.
En el caso de Andalucia por Sí ¿hasta qué punto es positivo, para los objetivos de la andalucismo, que este partido obtenga un buen resultado?
En el regionalismo encontramos pocos elementos positivos. Cuando han estado en las instituciones no se han encargado de formar un tejido asociativo y cultural en clave progresista y nacional. No lo han hecho. ¿Qué han hecho? Lo que hace el resto: negocios inmobiliarios, recalificaciones, pactos con el PSOE … El regionalismo no ha servido para prácticamente nada, aunque ha gobernado en muchos lugares. El pueblo andaluz ha hecho la lectura que para votar esta gente, se puede votar al PSOE. Con esto no quiero demerecer a personas concretas que trabajan en este ámbito, pero el Partido Andalucista no ha hecho nada por la liberación nacional.
Por último ¿que necesita el independentismo andaluz para ganar más simpatías?
Sobre todo, gente militante. Andaluzas decididas a dedicar parte de su tiempo, energía y recursos a esta lucha que sabemos que es muy complicada, que nos llevará muchas décadas, pero que es necesaria. No hay lucha más justificada que la emancipación del pueblo trabajador andaluz.
Manuel Lillo
Fuente: https://www.eltemps.cat/
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