El Banco Mundial reconoce que “las fuerzas” que impulsaron el capitalismo en las últimas décadas se desvanecen

Una década perdida. Así ha calificado el Banco Mundial al periodo actual, alineándose así con los economistas marxistas que -como Michael Roberts– insisten en que el capitalismo está inmerso en una larga depresión desde 2007-2008.

Casi todas las fuerzas económicas que han impulsado el progreso las tres últimas décadas se están desvaneciendo y la entidad ya ha hecho su pronóstico para el largo plazo: entre 2022 y 2030 el crecimiento medio del Producto Interior Bruto (PIB) potencial mundial disminuirá un tercio con respecto a la tasa que prevaleció en la primera década de este siglo, hasta el 2,2% anual.

La caída de la actividad también afectará a las economías emergentes, que anotarán un crecimiento del 4%, frente al 6% que anotaron en las décadas de 2000 y 2010 según recoge Planta Doce. “La actual disminución del crecimiento potencial tiene graves consecuencias para la capacidad del mundo de afrontar la creciente variedad de retos propios de nuestro tiempo: la pobreza persistente, la divergencia de ingresos y el cambio climático”, ha alertado la Indermit Gill, economista jefe del Banco Mundial.

Caricatura en la que K. Marx le dice al Tio Sam “Te lo dije”.

La solución: más explotación y fin de las políticas neokeynesianas

Gill achaca la situación eventos imprevisibles que han reducido el “límite de velocidad” de la economía capitalista: todo lo que puede crecer a largo plazo tras la pandemia de Covid-19 y guerra en Ucrania. “Pero este declive es reversible”, añade Gill dando una receta que suena muy mal para la clase trabajadora. Incentivar el trabajo y aumentar la productividad son dos de sus propuestas -que a oídos de la patronal se traducen en mayor explotación de la clase trabajadora- además de acelerar la inversión. Es la hoja de ruta a la que apunta la nueva publicación de la entidad, Descenso de las perspectivas de crecimiento: tendencias expectativas y políticas.

Para revertir la situación, la entidad aconseja mantener la estabilidad del sistema financiero, que ha sufrido turbulencias en las últimas semanas, acabando con las políticas neokeynesianas aplicadas en algunos países imperialistas en los últimos años. Parecía que se había detenido, pero la guerra de clases nunca se para y por eso “los responsables políticos deben dar prioridad a controlar la inflación, garantizar la estabilidad del sector financiero, reducir la deuda y restablecer la prudencia fiscal”.

El otro punto clave que señala el Banco Mundial es aumentar la inversión en ámbitos como el transporte, la energía y la agricultura, además de aquellas que puedan ayudar a completar los objetivos climáticos.

Trabajar hasta morir

El Banco Mundial destaca que la mitad de la desaceleración prevista en el crecimiento potencial del PIB hasta 2030 es atribuible al envejecimiento de la población y la reducción de la población en edad de trabajar. Ante los cambios demográficos que se prevén en todo el mundo los próximos años, la entidad recomienda “aumentar la participación de la población activa”. Lo que en roman paladino quiere decir o bien aumentar la edad de jubilación en aquellos Estados del mundo donde existe este sistema o generalizar el trabajo infantil.

“Impulsar las tasas globales de participación de la población activa con el mayor aumento de diez años podría aumentar las tasas mundiales de crecimiento potencial hasta en 0,2 puntos porcentuales al año de aquí a 2030”, añade. Además, el Banco Mundial ha reiterado la “necesidad de reforzar la cooperación mundial” con una mayor integración económica.

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Francisco Vílchez

Andaluz de Granada (1980). Grado en Humanidades en la UGR. Pluriempleado en el sector servicios y aficionado a hablar de lo que la prensa no dice ni pío.

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