El auge electoral del Sinn Féin provoca un giro histórico en Irlanda del Norte

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Las elecciones autonómicas celebradas en Irlanda del Norte el jueves han dado un vuelco histórico al equilibro de poder entre protestantes y católicos en la provincia británica, al confirmarse hoy el auge de Sinn Féin y el desplome del Partido Democrático Unionista (DUP).
El recuento final de votos de estos comicios anticipados, los segundos en once meses, confirmó que el DUP de Arlene Foster obtuvo 28 escaños, diez menos que en la anterior legislatura -si bien el número de asientos en la Asamblea de Belfast se ha reducido de 108 a 90-. Con esta nueva distribución, el Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), perdió un parlamentario respecto a 2016 y se quedó a uno del DUP (27), pero logró el 27,9 % de los votos de primera preferencia, un 4 % más, frente al 28,6 % de los unionistas.
Les siguieron el nacionalista Partido Socialdemócrata y Laborista (SDLP), con doce escaños, el Partido Unionista del Ulster (UUP), con diez, y el multiconfesional Alianza, con ocho, lo que ha provocado que, por primera vez en la provincia, las fuerzas protestantes hayan perdido su simbólica mayoría en la Asamblea autónoma.
La clave ha estado en la transferencia de sufragios de otros partidos, según permite el complejo sistema electoral, lo que confirma que el Sinn Féin de Michelle O’Neill interpretó correctamente el apetito de la ciudadanía por un cambio cuando provocó en enero la caída del Ejecutivo de poder compartido con el DUP.
En este sentido, la participación aumentó un 10 % respecto al pasado año, hasta el 64,8 %, el índice más alto desde las elecciones regionales de 1998, el año de la firma del acuerdo de Viernes Santo, que puso fin a casi cuatro décadas de sangriento conflicto.
Los resultados afianzan a DUP y Sinn Féin como los principales representantes de sus comunidades y les obligan a negociar en tres semanas la formación de un Ejecutivo, a pesar de que mantienen profundas diferencias y que los nacionalistas tratarán de imponer sus condiciones desde su nueva posición de fuerza.
“Hoy es un gran día para la igualdad, para la democracia. No queremos volver al orden establecido en el pasado”, declaró O’Neill tras sus primeros comicios al frente del partido que durante años lideró en el Norte de Irlanda el histórico Martin McGuinness, comandante del IRA durante parte del pasado conflicto.
Por contra, Foster podría ser ahora cuestionada, pues los resultados avalan la posición de los nacionalistas respecto a su incapacidad para encabezar el próximo Ejecutivo hasta que se aclare su implicación en un caso de corrupción en la política de energías renovables del Gobierno saliente.
Ese escándalo financiero llevó a McGuinness a dimitir de su puesto de viceministro principal y provocó la caída de Foster, al tiempo que obligó a Londres a convocar las elecciones anticipadas que reclamaba el Sinn Féin.
Poco después, McGuinness anunció también que abandonaba la política por una grave enfermedad y daba el relevo a O’Neill, de 40 años y sin conexión directa con la lucha armada, lo que se interpreta como el comienzo del proceso de regeneración del partido en el norte, una estrategia respaldada en las urnas.
Para más escarnio, el DUP se queda por debajo de los 30 escaños que le han asegurado hasta ahora el derecho a veto en la Asamblea y que ha generado tensiones con los republicanos por su oposición a cuestiones como el matrimonio homosexual, el aborto o la política lingüística.
Aunque la reglas del juego han cambiado, Foster recordó hoy que su partido sigue siendo “el más votado” y advirtió de que el descalabro no tiene que ver con el citado caso de corrupción, que, según ella, ha sido la “excusa para celebrar nuevos comicios”. “El Sinn Féin y el republicanismo querían una repetición de las elecciones y han movilizado a sus bases de una manera muy eficaz”, dijo la exministra principal.
También ha pesado en las urnas la futura salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), rechazada por el electorado norirlandés en el referéndum del pasado junio, a pesar de que el “brexit” contaba con el apoyo del entonces mayoritario DUP y la oposición del Sinn Féin.
Ambos partidos quieren ahora que la región, tras este divorcio, tenga estatus especial para proteger el proceso de paz y evitar el restablecimiento de una frontera estricta con la República de Irlanda.
No obstante, el DUP teme que, con el auge del nacionalismo, Sinn Féin redoble sus esfuerzos para lograr la convocatoria de un referéndum sobre la reunificación de la isla, su objetivo histórico. Si los partidos no llegan a un acuerdo de gobierno en las próximas semanas, el Ejecutivo británico podría convocar otras elecciones o suspender la autonomía y administrar la región directamente desde Londres.
Desde la RNU valoran el resultado electoral
Comentando los resultados de las EA17 (elecciones a la asamblea de 2017), el presidente nacional de la Red Republicana por la Unidad (RNU), Stephen McCourt, ha pedido un realineamiento del republicanismo y la unidad republicana.
McCourt dijo:
“Resultados de unas elecciones inusuales, el análisis, el habitual, el proyecto de Stormont ha sido un fracaso desde su inicio.Todo lo que tiene que ofrecer es un baluarte entre el pueblo irlandés y la reunificación de Irlanda. Mientras que la participación puede ser mayor que años anteriores, el resultado será inevitablemente el mismo. Sin embargo, a raíz de estos resultados los republicanos irlandeses deben pensar seriamente en el futuro y empezar a preguntar cómo podemos realmente desafiar el status quo.
Los republicanos tenemos algunas tareas inmediatas en la mano con el fin de influir en el debate nacional, galvanizar el apoyo de los descontentos y proporcionar un buque para aquellos que buscan un fin a la partición. Necesitamos iniciar un proceso de trabajo conjunto – el faccionalismo y protestar de forma aislada es permitir a Stormont dominar la narrativa, debemos crear un movimiento capaz de proporcionar una estrategia clara para la unidad irlandesa, al mismo tiempo que mejoramos las vidas y las perspectivas del pueblo irlandés, y tenemos que encontrar un mecanismo adecuado para desafiar al Estado y ejercer nuestra influencia Sobre los principales debates, por ejemplo, el Brexit.
Durante siglos los republicanos han proporcionado una salida para el pueblo irlandés que trató de eliminar la ocupación y la subyugación. Sin embargo, nuestro fracaso ahora es estar tratando de proporcionar muchos vehículos, cada uno con diferentes partes del motor, ninguno capaz de conducir sin el resto. La Autonomía, la diversidad y la identidad son importantes, todos ellos deben ser mantenidos y fomentados, pero los resultados de las EA17 muestran que los republicanos necesitamos forjar juntos y avanzar con una estrategia nacional acordada y global. Cuanto menos la conversación debe iniciarse”.
Los resultados electorales dan un fuerte golpe al unionismo
La ex primera ministra Arlene Foster predijo una brutal campaña electoral, pero no esperaba un resultado tan brutal para el unionismo. Por primera vez en la historia de los Seis Condados Ocupados, los unionistas ya no tienen la mayoría en Stormont.
Hace tan sólo 10 meses, el unionismo tenía 16 escaños más (10 del DUP y 6 del UUP), ahora, tras la reforma electoral (que reduce los escaños de 108 a 90, pasando de distritos de 6 escaños a 5 por distrito) de los 18 escaños que se han suprimido, 16 son perdidos por el unionismo y, tan sólo uno perdido por SF (al que se le puede sumar otro de People Before Profit por su base de votantes). Al final, sólo 1.168 votos separaron al DUP de Sinn Féin, una mínima brecha que seguramente espantará a los unionistas.
El DUP ha perdido su veto, se queda por debajo de los 30 escaños que le han asegurado hasta ahora el derecho a veto en la Asamblea y que ha generado tensiones con Sinn Féin por su oposición a cuestiones sociales como el matrimonio homosexual, el aborto o la política lingüística. Aún así, todavía puede recurrir al apoyo de algunos unionistas de ideas afines cuando sientan la necesidad de bloquear la legislación. Mucho dependerá de su relación con el nuevo líder de los unionistas del Ulster.
De otro lado la radical TUV y el PUP -afín a la UVF- tampoco han sabido recoger votos de los descontentos del DUP (desgastado por el escándalo de las energías renovables y su posición ante el Brexit), los afínes a la UDA, que han dado su apoyo al DUP tampoco deben de estar contentos y que se puede decir de un UUP que no haya dicho ya el gesto de su líder (que ha dimitido).
La composición del próximo Ejecutivo también va a cambiar. El DUP ya no tendrá cuatro ministros alrededor de la mesa: Caerán a tres – igual que Sinn Féin. Pero esas cifras cambiarán si el SDLP y el UUP deciden permanecer en la oposición: tienen derecho a un asiento cada uno en la mesa ejecutiva.
El líder del SDLP Colum Eastwood luchó para entrar al gobierno, pero sólo si las condiciones después de las negociaciones son a su gusto. Si le da la espalda al gobierno, tendrá que dejar espacio en los bancos de oposición “oficiales” para Alliance. Habiendo ganado el 8,8% de los votos, ahora ha pasado el umbral para obtener el estatus “oficial”.
El tiempo puede dar vuelcos y sorpresas en un panorama tan volátil como el del Norte, pero de lo que no hay duda es, que en estas elecciones, el ganador sin lugar a dudas ha sido el Sinn Féin, y el unionismo siente ya que los tiempos de ”un parlamento protestante para un pueblo protestante” han pasado, o como ha dicho un eufórico Gerry Adams “La noción de una mayoría unionista perpetua, ha sido demolida”.
Como siempre, habrá que ver cuales son las reacciones de una comunidad acostumbrada a ser la dominante, la arrogante y la que ostentaba todo el poder oficial en los parlamentos y en las calles.
El DUP el partido más votado, Sinn Féin el mayor ganador
El Partido Unionista Democrático ha vuelto a ser el partido más votado (bajando un 1,1% con respecto a las anteriores elecciones), pero Sinn Féin ha sido sin duda el mayor ganador en las elecciones a la Asamblea (subiendo un significativo 3,9% respecto a las anteriores elecciones). El partido ha quedado a tan solo un asiento del DUP, que entró en las elecciones con 10 asientos más.
Hubo una serie de sorpresas electorales – la más contundente fue el anuncio del líder unionista del Ulster Mike Nesbitt, que presentó su dimisión. El Sinn Féin y el DUP tienen tres semanas para establecer un gobierno.
Un total de un 64,8% del electorado votó en las segundas elecciones a la Asamblea en 10 meses – la mayor participación desde la votación que siguió al Acuerdo del Viernes Santo de 1998 y hasta 10 puntos más que la votación de mayo pasado. Las elecciones fueron convocadas después del colapso de la coalición encabezada por Arlene Foster (DUP) y Martin McGuinness (Sinn Féin).
Bajo el acuerdo de poder compartido de ”Irlanda del Norte”, el gobierno debe ser dirigido por nacionalistas y por unionistas, juntos.
A menos que el DUP y el Sinn Féin puedan formar un gobierno de poder compartido, el poder descentralizado volvería al parlamento británico en Westminster por primera vez en una década.
Las elecciones vieron a Foster, la líder norteña de Sinn Féin, Michelle O’Neill, la líder del Partido de la Alianza, Naomi Long, y el líder del SDLP, Colum Eastwood, entre los elegidos.
Mike Nesbitt ganó su asiento en Strangford pero poco después, él anunció que dimitía como líder del UUP. Indicando que permanecerá en la posición hasta que su sucesor se encuentre, dijo que su verdadero pesar era que la sociedad de ”Irlanda del Norte” parecía haber emergido de la elección más polarizada y sectaria.
“Algún día Irlanda del Norte votará como una democracia normal”, dijo. “Votaremos en una elección post-sectaria, pero ahora está claro que no pasará durante la duración de mi carrera política”.
Alex Attwood del SDLP, Danny Kennedy del UUP y Nelson McCausland (un integrista orangista y sectario) y Lord Morrow del DUP fueron cuatro ex ministros ejecutivos que no lograron obtener un retorno para la legislatura de Stormont que ha sido reducida de 108 a 90 miembros.
Otras víctimas son Jo-Anne Dobson del UUP, el ex ministro del DUP Jonathan Bell, quien se mantuvo como independiente, y Eamon McCann de People Before Profit, quien fue elegido en mayo pasado pero perdió su escaño en Foyle.
Pese a seguir siendo el mayor partido del Norte, ha habido otros reveses clave para el DUP ya que el partido pierde el umbral clave de treinta asientos para mantener su veto sobre el cambio político. Otro contratiempo para los unionistas (del que particularmente nos alegramos) es que el notoriamente intolerante Nelson McCausland, no logró mantener su asiento en el norte de Belfast.
Mientras tanto, la cuota de voto de Alliance aumentó de manera significativa, en cambio PBP (People Before Profit), a pesar de presentar más candidatos, vio su participación caer, perdiendo, como hemos dicho, el asiento del líder del partido, el veterano socialista Deram Eamonn McCann, después de menos de un año.
Los grupos republicanos opuestos a la estrategia de SF han vuelto a pedir a sus seguidores que no voten en estas elecciones.
En el Lealismo y el unionismo más radical, tanto la TUV (20,523 votos de primera preferencia)como el PUP (5,590 votos de primera preferencia) han perdido apoyos, quedando la TUV con un representante y el PUP nuevamente fuera de Stormont.
(Fuente: Resumen Latinoamericano)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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