Daesh vuelve a aumentar su amenaza en Siria e Irak, según la ONU
Daesh se muestra muy presente en Irak y Siria. Cuatro soldados iraquíes murieron después de que militantes de Daesh abrieran fuego contra un puesto de control perteneciente a las fuerzas de seguridad iraquíes en la provincia del sureste de Kirkuk, Irak, según medios locales. En un comunicado emitido el lunes por la Célula de Medios de Seguridad iraquí, “los terroristas de Daesh abrieron fuego contra una estación en el área de Daquq en la carretera de Kirkuk, causando la muerte de cuatro soldados”. Kirkuk se encuentra en un territorio disputado entre el Gobierno central de Bagdad y el Gobierno regional del Kurdistán en Erbil. Estas reyertas han permitido que se forme un vacío de seguridad que han aprovechado los militantes de Daesh para recuperar la zona.
Un repunte en los ataques en Irak por presuntos militantes de Daesh desde inicios de año está aumentado los temores pasados de que el grupo terrorista más sangriento se esté reagrupando y pueda volver a amenazar la estabilidad del país. Naciones Unidas, en un informe publicado el pasado 24 de agosto, puso la atención en el repunte de la amenaza terrorista donde la pandemia de la COVID-19 ha reforzado a los grupos terroristas. “Desde principios de año, hemos observado disparidades regionales en la trayectoria de las amenazas. En las zonas de conflicto, la amenaza ha aumentado, como lo demuestra la consolidación e intensificación de la actividad de Daesh en Irak y Levante”, dijo el jefe del Consejo de las Naciones Unidas contra el terrorismo, Vladimir Voronkov.
Hay más de 10.000 militantes de Daesh que todavía están activos en Irak y Siria, dos años después de que el califato del grupo fuese declarado derrotado, según Voronkov. “Se avecina un mayor castigo contra los cruzados una vez que el califato logre la victoria y se establezca una vez más”, dijo el portavoz de Daesh, Abu Hamza al- Qurayshi, el pasado 28 de mayo a través de una publicación en la aplicación de mensajería Telegram. Según Al-Qurayshi, los combatientes del grupo terrorista “comenzarán a aumentar sus ataques contra los cruzados desde la retirada de Estados Unidos de Irak”.Consolidación del grupo en algunas zonas de Oriente Medio
El último informe del inspector general del Pentágono registró más de 400 ataques presuntamente realizados por Daesh en Irak entre abril y junio de este año, de los cuales 70 tuvieron lugar en la provincia de Kirkuk. Daesh ha llevado a cabo más de cien ataques en Irak entre el 23 de julio y el 19 de agosto, según el periódico de propaganda del grupo terrorista, Al-Naba. Medios iraquíes han informado de que tanto el Ministerio de Defensa iraquí como el de Asuntos Peshmerga (término usado por los kurdos para referirse a los combatientes kurdos armados) acordaron el mes pasado establecer tres salas de coordinación conjunta con el objetivo de eliminar las células de Daesh activas en las disputadas provincias de Diyala, Kirkuk y Nínive. Desde 2017, Daesh se ha estado aprovechando de las brechas de seguridad en estas regiones en disputa entre Irak y el Kurdistán, pese a su derrota militar.
En Siria, a comienzos de semana, el Ejército árabe sirio, junto con el Ejército ruso, protagonizaron una operación a gran escala para combatir a Daesh que finalizó con la muerte de 327 militantes del grupo terrorista. Un portavoz de las fuerzas rusas en Siria, según recoge el medio Al-Masdar News, dijo el martes que: “El bombardeo de la Fuerza Aérea Rusa y la Fuerza Aérea Siria, así como el bombardeo de artillería en el ‘Desierto Blanco’, resultó en la liquidación de 327 militantes, la destrucción de 134 refugios, 17 miradores, siete almacenes de municiones y cinco depósitos subterráneos para armas y municiones”.
El aumento significativo de los ataques de Daesh tanto en Siria como en Irak ha significado una consolidación de su posición en zonas de Oriente Medio. “El Estados Islámico en Irak y Levante, después de su pérdida de territorio, ha comenzado a reafirmarse tanto en la República Árabe Siria como en Irak, aumentado ataques insurgentes cada vez más audaces, llamando y planificando la fuga de los combatientes de Daesh en los centros de detención y explotando las debilidades en el entorno de seguridad de ambos países”, advertía un informe presentado al Consejo de Seguridad de la ONU por el Equipo de Supervisión del organismo en febrero de 2020. Este documento también aborda el problema causado por el vacío de seguridad que se desarrolló después de la reciente retirada parcial de las fuerzas estadounidenses. Grupo más peligroso en África occidental
En África, Daesh se ha convertido en una amenaza constante para los Ejércitos de los países del Sahel y del Gran Sáhara. Las Fuerzas Armadas de países como Burkina Faso, Níger o Mali se han visto incapaces de hacer frente a la violencia ejercida por esta formación yihadista. A principios de febrero, ante el empeoramiento de la situación en la conocida como ‘triple frontera’ de Burkina Faso, Mali y Níger, Francia reforzó su presencia militar en el Sahel con el envío de 600 soldados, ampliando el destacamento a los 5.100 en total. Según Naciones Unidas, el autodenominado Estado Islámico en África Occidental (ISWAP, por sus siglas en inglés) cuenta con más de 3.500 miembros. Además, ISWAP ha continuado reforzando sus lazos con la filial de Daesh en el Gran Sáhara (ISGS, por sus siglas en inglés), convirtiéndose en el grupo más peligroso de la triple frontera.
El papel de Daesh en el norte de África tuvo su punto álgido cuando en 2016 Boko Haram les juró lealtad al igual que otros grupos yihadistas. Las victorias de Daesh provocaron importantes desacuerdos entre los grupos yihadistas y produjeron traiciones en el seno de Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Los éxitos de Daesh entre 2014 y 2016 inclinaron la balanza hacia su lado del liderazgo de la yihad en África, pero Al-Qaeda logró resistir y AQMI mejoró sus posiciones para la lucha por el liderazgo del terrorismo yihadista en el continente.
Voronkov también advirtió sobre el refuerzo del grupo terrorista y sus filiales en lugares como Libia, país en pleno conflicto, a pesar de contar con unos centenares de combatientes. Un estudio realizado por el Instituto de Estudios Estratégicos de la escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos aseguraba que Daesh se estaba “reagrupando, expandiendo silenciosamente su capacidad hasta que pueda volver a ser los suficientemente fuerte como para ser un problema para Libia”. El informe explica el modus operandi del grupo: “Se involucran en ataques a pequeña escala y escaramuzas necesarias para establecerse en la red de contrabando criminal que une el África subsahariana con la costa de Libia en el norte”.
En 2016, las fuerzas del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), reconocido internacionalmente, expulsaron de la ciudad costera de Sirte al grupo terrorista. Este fue el territorio más grande controlado por el grupo fuera de su entonces centro de operaciones en Siria e Irak. Tras su expulsión, la mayor parte de su actividad se dirigió a Fezzan, en el desierto del sur de Libia. Mientras, en Europa la amenaza procede sobre todo de terroristas locales radicalizados a través de internet. Voronkov apuntó que varios países europeos han informado de un creciente problema con violentos de extrema derecha, lo que puede requerir derivar recursos de inteligencia que hasta ahora se usaban para vigilar a yihadistas.Mismas técnicas que antes
Aunque el califato de Daesh se derrumbó en 2018, las operaciones antiterroristas locales continúan en toda la región, y los combatientes del grupo terroristas supervivientes están volviendo a las tácticas de guerra de guerrillas que precedieron a sus avances en Irak y Siria desde 2014. En diciembre de 2018, el presidente Donald Trump aseguraba que había ganado a Daesh. Sin embargo, teniendo en cuanta los números y las últimas noticias las dudas sobre esta afirmación son muchas.
El grupo terrorista perdió todos sus territorios; decenas de miles de sus combatientes fueron asesinados o encarcelados y su exlíder, Abu Bakr al-Baghdadi, está muerto, pero en una entrevista para la revista The Atlantic en febrero de este año, el primer ministro del Kurdistán iraquí, Masrour Barzani, avisaba que Daesh no solo existe, sino que es incluso más capaz de luchar ahora que hace años: “Daesh todavía está muy intacto. Sí, han perdido gran parte de su liderazgo. Han perdido a muchos hombres capaces. Pero también han logrado ganar más experiencia y reclutar a más personas a su alrededor. Así que no deben tomarse a la ligera”.
Más de cinco años después de la guerra liderada por Estados Unidos, el grupo todavía tiene unos 20.000 combatientes en Irak y Siria, según Barzani. Un informe del Pentágono el verano pasado situó el número de combatientes de Daesh entre 14.000 y 18.000 y las estimaciones de analistas y funcionarios de EEUU y Naciones Unidas los establecen entorno a los 10.000. La razón de este resurgimiento, según el líder kurdo está en la persistencia de las mismas condiciones que permitieron que se levantara en 2014. Siria continúa sumida en el caos y en Irak, tanto los líderes locales como los norteamericanos durante casi 20 años no han logrado resolver los problemas como la corrupción, la mala gobernanza o la crisis económica.
Fuente. www.atalayar.com
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