Comienza una devaluada “Cumbre de las Américas” con muchas ausencias y exclusiones

Empieza una semana clave para el Gobierno de Joe Biden en materia de política exterior. Este lunes, en la ciudad de Los Ángeles, California, representantes de la sociedad civil, el sector privado y de los gobiernos del continente se reunirán en el marco de la IX Cumbre de las Américas. No todos: no hay invitación de Estados Unidos para los presidentes de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Luis Arce de Bolivia dijo que no irá. La lista final de asistentes no se conoce, aunque falten horas para que los mandatarios de la región empiecen a aterrizar en la soleada costa oeste del país norteamericano.

Empieza una semana clave para el Gobierno de Joe Biden en materia de política exterior. Este lunes, en la ciudad de Los Ángeles, California, representantes de la sociedad civil, el sector privado y de los gobiernos del continente se reunirán en el marco de la IX Cumbre de las Américas. No todos: no hay invitación de Estados Unidos para los presidentes de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Luis Arce de Bolivia dijo que no irá. La lista final de asistentes no se conoce, aunque falten horas para que los mandatarios de la región empiecen a aterrizar en la soleada costa oeste del país norteamericano.

La principal ausencia podría ser la del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien adelantó que no asistirá si no se convoca a todos los países de la región. Estados Unidos excluye del encuentro a Daniel Ortega, Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel, líderes de Nicaragua, Venezuela y Cuba respectivamente, por considerarlos no democráticos. Durante la última semana, la Casa Blanca dejó entrever que estaba teniendo “consideraciones finales” sobre la lista de invitados y dijo que la anunciaría “pronto”, pero a horas del inicio, todavía no hubo novedades.

Un conteo del Consejo de las Américas también tiene escrito en lápiz la asistencia de los jefes de Estado del llamado Triángulo Norte: El Salvador, Guatemala y Honduras. Los tres países son señalados en la política de migración de Washington como los emisores de personas que atraviesan México y llegan a la frontera con Estados Unidos. Una eventual ausencia de los líderes de estos países, sumada a la de López Obrador, sería directamente perjudicial para los objetivos de la Casa Blanca sobre esta cumbre, en la que pretende alcanzar un nuevo acuerdo de migración para la región.

La semana pasada, el principal asesor de Biden para América Latina, Juan González, dijo en una llamada con periodistas que el mandatario estadounidense “quiere personalmente” que López Obrador esté en la cumbre.

Inmigración, diversidad y DD.HH.

Esta nueva edición del foro regional, la segunda que Estados Unidos organiza desde la cumbre de 1994 en Miami, contará con tres espacios de discusión paralelos. El primero será el foro de organizaciones de la sociedad civil, que comienza este lunes y estará enfocado en temas de inmigración, diversidad y derechos humanos. También habrá un encuentro del sector privado, en el que el debate pasará por la recuperación económica después de la crisis causada por la pandemia de covid y la transformación tecnológica de la región. Para el tercer foro está convocada la juventud en un formato híbrido para discutir sobre cambio climático, corrupción y conectividad.

Las miradas estarán puestas, sobre todo, en la reunión de líderes. La cumbre, para el país anfitrión, será sobre todo un termómetro que le permitirá estimar qué influencia real tiene actualmente en el continente. En ninguna parte de la agenda que se conoce hay mención a China, el elefante en la región. Sin embargo, la competencia con el gigante asiático es una de las principales preocupaciones de la Casa Blanca.

Para los jefes de Estado de América Latina y el Caribe será más bien una evaluación. En los cuatro años de presidencia de Donald Trump, la política exterior de Washington hacia América se limitó sobre todo a la oposición contra Cuba y Venezuela y a promover un muro en la frontera con México. El exmandatario incluso faltó a la anterior Cumbre de las Américas, que se llevó a cabo en Perú en 2018. Envío en cambio a su vice, Mike Pence.

La llegada de Biden al gobierno en enero de 2021 generó expectativas en una región que se había sentido ignorada durante los cuatro años anteriores. El demócrata, con una larga trayectoria en la política estadounidense, podría generar una nueva relación. Pero ahora, un año y medio de mandato después, tiene pocos resultados para mostrar en ese frente. Bajo su administración, el foco de Estados Unidos estuvo puesto principalmente en recuperarse de la pandemia, que causó más de un millón de muertes en el país norteamericano. Está, a nivel exterior, concentrado en Europa del Este, en Ucrania, en ver qué hace Rusia.

Esta nueva edición de la Cumbre de las Américas que comienza este lunes viene a mostrarle a Biden el verdadero estado de la relación con América Latina y el Caribe. Al resto, le permitirá ver cuánto está dispuesto a hacer Washington si quiere competir con China en la región.

Aldana Vales/Página 12

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