Arabia Saudí reconoce haber utilizado bombas de racimo británicas en Yemen
El portavoz del Ejército saudita, el general de brigada Ahmad al-Asiri, admitió que Riad usa bombas de racimo prohibidas en sus ataques aéreos contra Yemen. Según el alto oficial de Riad, el modelo utilizado es BL-755, fabricadas en el Reino Unido.
Al-Asiri afirmó que las bombas fueron utilizadas únicamente contra objetivos militares. También manifestó que ni Arabia Saudita ni sus socios de la coalición son miembros en la Convención sobre Municiones de Racimo del año 2008, y, en consecuencia, el uso de este tipo de munición no se opone a la ley internacional. El general anunció que Riad había decidido detener el uso de bombas de racimo y que ya se ha informado de dicha decisión al Gobierno británico.
Las declaraciones del comandante saudita se produjeron después de una investigación del Ministerio de Defensa del Reino Unido, según la cual, Riad utilizó bombas de racimo de fabricación británica en Yemen. A principios de este mes, el primer ministro yemenita, Abdelaziz Saleh bin Habtur, acusó a Londres durante una entrevista concedida a Sky News de haber cometido crímenes de guerra.
Confirmación britániza
Arabia Saudí ha confirmado la utilización de bombas de racimo fabricadas y exportadas por Reino Unido en la guerra civil de Yemen, según ha informado el ministro de Defensa británico, Michael Fallon, a los miembros del parlamento. Con anterioridad a esta confirmación, Fallon había recibido un informe gubernamental que indicaba que la coalición liderada por Arabia Saudí había utilizado bombas de racimo fabricadas por Reino Unido, según han señalado varias fuentes a the Guardian.
Las informaciones confirman lo publicado por los medios de comunicación sobre la utilización de las bombas de racimo en la guerra, en la cual Reino Unido está formando a las fuerzas saudíes. Una fuente ha revelado a the Guardian que el ministro de Defensa, igual que otras altas autoridades británicas, conocía el contenido del informe desde hace aproximadamente un mes. Hasta la fecha, Arabia Saudí había negado públicamente estas acusaciones y afirmaba que las bombas de racimo británicas encontradas eran solo restos de viejos conflictos.
Esta confirmación probablemente incremente las peticiones al gobierno británico de que reconsidere sus exportaciones de armas a Arabia Saudí, que han aumentado desde que Estados Unidos suspendió la semana pasada una venta prevista de misiles teledirigidos de alta precisión. La coalición liderada por Arabia Saudí ha estado luchando contra el levantamiento rebelde huzí desde 2015, con la asistencia militar de Reino Unido.
Determinar la veracidad de este informe era importante porque Reino Unido es signatario del tratado internacional de 2010 que prohíbe la utilización de bombas de racimo. Estas armas dejan restos que pueden explotar mucho después de su lanzamiento y matar a civiles. La Convención sobre Municiones en Racimo compromete a Reino Unido a deshacerse de todas estas municiones y a trabajar para prevenir su uso en todo el mundo. Arabia Saudí no es parte del tratado.
Una fuente de alto rango del Ministerio de Defensa afirma que el asunto de las municiones de racimo fabricadas por Reino Unido es “algo que se ha planteado al nivel más alto y que se ha intentado comprobar durante mucho tiempo”.
El Ministerio de Defensa no hará público el contenido del informe, pero un portavoz del Gobierno explica: “El Gobierno se toma seriamente tales acusaciones. Hemos analizado el caso cuidadosamente utilizando toda la información disponible, planteando todas las posibilidades y llevando el asunto a la coalición de Arabia Saudí”.
Informaciones de ITV, Sky News y Amnistía Internacional ya apuntaban a que se habían utilizado bombas de racimo fabricadas en Reino Unido y exportadas antes de la prohibición del tratado. Philip Hammond, entonces ministro de Exteriores, prometió en mayo que el Ministerio de Defensa investigaría en profundidad y buscaría garantías concretas de Arabia Saudí de que no se habían utilizado bombas de racimo británicas en el actual conflicto en Yemen.
En ese momento, el Gobierno afirmó que no tenía ninguna prueba de que se hubiese utilizado dicho armamento y sugirió que la bomba encontrada por Amnistía Internacional podría ser de un conflicto anterior en la región, añadiendo que la última entrega de este tipo de armamento a los saudíes se realizó en 1989.
Desde entonces, ITV y Sky han seguido publicando imágenes del asunto, mostrando por ejemplo al líder del gobierno huzí, Abdulaziz bin Habtour, acusando a Reino Unido de crímenes de guerra. “Han vendido bombas de racimo a Arabia Saudí”, declaró a Sky News a principios de mes. “Saben que los saudíes las van a tirar en Yemen… en Sa’dah, en Sana’a y en otras provincias. No creo que sean culpables de crímenes de guerra, estoy convencido de ello. Están participando en el bombardeo del pueblo yemení”, añadió.
Apoyo a cambio de información
Angus Robertson, líder del Partido Nacional Escocés en Westminster, ha preguntado en repetidas ocasiones a la primera ministra sobre la utilización por parte de Arabia Saudí de armamento exportado desde Reino Unido en el conflicto de Yemen.
“Yo también he recibido información de fuentes fiables sobre el lanzamiento saudí de bombas de racimo británicas en Yemen. Es totalmente inaceptable y presiona al Ministerio de Defensa y al Ministerio de Exteriores para que cuenten la verdad. Ahora EEUU ha dejado de suministrar a los saudíes misiles teledirigidos y ya va siendo hora de que Reino Unido adopte una posición moral”.
Cuando Robertson preguntó la semana pasada sobre este asunto a la primera ministra, Theresa May declaró a la Cámara de los Comunes que toda acusación de violación del derecho internacional humanitario sería “correctamente investigada”. May también defendió su apoyo a Arabia Saudí en el conflicto, afirmando que la intervención en Yemen está apoyada por Naciones Unidas. “La seguridad del Golfo es importante para nosotros”, señaló también la primera ministra conservadora. “La inteligencia que obtenemos de Arabia Saudí ha salvado potencialmente cientos de vidas en Reino Unido”, añadió.
A principios de mes, el Gobierno británico reprochó al ministro de Exteriores, Boris Johnson, las declaraciones en las que afirmaba que Arabia Saudí actúa como un “titiritero” en los conflictos del Golfo para librar una batalla de poder con Irán. Downing Street aclaró que esa no era la posición oficial del Gobierno británico. Reino Unido es un firme aliado de Arabia Saudí en la guerra en Yemen y tiene personal del ejército formando a las tropas saudíes en cómo llevar a cabo los bombardeos. Reino Unido también ha vendido miles de millones de euros en material militar a Arabia Saudí desde el inicio de la guerra, incluidos aviones.
La semana pasada, Tobias Ellwood, un representante del Ministerio de Exteriores, reveló que había instado formalmente a los seis países del Golfo a que firmasen el tratado internacional que prohíbe la utilización de munición en racimo. Ellwood señaló que Reino Unido condenaba la utilización de este armamento y que él personalmente había pedido a los seis ministros de Exteriores del Golfo que firmasen el tratado. “Condeno absolutamente la utilización de la munición en racimo”, aseguró. “Permanecen en el campo de batalla hasta que este se convierte en una zona civil y por eso causan tanto daño”.
Ellwood también declaró que él apoyaría una investigación independiente sobre los crímenes de guerra cometidos por ambas partes en la guerra civil de Yemen si la propia investigación saudí no resultase satisfactoria.
(Fuentes: Al Mayadeen / The Guardian / el diario.es)
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