Encausados de Causa Galiza: “El independentismo gallego sufre una represión constante y brutal desde hace veinte años”
El 30 de octubre de 2015 detuvieron nuevo militantes de la organización independentista gallega Causa Galiza en la llamada operación Jaro. Las detenciones se llevaron a cabo en diferentes lugares de Galicia con un gran despliegue armado de la Guardia Civil. Después de tres días, durante los cuales denunciaron presiones psicológicas, las detenidas pasaron a disposición de la Audiencia Nacional española. El juez Eloy Velasco decretó la suspensión de actividades de Causa Galiza y sus militantes fueron puestas en libertad con cargos. Ahora, la organización independentista está inmersa en una campaña de solidaridad a nivel internacional que lo ha traído a visitar diferentes movimientos sociales y partidos políticos de los Países Catalanes. La Directa entrevista dos de los encausados, Borxa Mejuto y Antom Arias (foto adjunta).
¿En qué situación se encuentra ahora mismo la causa abierta contra Causa Galiza?
Borxa Mejuto (B.M.): Ahora mismo estamos pendientes de un informe de la Guardia Civil de nuestros registros domiciliarios y del final de la instrucción por parte del juez Eloy Velasco. Organizativamente hablando, Cauza Galiza tiene las actividades suspensas hasta el 8 de abril, prorrogable. Nuestros abogados dan por sentado que habrá prórroga y trabajamos en este sentido. Se tendrá que celebrar una vista, en que estaremos presentes y en que se decidirá, definitivamente si se prorroga la suspensión de actividades, que nosotros denunciamos como una legalización de facto. Si deciden prorrogar, nosotros iremos al Tribunal Constitucional por recurrir la decisión, que entendemos como un atropello a la libertad de expresión de todo un pueblo.
Ante una operación como la Jaro, con nueve detenciones y mucha espectacularidad, es importante la respuesta. ¿Cómo respondió la sociedad gallega?
Antom Arias (A.A.): Causa Galiza es un partido minoritario, por lo tanto, no podemos esperar grandes masas, pero a raíz de nuestras detenciones se movilizó una parte importante del nacionalismo gallego. El CIG (Confederación Sindical Gallega) fue el primero al emitir un comunicado contra nuestra legalización, el BNG -también afectado por la operación- se ha sumado y las próximas semanas traerá este proceso represivo al Parlamento gallego. Un total de 80 colectivos que agrupan organizaciones juveniles, estudiantiles, ecologistas… firmaron un comunicado de apoyo y en rechazo a nuestra legalización. Además, centenares de personas se manifestaron el 24 de enero en defensa de los derechos civiles y políticos, una movilización convocada por más de 30 agentes sociales gallegos.
Habéis estado de gira por Cataluña para dar a conocer el caso. ¿Cómo ha sido la acogida?
B.M.: Muy buena, tanto a las charlas, donde hubo mucho interés, como las reuniones con la CUP y con ERC. La CUP, que ya conocía nuestro caso, aplicó la máxima de la solidaridad como la ternura de los pueblos, y firmaron un manifiesto internacional de apoyo. Además se comprometió a traerlo al Parlamento y en los ayuntamientos donde haya amplia población gallega. Por parte de Esquerra, no conocían nuestro caso y nos pidieron mucha información. También hay voluntad de traer la legalización de Causa Galiza al Parlamento.
¿Dónde quiere llegar la campaña internacionalista?
A.A: Ahora, nuestro objetivo es dar a conocer nuestra situación a los cinco continentes y desmontar la farsa del Estado español. En este sentido, hace poco, nuestro caso llegó al Parlamento europeo mediante una pregunta formulada por Bildu. Ahora mismo, también estamos haciendo gestiones porque llegue a la ONU, donde queremos que sean conscientes de que España legaliza un aparato político que actuaba de forma legal, y que quiere borrar ciertos disparos históricos que están al ADN de las gallegas, como es el homenaje a los mártires de Carral – la revuelta histórica en Galicia el 1846, donde fueron fusilados los militares sublevados contra el presidente Narváez. Califica esta acción de enaltecimiento de terrorismo, convirtiéndola en material punible.
¿Cómo vivisteis las detenciones?
B.M.: Fuimos espectaculares. Cortaron calles y los llenaron de agentes armados y encapuchados; había cincuenta agentes por cada una de nosotros. El formato era mediático, había periodistas avisados previamente. Días después nos enteramos, por periodistas cercanos, que los habían dicho que la operación era altamente peligrosa porque podíamos ofrecer resistencia armada, cuando, evidentemente, no encontraron cabeza. Nuestras detenciones fueron las primeras en que se aplicó el nuevo protocolo de la UE y nos explicaron en el momento por qué se nos detenía. Estuvimos 72 horas en cuarteles de la Guardia Civil y sufrimos fuertes presiones psicológicas, interrogatorios constantes, estuvimos infraalimentados, esposados y con los ojos tapados durante todos los desplazamientos.
¿Sufristeis violencia física?
A.A: A alguno de nosotros le pegaron un par de bofetadas, le dieron empujones e insultaron. También nos chantajearon. En mitad de camino hacia Madrid, un agente ofreció a uno de los detenidos trabajo para su hijo -que en aquel momento estaba al paro-, si aportaba datos nuevos de un militante, según ellos, de Resistencia Galega. También entraron armados a una residencia de ancianos para pedir las claves de casa a la exparella de uno de los detenidos.
¿Por qué pensáis que se produjo la detención en aquel momento?
B.M.: Es evidente que están aprendiendo cada vez más y quieren cortar la hierba de raíz antes de que pueda crecer. Que haya debe de independentistas gallegas presas representa un problema en un momento en qué ETA ha apostado por la vía pacífica. No nos olvidamos que crearon un engranaje de profesionales que vivían de la represión de “la en torno a ETA” y, ahora que se ha acabado, tienen que justificar sus retribuciones aumentando la violencia de baja intensidad relacionada con el independentismo en Galicia. Con una nueva mayoría absoluta del PP, interesa que no continúen apareciendo brotes independentistas en otro lugar del Estado, y menos en Galicia, que siempre ha querido dar una imagen de pueblo pacífico y sumiso.
¿Cómo es la represión en Galicia?
A.A: Es una represión brutal y constando contra el independentismo gallego. Durante los últimos veinte años nos han ahogado a multas para colgar carteles, hacer murales, participar en movilizaciones…. Hemos sufrido seguimientos constantes y tenemos los teléfonos pinchados. Podríamos decir que saben más de nuestra vida que nosotros mismos. Tienen perfiles psicológicos trazados y redes de amigas, parejas y familiares asediadas y controladas. Todo esto sale a muchos sumarios. Además, ha habido infiltraciones y salieron a la luz casos de colaboradores de la Guardia Civil que eran militantes nuestros.
Decís que es importante dar la vuelta a esta represión. ¿Cómo se hace con un PP refrendado en las urnas?
B.M.: Tratando de ser pragmáticos, demostrando a la gente que el concepto terrorista está mal utilizado. Para nosotros, las que son terroristas según ellos son luchadoras de Galicia, donde además no existe ningún tipo de preocupación ciudadana por eso. Y de hecho, ya lo estamos consiguiendo: cada vez el Estado español en Galicia está más deslegitimado.
(Fuente: Directa / Autora: María Álvarez)
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