El dueño de “La Mechá” justifica la contaminación. Se califica “especulador”. Su twitter con contenidos clasistas y homófobos

Primeras declaraciones –y no precisamente tranquilizadoras– a un medio de comunicación del gerente de Magrudis, la empresa cuyos productos han sido retirados del mercado al detectarse la presencia de listeria en la carne mechada, lo que ha ocasionado la muerte a dos afectados que la comieron y la hospitalización de un centenar. El carro horneado de Magrudis, la máquina en la que se fabricaba la carne contaminada, también ha dado positivo por listeriosis.

José Marín, que asegura que su empresa recibió hace tres meses la certificación ISO-9001 que avalaría su rigor industrial, ha hablado con el diario ABC de Sevilla y estas son las afirmaciones más significativas de la conversación mantenida con el rotativo:

“No sé ni lo que me he habré gastado en lejía”.

“Todo el mundo sabe cómo trabajamos y hemos recibido muchas muestras de apoyo”.

“Lo sucedido no supondrá la ruina, pero nos va a costar una millonada salir de esto”.

“Solo queremos que no haya más víctimas. La mayoría de las listeriosis se queda en una diarrea leve y unos vómitos. Solo si se está inmunodeprimido hay complicaciones graves”.

“Sí, he tenido algunos fracasos empresariales, pero soy una persona honrada y honesta”.

“Ese carro [del horneado de la carne] se pone a 240 grados centígrados, cómo va a tener eso listeria”.

“Si encuentran bacterias en un quirófano, cómo no va a haber en mi fábrica”.

Una empresa externa certificó que la carne estaba libre de listeria “días antes de ser envasada”.

“Tenemos un protocolo de limpieza diario, partes de temperatura de los hornos, de todo”.

Se autocalifica como “especulador”. Su Twitter contiene comentarios racistas, clasistas y homófobos

Se llama Sandro José Marín Rodríguez, tiene 27 años y es el propietario de la empresa Magrudis SL, la compañía que está detrás de La Machá, cuya carne ha causado el brote de listeriosis que ha afectado a alrededor de un centenar de personas y ha causado la muerte de tres de ellas.

Aunque, según recoge el diario El País, es su padre quien estaría detrás la sociedad, que se constituyó en agosto de 2013, mientras él era un joven universitario que se estaba planteando dejar los estudios de farmacia que cursaba, es Marín Rodríguez el que figura en el Registro Mercantil.

Solo un año después de que se pusiese en marcha la compañía, en 2014, participó en la publicación In Veritate Libertas, fundada por Antonio V. Sánchez-O’Mullony, para la que escribió un total de once artículos, que él mismo describe como “Memorias de un Especulador”. En su presentación dice ser “trader” y “gestor de capitales”, al tiempo que afirma estar “intentando luchar contra el pensamiento único” y llevar “desde niño mirando cotizaciones”.

El primero de los textos lo firmó el 4 de mayo de 2014 bajo el título: ‘Malvados especuladores’. En él hace una defensa de operadores de bolsa, traders, etc, … a los que, dice, se les considera ” una malvada persona que no tiene escrúpulos y que gana dinero arruinando a los demás”.

A este siguieron otros como ‘Una aproximación al liberalismo’, ‘No paguemos la deuda’, ‘Podemos’, ‘Objetivo 2%’, ‘Mercados: la Bolsa’, ‘¿Especulador o liberal?’, ‘Hedge funds: algo más que especulación’, ‘¡Basta ya!’ o ‘No a los rescates’. El 16 de noviembre redactó su última publicación: ‘Tan valioso como el oro’ sobre el franco suizo.

Así es el Twitter del dueño de “La Mechá”

Ante la presión que sobrevuela sobre su cabeza, Sandro Marín Rodríguez, dueño de Magrudis SL, la empresa que explota la marca ‘La Mechá’, que ha causado el brote más grave de listerosis en la historia de España, ha decidido poner un candado a su cuenta de Twitter y así proteger sus opiniones ante la opinión pública. De esta manera, sus tuits solo podrán ser vistos por sus seguidores. Sin embargo, Rubén Sánchez, portavoz de Facua, ha recuperado alguna de sus capturas.

A través de sus opiniones en Twitter, se puede vislumbrar el pensamiento homófobo, clasista y racista del joven empresario. Desde un “aquí huele a gay” a “sabeis que Pacheco es gay, ya se curará” hasta ver con malos ojos que personas de etnia gitana puedan estar en la Universidad Pablo de Olavide: “Lo que me quedaba por ver. Gitanos en la UPO haciendo un plan de domingo”:

Por otra lado también descubrimos loas a la mafia italiana encarnada en la figura de Vito Corleone, dogmas del pensamiento liberal hasta su sueño de ser ladrón de casinos:

Lo que hay tras la empresa “La Mechá”

Desde el estallido del grave brote de listeriosis mucho se ha especulado con los responsables de la empresa y sus titulares. Defendidos por la propia Junta de Andalucía que por boca de su Consejero de Salud ha dicho que “han tenido mala suerte”, ahora comienzan a conocerse aspectos y datos que llaman poco a la serenidad y confianza en la firma cárnica y en sus propietarios.

Poco a poco se van conociendo informaciones tales como que el teórico propietario es Sandro José Marín Rodríguez. Este contaba con 21 años de edad al crear la empresa Magrudis algo difícil de entender porque además de ser un adolescente se hallaba en Polonia cursando un Erasmus en la Universidad de Económicas de Katowice. La pregunta que cabe hacerse es ¿Cómo pudo Sandro Marín crear una empresa como estudiando en Polonia, con 21 años y con un capital social de 3.005 euros.

Esos datos indicarían que Marín Rodríguez se trata de un hombre de paja, un testaferro. Y así es. El dueño real de la empresa de donde ha surgido el brote de listeria es su padre, José Antonio Marín Ponce. En una entrevista de ABC de Sevilla se presentó como el “gerente” de la empresa. Contradictoriamente dice tener idéntico cargo que su hijo. Y es que Sandro Marín recientemente en otra entrevista en Canal Sur fechada el 16 de julio también fue presentado como gerente.

La conclusión es clara, el propietario real de La Mechá es José Antonio Marín y su hijo Sandro es el testaferro. Los motivos que podrían haber llevado al padre a utilizar a su hijo como pantalla legal y fiscal se entienden bien a tenor de lo publicado hoy por El País donde explica como el padre anteriormente dejó tres empresas con deudas en 20 años.

El rastro financiero de José Antonio Marín Ponce durante 20 años deja un reguero de empresas, quiebras y deudas. Sanmasur, creada en 1993, quebró a finales de los noventa. Tenía como objeto el “comercio al por mayor de carne y productos cárnicos”. En esta empresa dedicada al comercio al por mayor de carne y productos cárnicos, el administrador único fue Marín Ponce. Más tarde, en 1996, crea la firma, también cárnica, Sierra Encina S.L con vida efímera y dejando deudas. En esta empresa, supuestamente es su esposa quien figura como administradora.

Crea de nuevo otra empresa en el año 2000, Embutidos El Patio. Marín Rodríguez solo figura de apoderado. En 2012 se declara insolvente volviendo a dejar deudas de decenas de miles de euros. Y es en 2013 cuando aparece la actual empresa, Magrudis, de la mano de su hijo, José Antonio Marín Ponce, como propietario y administrador único. El padre, a efectos legales, sequita de en medio.

En la entrevista citada de Canal Sur TV del 16 de agosto pasado (Ver vídeo en minuto 21,50) aparece Sandro Marín en calidad de gerente afirmando además de que la empresa cuenta con “unos 20 trabajadores” pero según las cuentas anuales de Magrudis SLU correspondientes a 2017, la empresa sólo tenía 5 trabajadores como se observa en el documento adjunto.

(Fuente: El Plural / Autor: Juan Luís Valenzuela)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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