Movimiento de Solidaridad con la Republica Bolivariana de Venezuela: El alcalde de Huelva, seducido por la extrema derecha venezolana

 El pasado mes de mayo, el Ayuntamiento de Huelva celebraba el último de sus plenos en la recién agotada legislatura. En él, en su apartado de ruegos, a un representante del Movimiento de Solidaridad con Venezuela Bolivariana le fue retirada la palabra por parte de Gabriel Cruz, alcalde de la ciudad. ¿La razón? Haber denunciado la subordinación del secretario general de su partido, a la sazón presidente del gobierno de este país, Pedro Sánchez, para con el Departamento de Estado norteamericano al haberle abierto de par en par las puertas de la Embajada española en Caracas a Leopoldo López, connotado terrorista huido, condenado por los tribunales venezolanos y fundador del partido de extrema derecha Voluntad Popular.

En 2002 encabezó la marcha de oposición al Palacio de Miraflores, en Caracas, que provocó la muerte de decenas de personas, propició el golpe de estado y el secuestro del entonces presidente Hugo Chávez. En su expediente se incluyen instigación a delinquir, intimidación  pública, daños a la propiedad estatal y homicidio intencional calificado. Afortunadamente, se conoce de su habilidad en el uso de los cócteles molotov y los bazucas mediante la difusión de fotografías en pleno ejercicio de la violencia en las calles de la capital venezolana. Imágenes que al mundo siguen dando la vuelta. Lástima que la falta de objetividad y ética periodística de los grandes medios españoles nieguen a sus lectores la autenticidad de estos graves hechos.

Esta “perla democrática” para la socialdemocracia hispana, llamado Leopoldo López, además participó el pasado día 30 de abril, junto al usurpador franquiciado y también miembro de su partido Juan Guaidó, en un nuevo intento de golpe de estado contra el legítimo Gobierno Bolivariano presidido por Nicolás Maduro trancando una de las avenidas del este de Caracas, donde se concentran los sectores más acaudalados y reaccionarios del país. Intento de golpe tan fracasado como lo fue  el 11 de abril de 2002 contra Hugo Chávez.

Después de 20 años de revolución en Venezuela, habiendo sufrido el proceso bolivariano todo tipo de amenazas, incluso de intervención militar, bloqueos financieros, comerciales, económicos, golpes mediáticos, paros petroleros, robos de activos, ocupación de embajadas, guarimbas, atentados cibernéticos que han provocado el desabastecimiento de agua, luz, medicinas, alimentos, maquinarias, etc.. por parte del imperialismo norteamericano y sus lacayos (U.E., oligarquías latinoamericanas y el sionismo  israelí), sorprende de la socialdemocracia encarnada en el PSOE no haya sido capaz de entender que el apoyo del pueblo venezolano, especialmente de los sectores populares y clase trabajadora al proceso bolivariano de carácter cívico-militar, no permitirá jamás convertir de nuevo a Venezuela en el blanco de la codicia occidental para dejarla en manos de una oligarquía  subordinada y rentista  bajo el paraguas de la histórica pero superada alternancia política (Adecos y Copeyanos).

La revolución bolivariana llegó a Venezuela a principios de 1999 para quedarse y nunca más irse. Esto deberían de saber en la C/ Ferraz. También en el Ayuntamiento de Huelva en la figura de su alcalde, Gabriel Cruz.

El dueño del  petróleo, gas, oro, coltán, hierro, agua, y otros recursos naturales de Venezuela será, el pueblo venezolano. Se entiende que los conceptos de soberanía y autodeterminación tan arraigados en Venezuela sean tan desconocidos y poco practicados aquí. De ahí la genuflexión de Pedro Sánchez para con la administración Trump reconociendo inmediatamente al autoproclamado Guaidó en una tarima de un barrio rico de Caracas y el seguidismo del señor Cruz con su jefe de filas defendiendo la innoble causa de justificar protección diplomática y respaldo político al terrorista Leopoldo López.

Fue una lástima que conceptos como la solidaridad para con el proceso bolivariano, la condena al golpismo y la violencia por parte de la extrema derecha representada en Voluntad Popular y Primero Justicia, llamados al diálogo entre Gobierno revolucionario y oposición democrática no pudieran ser expresados en plenario. Esta censura al Movimiento de Solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela de Huelva y su apoyo explicito e implícito al violento extremo derechista Leopoldo López inhabilita y desautoriza definitivamente, para quien aun albergara  dudas, a ambos dirigentes socialdemócratas como hombres de izquierdas.

La posición genuflexa y arrodillada de la pareja al dictado del trumpismo así lo refrenda. Tristemente, el alcalde de nuestra ciudad llegó al mencionado pleno municipal sin sensibilidad alguna para con personas activistas de la sociedad civil de Huelva. Quizás las reverencias, cumplidos y esfuerzos dedicados al séquito de la legión que semanas atrás pavoneaba por las calles céntricas dejaron al señor Cruz deslizado. Pronto llegará un nuevo 3 de Agosto y con él las mismas declaraciones institucionales tediosas y repetitivas como queriendo hacer un guiño a Latinoamérica por aquello de las “razones históricas”. Sin embargo el internacionalismo y el respaldo político del Alcalde de Huelva para con un pueblo cercado por la codicia imperial no mereció su atención en el pleno municipal. Como decía el Ché “hay que estar donde queman las papas” y precisamente ni la cabra legionaria, ni el olor a incienso de las capillas quemaron jamás, señor Gabriel Cruz.

Firmado: Movimiento de Solidaridad con la Republica Bolivariana de Venezuela de Huelva (Partido Comunista de Andalucía, Sindicato Unitario, Asociación de Solidaridad con Cuba “Maximiliano Tornet ” de Huelva, Centro Andaluz del Pueblo “Félix Rivera “, Sindicato Andaluz de Trabajadores,  PCE-(ml) , Nación Andaluza, Partido Comunista del Pueblo Andaluz)

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Carlos Ríos

Vine al mundo en Granada en 1977. Soy licenciado en Geografía y trabajador en el sector de la enseñanza. Escribí "La identidad andaluza en el Flamenco" (Atrapasueños, 2009) y "La memoria desmontable, tres olvidados de la cultura andaluza" (El Bandolero, 2011) a dos manos. He hecho aportaciones a las obras colectivas "Desde Andalucía a América: 525 años de conquista y explotación de los pueblos" (Hojas Monfíes, 2017) y "Blas Infante: revolucionario andaluz" (Hojas Monfíes, 2019).

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