Villafranco del Guadalhorce, el último pueblo andaluz del “Caudillo”

En Málaga aún se encuentra una población con su nombre dedicado al dictador Francisco Franco, Villafranco del Guadalhorce, pedanía de la localidad de Alhaurín el Grande. Se trata de una de aquellas localidades de repoblación creadas en los cincuenta y sesenta por el fascismo para incentivar la agricultura en determinadas zonas de nuestra tierra, por lo que a muchas se las impuso en su denominación los términos “de Franco” o “del Caudillo”.

Con apenas 600 habitantes censados y situada a 10 kilómetros del casco urbano de Alhaurín el Grande, Villafranco del Guadalhorce es la única población de Andalucía que aún mantiene actualmente en su denominación a Franco, después de que otros municipios hayan cambiado su denominación excluyendo de ellos toda referencia a la Dictadura o al Dictador.

El abogado Eduardo Ranz interpuso una demanda contra once poblaciones que aún mantenían en su denominación el nombre de Franco, de otros jerarcas fascistas o distintas referencias al régimen, por constituir una ilegalidad, en conformidad con la Ley de Memoria Histórica, entre ellas se encontraba Villafranco del Guadalhorce, que aún hoy se sigue resistiendo pese a que dicha demanda ya ha sido admitida a trámite y se encuentra en curso. A lo más que se ha llegado por parte del consistorio ha sido a afirmar que, como consecuencia de ello, se está estudiando la posibilidad de consultar a los vecinos su parecer al respecto de excluir a Franco de la denominación de la población.

El pasado 11 de febrero el abogado remitió un escrito a la Federación Española de Municipios y Provincias y también a la Diputación de Málaga pidiendo la “redefinición” de esta pedanía, documento que, según precisa, no ha tenido respuesta.  Pese a dichos escritos, el Ayuntamiento de Alhaurín el Grande, de quien depende la pedanía y que tiene la competencia para la modificación de esta denominación, asegura no tener constancia de ninguna petición de cambio de nombre y que no está entre sus planes la modificación de la denominación.

Su alcaldesa, la derechista Antonia Ledesma que curiosamente se apellida como el fundador de las JONS, se ampara en argumentaciones como las de que hasta ahora, excepto este abogado, nadie había planteado la necesidad de cambiar el nombre de Villafranco del Guadalhorce porque “nunca se ha visto una connotación política”. Afirma igualmente que aunque conocían la Ley de Memoria Histórica, “ningún vecino ni grupo político ni asociación ni nadie ha demandado la modificación de este nombre, por lo que no se ha visto su necesidad”. “Villafranco del Guadalhorce es su nombre, sin más”,  ha sentenciado categórica en un alarde de falta sensibilidad democrática.

Por su parte, el abogado Eduardo Ranz  afirma que “no existe mayor exaltación de la Guerra Civil y la Dictadura que mantener el nombre de sus máximos exponentes en el apellido del pueblo, y por tanto, no existe mayor incumplimiento de la norma”, por lo que precisa que el cambio de nombre no debería depender de una consulta a los vecinos, “sino directamente del cumplimiento de la Ley”.

También las asociaciones de memoria histórica malagueñas se lamentan de que todavía Franco viva en el nombre de esta población. “Es impensable que un pueblo se pueda llamar Villa de Hitler o Villamussolini” se escandaliza José Sánchez, presidente de la Asociación contra el Silencio y el Olvido de Málaga.

La Otra Andalucía

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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