La ultraderecha puede ganar también en Suecia. Jimmi Åkesson, líder de Demócratas de Suecia, el dirigente que podría lograrlo

La ultraderecha avanza con decisión en Suecia e incluso podría convertirse por primera vez en la historia en la fuerza más votada. Es lo que se desprende del último sondeo publicado este miércoles por YouGov, según el que los Demócratas de Suecia (SD) podrían alcanzar el 24,8% de los votos en las elecciones de este domingo, espoleados por los dos nuevos tiroteos que tuvieron lugar a comienzos de esta semana en dos suburbios del sur del país.

De cumplirse las proyecciones de YouGov, el SD pasaría así por delante de los dos principales partidos que hasta ahora han dominado la política sueca, el Socialdemócrata, actualmente en el Gobierno, que obtendría el 23,8% de los votos, y el Partido Moderado, que lidera la oposición y alcanzaría el 16,5%. No todas las encuestas son tan optimistas con los ultraderechistas. Otras les colocan en segunda posición, con entre el 19 y el 20% de los votos. Sin embargo, lo que todas reflejan es que la formación está en auge y probablemente se situará muy por encima del 12,9% que obtuvo en las elecciones de 2014. Más aún si se tiene en cuenta la reticencia que muchos votantes del SD tienen a la hora de admitir públicamente que apoyan a esta formación.

En los pasados comicios, por ejemplo, muchas encuestas les daban un porcentaje de votos inferior al que finalmente obtuvieron. Y YouGov, por cierto, que en esa ocasión predijo que obtendrían el 11,1 por ciento, fue una de las que más se acercó. Sea como sea, ya nadie niega su avance, que es colosal si se tiene en cuenta que el partido entraba por primera vez en el Parlamento hace tan solo ocho años, obteniendo un escaso 5,7% de los votos.

Con las medidas contra la inmigración como principal (y casi único) programa político, está claro que la crisis de los refugiados de 2015 y la política de puertas abiertas y posterior rectificación puesta en práctica por el débil gobierno de centro izquierda es una de las claves que mejor explica el fuerte ascenso del SD. Una circunstancia que, Jimmi Åkesson (foto adjunta), el líder de la formación ha sabido aprovechar muy bien.

Comedido pero también resuelto a la hora de definir la estrategia del partido y tomar decisiones, muchos analistas le ven como el artífice del gran vuelco electoral que está dando Suecia, país tradicionalmente relacionado con la socialdemocracia y una visión abierta e inclusiva hacia los extranjeros.

Uno de sus mayores logros, de hecho, ha sido desvincular el partido de sus orígenes neonazis. Una estrategia cuya veracidad algunos siguen poniendo en entredicho, pero que, sin duda, les ha ganado adeptos entre los antiguos votantes de los partidos tradicionales, tanto del centro derecha como, en menor medida, del centro izquierda.

La transparencia respecto a su pasado es uno de los pilares sobre los que se apoya este cambio de imagen. En su página web no ocultan que a lo largo de los 30 años que el partido cumple, precisamente este año, “el camino no ha sido completamente recto. Hemos sido examinados a fondo y algunas veces nos hemos equivocado, sobre todo en los primeros años -admiten- pero hemos madurado y hemos aprendido de nuestra experiencia”.

Líder carismático y buen orador

A sus 39 años, Åkesson constituye el rostro de esa nueva derecha. Carismático y buen orador, ha sabido guiar al partido con éxito a lo largo de estos últimos 13 años. Nacido en 1979 en el sur del país, estudió ciencias políticas en la Universidad de Lund, aunque nunca llegó a terminar la carrera. Antes de dedicarse de pleno a la política, trabajó como diseñador de páginas web.

Dio sus primeros pasos en la rama juvenil del Partido Moderado, la principal formación conservadora del país. Pero su liberalismo en temas económicos y apoyo a la Unión Europea no le convencieron y en 1995 decidió darse de baja y enrolarse en las filas de los Demócratas de Suecia.

Åkesson ha insistido en varias ocasiones en que se unió al partido cuando Anders Klarström, que había formado parte de un grupo neonazi, ya no era su líder. Aunque algunos documentos destapados por los medios más recientemente sugieren que sí coincidieron.

Sea como sea, que, para Åkesson, alejarse de todo lo que suene a nazi, racista o supremacista es una prioridad quedó claro en su conocida política de “tolerancia cero”, introducida en 2012. Con ella, el partido hizo un esfuerzo para echar a sus miembros más extremistas. Entre los apartados desde entonces, figuran los líderes de la rama juvenil del partido que han acabado formando una nueva formación, Alternativa para Suecia, cuyo nombre e ideología se inspiran en la homóloga Alternativa para Alemania.

De momento, no obstante, Åkesson no ha convencido a los demás partidos políticos, tanto a izquierda como a derecha, que hasta ahora se han negado en redondo a llegar a un pacto de gobierno con ellos. Para muchos votantes, que el SD haga tanto hincapié en que el mayor problema de Suecia es la inmigración e insista en vincularla con el aumento de la delincuencia y la inseguridad en las calles es prueba de que, en el fondo, sigue siendo un partido xenófobo.

 

A comienzos de esta semana, sin ir más lejos, dos nuevos tiroteos entre bandas criminales en Malmö y Helsingborg han espoleado todavía más a los militantes del SD y de Alternativa para Suecia, que no han dudado en aprovechar ambos episodios para reforzar sus tesis contra los inmigrantes.

(Fuente: El Confidencial / Autora: Gloria Pivetal)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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