Yemen: Masiva manifestación en Saná en el segundo aniversario de la intervención saudí

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Una multitudinaria manifestación se realizó este pasado domingo en las calles de Saná, capital de Yemen, para repudiar la agresión saudí contra el país. Esta movilización se produjo con motivo del segundo aniversario del inicio de la guerra liderada por Arabia Saudí y que cuenta con el apoyo de Estados Unidos, que ya dejó miles de muertos y llevó al país árabe al borde de la hambruna, en un conflicto ignorado por la comunidad internacional.

Ciento de miles de yemeníes expresaron de este modo nuevamente su rechazo a la agresión del régimen de Riad y sus aliados contra Yemen, iniciada el 26 de marzo de 2015, y expresaron su apoyo al movimiento popular de Ansaroláh, a sus milicias populares, y al ejército yemení , que han frustrado la agresión saudí contra su país. A un tiempo demandaron acciones internacionales para enfrentar la trágica situación humanitaria que vive ese país árabe.

Entre los concentrados se escucharon eslóganes y canticos con contenidos como: “Permaneceremos unidos frente a las agresiones y nunca lograrán humillarnos o derrumbarnos”. “Nuestra voluntad y resistencia son más poderosas que los cohetes, aviones y armas saudíes. Nunca lograrán poner al pueblo yemení de rodillas a pesar de las agresiones a los yemeníes”.

La marcha fue convocada por el líder del movimiento popular Ansar Allah, Abdul Malik al-Houthi, quien acusa a Estados Unidos y al régimen israelí de estar tras la “injustificable” campaña militar de la alianza saudita. El expresidente yemení Ali Abdulá Saleh también acudió a la marcha y fue recibido con gran entusiasmo.

“No hay ningún riesgo por parte de Yemen que amenace a Arabia Saudita o otros países vecinos. Todos saben bien que la agresión saudita a Yemen se lleva a cabo en el nombre de las fuerzas imperiales y sionista”, aseveró Ali Abdulá Saleh durante su intervención, quien también acusó al régimen de Riad de provocar “heridas muy profundas en lo más hondo del pueblo yemenita” con su guerra de gran envergadura.

“Transcurridos dos años de la intervención militar en Yemen, de la ocupación, del asesinato, del desplazamiento y del cerco de Riad, los ciudadanos yemenitas siguen decididos a combatir esa agresión y expresan su disposición de todas las formas posibles”, de forma “inequívoca”, continuo, acusando a Los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Qatar, Kuwait, Bahrein, Jordania, Sudán y Marruecos de estár aliados al régimen de Riad en esta agresión.

Por su parte, el líder del movimiento popular yemení Ansaroláh, Abdlmalik al-Houthi, señaló que “la actual agresión saudí es un plan de Estados Unidos y del régimen israelí para dominar la región”, y aseguró declaró que Arabia Saudí no ha alcanzado ninguno de sus objetivos en dos años de agresión contra Yemen.

En un discurso, Al-Houthi subrayó que los ataques aéreos casi diarios de Arabia Saudí contra civiles en Yemen son nada menos que crímenes de guerra. Además aseveró que los saudíes, respaldados por varios países regionales e internacionales, estaban utilizando algunos de los armamentos más letales en sus ataques contra el pueblo en Yemen.

En este contexto se refirió al uso de bombas de racimo, entre otras, por Arabia Saudí contra Yemen, el cual ha sido criticado en reiteradas ocasiones por varios grupos internacionales de derechos humanos. Al-Houthi también criticó la constante destrucción de las infraestructuras del pequeño país del Golfo Pérsico, como escuelas y hospitales, por ataques saudíes.

El máximo responsable de Ansaroláh subrayó que a pesar de que la agresión saudí sólo sirvió al objetivo del régimen de Israel de crear inestabilidad en la región, elogió al pueblo de Yemen por su resistencia y por salvaguardar la dignidad del país.

Finalmente aseguró que la presencia de Arabia Saudí y sus aliados como los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en Yemen sirven a los intereses del régimen de Tel Aviv, al mismo tiempo que acusó a Estados Unidos y el régimen de Israel de estar detrás de la “injustificable” campaña militar contra Yemen.

Dos años de guerra impuesta

A finales de marzo de 2015 y, tras el triunfo del movimiento popular hutí Ansarolá sobre gran parte del país, el régimen saudí, uno de los más férreos aliados de Estados Unidos en Medio Oriente, armó una inédita coalición para restituir al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, afín a los intereses imperialistas en la región.

Las raíces del conflicto yemení llegan a 2012, con el fracaso del proceso de transición política en el país tras el levantamiento popular que obligó al entonces presidente, Ali Abdalá Saleh, a entregar el poder a su vicepresidente, Hadi.
En 2014 comenzaron con manifestaciones masivas contra las medidas económicas de Hadi y gradualmente el levantamiento fue escalando en violencia y tamaño hasta que el movimiento hutí tomó las armas y se hizo con el poder el 21 de septiembre de ese mismo año.

En febrero de 2015, Hadi se vio obligado a huir a la ciudad portuaria de Adén, donde estableció su gobierno. Sin embargo, apenas un mes después los rebeldes bombardearon el palacio presidencial y obligaron al mandatario a exiliarse en Riad, la capital de Arabia Saudí, lo que desencadenó el ataque militar y el posterior bloqueo terrestre, aéreo y marítimo de la dictadura saudí.

Desde entonces los bombardeos saudíes y los combates en el terreno contra los milicianos hutíes convirtieron a gran parte del país en un campo de batalla. En estos dos años y pese a la falta de acceso y de garantías mínimas para las organizaciones humanitarias, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha logrado documentar la muerte de al menos 12.000 yemeníes, 10.000 de ellos civiles. Según datos de Unicef, el régimen saudí ya ha matado a 1.500 niños.

“Cerca de 10 millones de niños están sufriendo las consecuencias terribles de un conflicto que debe acabar. Tenemos que abrir los ojos ante lo que están viviendo a diario y actuar antes de que sea tarde”, ha enfatizado Javier Martos, director ejecutivo de Unicef Comité Español.

Los bombardeos de Arabia Saudí, que cuentan con el respaldo militar de Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Bahrein, Egipto, Marruecos, Jordania y Sudán y Estados Unidos, causó masacres de civiles en mercados, funerales, barcos comerciales y hasta en una balsa de refugiados que trataban de huir del país.

Mientras la situación militar no para de escalar, en el territorio diezmado, la tragedia humanitaria avanza hasta alcanzar niveles devastadores. La guerra ha arruinado las cosechas y paralizó el comercio, además de llevar al país al borde de la hambruna, que según la ONU amenaza a cerca de 17 millones de personas, dos tercios de la población. Esta situación se ha agravado exponencialmente con el bloqueo marítimo al que es sometido Yemen por parte de los saudíes y sus aliados.

El cirujano argentino Andrés Carot, un miembro de la misión de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Yemen, es testigo privilegiado de esa crisis humanitaria. “Es muy importante que sepamos lo que está pasando aquí y tomemos conciencia de lo que significa el ataque deliberado a la población civil y la falta de respeto fulminante a la ley internacional humanitaria -como ataques a hospitales, mercados, escuelas- que ocurren en Yemen ahora mismo, la guerra está devastando a la población del país”.

Según estimó MSF, en este conflicto unas 10.000 personas ya murieron y unas 30.000 resultaron heridas. Sin embargo, es probable que los números reales sean mucho más altos ya que sólo MSF trató a “más de 51.000 heridos”, aclaró Carot.

“Los ataques aéreos las bombas y los combates en las calles de zonas densamente pobladas están causando muchas víctimas civiles y daños, incluida la infraestructura médica, de agua y saneamiento y energía. Además, hay más de 3 millones de personas desplazadas, y el 80% de la población necesita ayuda humanitaria para subsistir”, agregó el cirujano argentino.

(Fuentes: Al Mayadeen / Alwaght / Hispan TV / LibreRed / Euronews / Telam)

Francisco Campos

Francisco Campos

Nació en Sevilla en 21 de julio de 1958. Trabaja como administrativo. Es autor del libro "La Constitución andaluza de Antequera: su importancia y actualidad" (Hojas Monfíes, 2017).

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