¿Qué hace todavía Francia en las fronteras con del Sahel? 

Los servicios secretos franceses están en movimiento en Mali y Níger. Su objetivo: mantener la región en una situación inestable y debilitar la seguridad de Argelia debido a sus posiciones antiisraelíes y refractarias a la política de injerencia defendida por Francia en el Magreb, África y Oriente Medio. Los occidentales toman muy en serio las mordaces declaraciones del Presidente Tebboune y del jefe de estado mayor de la ANP, general de ejército Saïd Chanegriha, que ponen de relieve el grado de preparación de nuestras fuerzas armadas para contrarrestar cualquier intento de agresión.

Francia, dentro de la OTAN, a través del prisma distorsionador a través del cual sus aliados ven a Argelia, recibe el encargo de sus pares de llevar a cabo un trabajo de socavamiento en su “zona de influencia”, con respecto a su pasado colonial. Así, los servicios franceses de acción exterior, liderados por el ex embajador francés en Argel, Bernard Emié, jugaron con la cuestión étnica –la exacerbación de los conflictos confesionales no es apropiada en la región, a diferencia de Oriente Medio– y apuestan por los movimientos tuareg en Mali –el agente de la DGSE allí se llama Bilal Ag Acherif– y en Níger para provocar un enfrentamiento armado y una inestabilidad constante.

Así, después de haber armado, entrenado y financiado la rebelión targuie en Azawad y haber reforzado sus filas con mercenarios ucranianos, después de haber hecho escapar a más de doscientos terroristas de una prisión de alta seguridad cerca de la capital nigerina, Francia acaba de ofrecer asilo político a una ex ministra nigerina de origen targuie, Rhissa Ag Boula. Es Jeune Afrique, una revista cercana a los círculos de poder de París y de Rabat, la que recoge la información “en exclusiva”. “Ex-ministra y ahora opositora de la junta dirigida en Niamey por Abdourahamane Tiani, ex figura de las rebeliones tuareg se beneficia del estatuto de refugiado político en Francia desde finales de julio”, se sabe, de hecho.

Francia está acostumbrada a acoger en su suelo a cualquier persona que considere un posible instrumento de acciones desestabilizadoras. Así, François Mitterrand abrió de par en par las puertas de Francia a los extremistas religiosos del FIS argelino que, unos años más tarde, exportarían el terrorismo islamista a este país hoy azotado por la hidra fundamentalista. El asilo político concedido y “revelado” al dignatario nigerino Targui augura, sin duda, una colaboración en la perspectiva de una empresa maliciosa en Níger, pero especialmente dirigida hacia Argelia, donde la comunidad Targui hace gala de un patriotismo inquebrantable.

Por tanto, los intentos franceses son en vano. Vimos cómo se había planeado en primicia periodística un “levantamiento” en el sur profundo de Argelia y cómo los agentes del Mossad fueron infiltrados pero rápidamente neutralizados por los servicios de seguridad argelinos en guardia y cómo estos fracasaron estrepitosamente.

Fuente: Kamel M. / Algerie Patriotique.

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