Alberto Rodríguez se cae del guindo colonial
Por HIJOS de Canarias.
CON EL COLONIALISMO “NO SE PUEDE” DIALOGAR
Podemos creyó que existía democracia en España, que con votos podría tomar el cielo que se reservan las élites españolas sólo para sí mismas y se ha pegado un baño de realidad en toda su ingenuidad. El mismo viejo régimen que mandó matar a Cubillo en un país extranjero o que creó los GAL, es el mismo que ha usado, usa y usará fondos reservados, policía patriòtica, jueces y periodistas para asesinar la imagen y derechos de toda su disidencia política.


La izquierda española no aprendió nada tras la guerra civil y la falsa transición del 78: las élites españolas son antidemocráticas, hipercentralistas, prepotentes y muy violentas. Ni la socialdemocracia de Podemos están dispuestas a admitir en sus instituciones, sus parlamentos, sus gobiernos, porque España es su cortijo y a los españolitos, sus vasallos, les va eso de “las caenas”, los reyes, la corrupción sistémica, ser eunucos. La izquierdita española, esa que se “indignó” en las plazas y volvió a dejarse meter en las jaulas constitucionales, pensó que eso de ilegalizar partidos, cerrar periódicos, aporrear votantes, encarcelar a líderes, sólo iría con los independentistas, pero, en estos últimos años ha vivido en sus propias carnes como la jauría de lobos está dispuesta a todo, también a ir “a por ellos”. La izquierdita española creyó en eso de la plurinacionalidad, en reformitas a lo “atado y bien atado”, en que para ellos “la mordaza” sería menos. Que ingenuos. Que totorotas. Que singuangos. Jugaron a una democracia adulterada y hormonada por el IBEX, creyeron que de verdad “la justicia era igual para todos”, que estar en un gobierno con el partido del Sr X sería algo distinto a lo de siempre. Podemos fue en verdad “juguemos” y el franquismo les ha dejado claro que en la falsa democracia española “pulpo será siempre animal de compañía” y que el poder real sigue siendo abiertamente fascista en sus formas y medieval en su fondo. España no tiene arreglo posible, ni será un país democrático con clases dirigentes honestas, serias y modernas. A quienes dicen que salirse de España no es una alternativa, habría que preguntarles si ésta suya de seguir manteniéndole la lata a un régimen podrido hasta las trancas, de verdad es algo más digerible. A éstos que hablan de que en España se puede defender cualquier causa y ganar en las urnas cualquier otra forma de gobierno, es a quien deberíamos llamar ilusos, locos, inmaduros. España no va a cambiar porque España es un país de amos y plebeyos, de señoritos corruptos y eunucos.
Alberto Rodríguez, el diputado por Tenerife de Podemos se acaba de caer del guindo colonial. Acaba de descubrir de golpe que, hasta su partido, el del cielo por asalto, no ha pegado ni el más mínimo puñetazo por él. Mientras fue el “rastas” que hablaba “raro” en las Cortes, el selfie progre sirvió. Hoy los 64 mil votos tinerfeños no valen como “dato” para la flamante nueva socialdemócrata con mando en Godemos. Madrid es Madrid, Alberto, pero tu preferistes ser de los “si se puede” y te has roto las narices por el españolismo de progresía que tanto roto hizo en el anticolonialismo canario al que logró engañar con la banderita estrellada. El Podemos que en Canarias es “autonómico” ha recibido una muestra más de que esa España que creían poder cambiar es una cárcel de pueblos, estercolero medieval, dictablanda descarada. Menos bandera mal defendida y más giro hacia una lucha anticolonial para construir otro país, otro modelo, una democracia real, la de un nuevo Estado independiente llamado Canarias.
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