Nuevo Pacto Financiero Mundial, el esperado fracaso de la iniciativa occidental contra los BRICS

Parecía un intento de responder a la afirmación del Banco de los BRICS que cuestiona la hegemonía de las principales potencias capitalistas, el Banco Mundial y el FMI, pero la Cumbre por un Nuevo Pacto Financiero Global Global fracasó porque estaba condenada al fracaso.

Creado en 2016, el Nuevo Banco de Desarrollo, también conocido genéricamente como Banco BRICS, partió de una iniciativa de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Siete años después, con la confirmación de un cambio en el orden mundial, el relativo declive de EE.UU. y la forma en que el Banco Mundial y el FMI actúan para someter a los Estados, el Banco de los BRICS cobró un nuevo fulgor.

Sobre todo, el Banco BRICS pretendía romper la forma parasitaria y oportunista de actuación de las principales instituciones financieras mundiales, cuyas acciones no se centran en el desarrollo de los Estados, sino en crear las condiciones para retirar los instrumentos de soberanía y, a su vez, aumentar la dependencia frente a las principales potencias, el gran capital y los principales monopolios mundiales. Esta es siempre la acción del Banco Mundial y del FMI al otorgar préstamos y definir planes de rescate. Interfieren en la soberanía de los Estados, imponen tasas de interés, políticas e hipotecan el futuro. 

El BRICS Bank, con sede en Shanghai, cambió entonces el paradigma y basó su política en tres ejes: inversión en infraestructura, desarrollo en el mercado interno y sostenibilidad. Para ello, se elaboró ​​luego una Estrategia General 2022-2026 que, además de buscar financiar grandes inversiones a bajas tasas de interés para empoderar a los Estados, le da un peso enorme a los temas ambientales. 

Esta estrategia ya está dando sus frutos. Si el Banco partió con cinco países, dado el potencial que ofrece, según varios medios, más de 20 países interesados ​​en sumarse, como Argentina, Uruguay, Arabia Saudita, Argelia, Egipto, Indonesia, Irán y Turquía.

Por todo ello, por iniciativa del presidente francés, esta semana se ha organizado la Cumbre por un Nuevo Pacto Financiero Global, «la idea [de la Cumbre] es entender cómo cooperar juntos para dar un estímulo financiero a la economía mundial”. En otras palabras, la idea sería lograr tomar medidas para contrarrestar el potencial de crecimiento del Banco BRICS, que pone en entredicho la actual arquitectura de dominación mundial.

A la Cumbre en cuestión asistieron más de 300 instituciones y personalidades, incluidos más de 40 jefes de Estado, empresas del sector privado, instituciones financieras, ONG y organismos internacionales. El programa fue amplio y buscó discutir el desarrollo de un modelo de bancos multilaterales de desarrollo para enfrentar los desafíos del siglo XXI, en un panel que reunió al Primer Ministro de Etiopía, el Ministro de Finanzas de la India, el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos de América, el Presidente del Banco Mundial, la Directora Ejecutiva de Climate Investment Funds y Melinda Gates de la Fundación Bill & Melinda Gates.

Junto a este debate, aún quedaba espacio para discutir la deuda y la canalización de DEG; movilizar al sector privado para financiar infraestructura sostenible para las PYME; innovar con instrumentos y financiamiento para enfrentar nuevas vulnerabilidades; cómo garantizar información y datos más confiables y comparables; e incluso el Acuerdo de París.

En un vasto conjunto de discusiones, la opinión general es consonante en el resultado de la cumbre considerándola un fracaso, porque no correspondió a lo esperado y ni siquiera se acercó al llamado Nuevo Pacto Financiero Global. La razón es simple: hay quienes ganan mucho con el actual sistema financiero y lo necesitan para evitar el declive relativo que ya se está identificando. Hay quienes necesitan someter a otros pueblos para mantenerse a flote. 

Lo único que salió de esta cumbre fue que el Banco Mundial consideró que eventualmente podría considerar suspender la deuda de los países pobres, algo que, dada su naturaleza, objetivo e interés de clase, parece algo creíble. 

Una de las voces más críticas fue la del presidente de Brasil, quien terminó desacreditando gran parte de la puesta en escena en curso. Lula da Silva afirmó que “lo que se creó después de la Segunda Guerra Mundial, las instituciones de Bretton Wood ya no funcionan y ya no sirven a las aspiraciones o intereses de la sociedad. Dejemos claro que el Banco Mundial deja mucho que desear en lo que el mundo aspira del Banco Mundial. Dejemos claro que el FMI deja mucho que desear en cuanto a lo que la gente espera del FMI”. 

La única confirmación que sale de esta Cumbre por un Nuevo Pacto Financiero Global es la confirmación de que las principales potencias capitalistas promotoras del imperialismo empiezan a entender que hay un grupo de Estados que están dispuestos a no aceptar más el destino que se les impone, quienes, en colaboración con otros, pueden construir un nuevo orden mundial y podrán romper las cadenas que les han sido impuestas durante siglos.

Fuente: Abril Abril.

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Samuel Axarquía

Nacido en la comarca de la Janda. Asentado en la Axarquía. Me gano el pan como administrativo.

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