Masacre de kurdos en venganza por su victoria militar en Siria
Un suicida adolescente cometió el atentado en la ciudad kurda de Gaziantep. La masacre en una boda kurda que dejó 51 muertos y 94 heridos en la ciudad, en el extremo sur de Turquía -a 50 kilómetros de la frontera siria- fue obra de un chico de entre 12 y 14 años vinculado con el Estado Islámico.
Mientras los invitados celebraban uno de los actos del enlace tradicional, el artefacto explotó provocando el más sangriento ataque de todo el año en el país. “Los primeros indicios de los que disponen nuestros organismos de seguridad apuntan al Dáesh (el grupo yihadista Estado Islámico)”, afirmó el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. “Es cierto que últimamente se ha hablado de que Dáesh tenía esa estructura o posición en Gaziantep. Se han realizado y se realizan varias operaciones intensas, y desde luego ahora nuestras fuerzas de seguridad continuarán con un trabajo aún mucho más intenso”, añadió.
Tanto el dueño del salón de celebraciones como los novios y parte de los invitados eran miembros o afiliados del partido pro kurdo HDP (Partido Democrático de los Pueblos). “Condenamos este ataque inhumano en Gaziantep”, publicó la formación en un comunicado, “en la boda de nuestros miembros del partido en el barrio de Akdere en Sahinbey, Gaziantep”. La formación pro-kurda ha insistido en que “es significativo que el ataque (…) ocurra la misma noche en la que la KCK (Unión de las Comunidades Kurdas, la organización paraguas de los partidos kurdos de diferentes países) anunciara una declaración de negociación y resolución con el Gobierno turco”.
El último acercamiento, mantienen, precedió al atentado de Ankara en octubre de 2015. Como consecuencia, en los funerales de las víctimas de este domingo en Gaziantep podían escucharse insultos a Erdogan. Como ocurrió tras el ataque en Ankara, la minoría izquierdista kurda culpa al Gobierno de no utilizado los dispositivos de seguridad para frenar el atentado.
“No creemos que la elección del momento haya sido arbitraria”, afirma a El Confidencial Hisyar Ozsoy, el encargado de las relaciones externas del HDP, “(la probabilidad de que ocurriera) este ataque era algo que conocía el Gobierno, porque había información de que algunos militantes (yihadistas) estaban planeando atacar con suicidas una boda kurda en Gaziantep”.
Ozsoy se refiere a la inteligencia recogida por la policía turca en casa de Yunus Durmaz, el emir de Daesh en Gaziantep. En una operación policial, en la que incautaron el ordenador del yihadista, encontraron la planificación de operaciones suicidas en este tipo de celebraciones. “El punto relevante es Manbij”, afirma Ozsoy, al referirse a la última victoria kurda contra Daesh el pasado 12 de agosto, “también cuando los kurdos vencieron en Tal Abyad, ISIS respondió con el atentado de Suruç”.
Pero la masacre de Gaziantep coincide también con una significativa reunión de seguridad entre Erdogan, el Primer Ministro y el jefe del Estado mayor de la defensa, Hulusi Akar. El asunto principal giró en torno a las relaciones con Siria y a la evolución de los combates próximos a la frontera de Turquía. La Coalición Internacional liderada por Estados Unidos ha conseguido expulsar al Estado Islámico de la franja norte del país gracias a la cooperación con las Fuerzas Democráticas Sirias, una amalgama de fuerzas kurdas y árabes. Pero el apoyo aéreo ha empoderado a los combatientes kurdos que continúan avanzando hacia el oeste, esta vez, hacia el pueblo de Jarablus.
Los progresos de la alianza kurda inquietan a Ankara que teme que las YPG (Unidades kurdas de Protección Popular) puedan controlar toda la franja fronteriza e impulsar a la guerrilla del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) contra quienes combaten en el sureste. Para ello, “cientos de rebeldes (árabes) sirios se preparan para lanzar una operación desde Turquía sobre (Jarablus) el pueblo tomado por el Estado Islámico en la frontera”, publica la agencia Reuters que cita fuentes de una milicia “rebelde”. Parece que estos mercenarios se amparan bajo las siglas del inexistente Ejército Libre Sirio.
La operación en Jarablus pretende neutralizar las ambiciones kurdas para impedir que lleguen a un pueblo que está a menos de 200 metros de Turquía. Y éste es precisamente el último municipio fronterizo en los dominios de Daesh y que durante años, como comprobó El Confidencial, ha sido una de sus principales vías de abastecimiento.
A la salida de la reunión, Yildirim anunció que “Turquía tendrá un papel más activo de poder regional en el conflicto de Siria en los próximos seis meses. Esto significa que no permitiremos que Siria se divida en etnias; para Turquía, eso es crucial”.
(Fuente: El Confidencial / Autora: Pilar Cebrián)
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