Málaga: Premeditada improvisación y desencuentros en la acogida de personas migrantes llegadas tras ser rescatadas
LA APDHA de Málaga Se utilizan instalaciones portuarias abandonadas. Convierten el Albergue Municipal en alojamiento habitual para mujeres y menores recién llegados, que duermen en el suelo o en sillones en módulos prefabricados. Las personas migrantes desembarcan en el “Muelle Uno” y son llevadas hasta la “Casa de Botes”. Desencuentro entre la Subdelegación del Gobierno y el Ayuntamiento.
El pasado viernes 19 de octubre llegaron al puerto de Málaga 246 personas, de las que 57 eran mujeres y 6, niños y niñas. La SalvaMar Mastelero atracó en el Muelle Uno, una de las zonas más turísticas y concurridas de la capital. Los hombres fueron llevados a la Casa de Botes, unas instalaciones abandonadas (antiguamente un restaurante) en ese mismo muelle. En estas instalaciones portuarias no interviene la Cruz Roja, por lo que entendemos que, como mínimo, se vulnera la atención sanitaria y psicológica necesaria. Los mantienen encerrados a la espera de su traslado a San Roque.
Las mujeres y menores, por otro lado, fueron llevadas al Centro de Baja Exigencia (albergue municipal), al módulo prefabricado anexo al edificio, que sirve de sala de televisión. Durmieron en el suelo en pequeñas colchonetas o en butacones. En la noche del domingo 21 de octubre, pasadas ya 48 horas, pudimos constatar que la situación continuaba igual. Comprobamos como aún dormían en el suelo de las instalaciones, sobre esterillas acolchadas.
La subdelegada del Gobierno, María Gámez, reconoce en sus declaraciones que “no hay infraestructura para la atención y recepción de emigrantes que llegan a Málaga, no se ha hecho nada hasta ahora” y puntualiza que “desde el 15 de septiembre, al no renovar la colaboración que se ofrecía de los polideportivos, no se tiene un espacio donde albergarlos”. Además, espera “que los inmigrantes no se conviertan, por cercanía de fechas, en una gresca política”.
El Ayuntamiento, por su parte, solicitó el Polideportivo de Carranque, que depende de la Junta, como espacio alternativo. Una forma de devolver la pelota en tejado ajeno.
La solución que da la Subdelegación del Gobierno es la creación de un nuevo CATE, a imagen y semejanza del de Crinavis o el de Motril. Se ubicaría en el tramo final de la desembocadura del Guadalmedina y se estudia la adaptación de ese terreno y el equipamiento de una red de saneamiento (agua). A la vez sería un nuevo espacio de atraque para la llegada de las SalvaMar. Quizás sea bueno recordar que Crinavis cuenta con una capacidad para alojar a casi 600 personas durante 72 horas, habiendo supuesto una inversión de 4 millones de euros.
Anteriormente a esta solución, se barajó el Parque de Bomberos de Campanilla, que fue la medida que en su momento ofreció el propio Ayuntamiento. Esta propuesta, llevada el pasado 26 de julio al Pleno municipal, fue rechazada con los votos en contra de la oposición (PSOE, IU, Málaga Ahora y Ciudadanos). Otra ocurrencia más de este verano fue la del pasado 12 de octubre, cuando el Ayuntamiento traslada a la Subdelegación del Gobierno la propuesta de ubicar a las personas migrantes que habían llegado en una caseta del Real de la Feria, con un plazo límite de hasta el mes de junio. La capacidad que se prevé que tendría esa caseta sería tan solo de 100 personas.
Por si esto fuera poco, el único autobús del que dispone la Subdelegación del Gobierno en Málaga estaba averiado el fin de semana del 12, 13 y 14 octubre, en el que llegaron 469 migrantes. Hecho que apostilló en un comunicado el propio Ayuntamiento con cierta ironía. Está claro que cuanto más nos acerquemos a las fechas electorales, más van a visualizarse estos desencuentros.
Tan solo se han acometido las instalaciones de recepción para la Asistencia al Migrante por parte de Cruz Roja en el propio puerto, en el muelle 6. Fue aprobado por el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, el pasado 30 de junio, el uso una parcela de 406 metros cuadrados. Son unos módulos prefabricados que hasta la fecha aún están sin poder utilizarse por estar en fase de acondicionamiento y equipamiento interno. Su coste es de 220.000 euros, financiados por la propia Cruz Roja y con una subvención del Gobierno. Estas instalaciones son más que provisionales, ya que, si en breve se abre el futuro CATE en el muelle 9, se desmontarían de nuevo para volverlas a instalar en las cercanías del propio CATE.
El pasado viernes 12 de octubre, 58 mujeres y sus 9 bebés, hijas e hijos, fueron alojadas en el Centro de Baja Exigencia en idéntica situación. Esta fue la primera vez que sucedía en Málaga, a pesar de que, según la Ley, no está permitido el hospedaje de menores en este tipo de centros, asunto del que el Ayuntamiento de la ciudad es conocedor.
De nuevo, insistimos y consideramos que este lugar no es el adecuado para la acogida de ningún niño o niña independientemente de su nacionalidad, ni las instalaciones reúnen los requisitos necesarios para dar las garantías adecuadas de salvaguarda y protección de estas mujeres, niños y niñas que, en su mayoría, se encuentran en situación de máxima y extrema vulnerabilidad. Además, sin haber tenido en cuenta protocolos, como el de trata o el de asilo.
Es por ello que, desde la APDHA, Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, hemos hecho llegar una queja al Defensor del Menor, rogando que estudie el caso y haciendo ver que todos los niños y niñas deben ser tratados de igual manera y protegidos con el mismo cuidado.
(Fuente: El Salto)
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