La miseria y el paro en la Bahía de Cádiz tiene responsables

El periódico nacionalista español Diario de Cádiz informa en estos días que la empresa Torrot renuncia a los planes iniciales de construir una fábrica de la firma en las antiguas naves de Altadis en la Zona Franca y decide trasladar la producción del triciclo eléctrico a la planta que ya poseen en Salt (Girona). La empresa explica su decisión en el apoyo decisivo de la Generalitat de Catalunya y en la falta de compromiso real por parte de la Junta de Andalucía, la entidad político-administrativa con la que el poder imperialista español consiente que los andaluces tengamos una mera descentralización administrativa y que permanece siempre controlada y sumisa a la oligarquía dominante.

No nos vamos a engañar a estas alturas sobre las motivaciones de una empresa privada, en este caso perteneciente al fondo Black Toro Capital, y sobre su intención de maximizar el beneficio en este estado de rapiña capitalista en el que todo vale. L@s gaditan@s sabemos perfectamente lo que significa este sistema y como se aprovecha del eslabón más débil, el/la trabajador/a, para conseguir el máximo beneficio: hemos vivido en nuestras carnes lo que significa presentarnos a una entrevista de trabajo y que nos digan que tenemos que trabajar jornadas maratonianas para cotizar a media jornada por un sueldo miserable. Y que el empresario de turno nos insinúe que tiene a otr@s much@s dispuest@s a aceptar casi cualquier cosa con tal de meter dinero en casa si nosotr@s no aceptamos. Y también sabemos las insinuaciones que sufren las mujeres desesperadas por situaciones de desempleo de larga duración. Miles de nosotr@s han seguido los pasos de nuestr@s padres y abuel@s antaño y han tenido que abandonar su comarca buscando una vida digna en otros lares. Otra vez los andaluc@s emigramos para poder sentirnos “personas”, para tener la dignidad que nos niegan en nuestra tierra.

Ya sabemos el peaje que hay que pagar en un sistema capitalista y que el reformismo será un mero parche que no arreglará un problema estructural, porque es parte del problema. Pero también l@s gaditan@s y andaluc@s en general tenemos derecho a preguntarnos qué prioridades tiene el gobierno autonómico de la Junta de Andalucía, controlado actualmente por la derecha salvaje de PP-Ciudadanos-Vox. Porque en definitiva cuando se entra en este juego y se maneja un presupuesto limitado es un asunto de prioridades. La Junta del tripartito ultraespañolista ha optado por apoyar a los que comparten su hábitat ideológico natural y a los que apoyan su cosmovisión autoritaria: eso explica los incentivos y el apoyo a escuelas de tauromaquia y tortura animal, las subvenciones a cofradías católicas, las adquisiciones de banderas españolas de un tamaño cada vez más descomunal para ser instaladas en rotondas y plazas, el apoyo a la escuela concertada en la que se adoctrina a mentes infantiles tiernas, a las que se expone por añadidura al abuso por parte del clero… y un largo etcétera.

Queda el convencimiento razonable de que la Junta de Andalucía no tiene un interés real en parar la sangría socioeconómica de la Bahía de Cádiz, una comarca que soporta unos niveles de desempleo, de pobreza subsidiada y de fracaso escolar auténticamente obscenos. Por eso no busca ni defiende fórmulas efectivas de reindustrialización de la comarca. Queda la sospecha de que una Andalucía empobrecida y dependiente de las migajas que nos arroja la metrópolis española después de saquear nuestros recursos es una vía potente de controlar todo atisbo de rebeldía. Nos quieren empleados en casi la única salida que se le ofrece a nuestra juventud: nutriendo las fuerzas de represión del Estado, esas que defienden el statu quo de los poderosos y apalean a los pueblos que piden libertad; esas que dejan un reguero de sangre cuando las reivindicaciones sociales, populares y nacionales salen a la calle.

Además de esas sospechas y de esos convencimientos también nos queda a los andaluces de conciencia el deseo de que nuestro pueblo despierte al fin y convierta la miseria en rabia, las coplas y los cuplés carnavaleros de estos días en protesta social en la calle, el voto subsidiado en reivindicación de poder popular andaluz. En nuestra mano está parar esta sangría secular que arrastramos desde la invasión de la nación andaluza por el poder imperialista castellano. Andalucía tiene que ser libre y tiene que ser dueña de sus propios recursos. Depende de nosotr@s que podamos hacer realidad aquel llamamiento a la dignidad de nuestro pueblo que alguien expresó (“no emigréis; ¡combatid!”) y que estos deseos de libertad se hagan efectivos. Ese día le diremos a nuestros herman@s de la emigración “ya podéis sentiros personas en nuestro propio país”. Viva Andalucía libre!

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Samuel Axarquía

Nacido en la comarca de la Janda. Asentado en la Axarquía. Me gano el pan como administrativo.

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