La impunidad fascista impera en el sur del País Valencià. Más de treinta agresiones ultraderechistas en los últimos años
El pasado 24 de mayo dos jóvenes de Petrer (Vinalopó Mitjà) recibieron una brutal paliza por parte de tres ultras de la delegación que tiene Hogar Social Madrid a Elda, localidad vecina de Petrer. A pesar de que presuntos los agresores fueron identificados y denunciados por delitos de lesiones y de odio, han quedado en libertad con cargos. Se trata de una de las más de treinta agresiones fascistas denunciadas durante los últimos siete años al sur del País Valenciano, donde la impunidad continúa intacta.
24 de mayo. Una pareja anda por uno de las calles de Petrer, municipio del Vinalopó Mitjà caracterizado por una población obrera especializada en la fabricación de todo tipo de calzado. La aparición de tres jóvenes, dos hombres y una mujer, conocidos en el pueblo por su ideología fascista, interrumpe su recorrido. Después de seguirlos durando unos minutos, empiezan a insultar la pareja: “Hijo de puta, cerdo, antifascista…”. Los dos jóvenes, amedrentados e intranquilos por la situación, deciden gritar al teléfono de emergencias 112, hecho que parece motivar la fuga del grupúsculo ultraderechista. Pocos minutos más tarde, un vehículo vuelve a impedir su paso. viajan los tres jóvenes ultra que los habían insultado y atemorizado antes. Enseguida bajan del coche y andan rápidamente hacia la pareja, que empieza a correr para no ser agredida. Massa tarde.
Los dos agresores, de unos 25 años, golpean al chico repetidamente. Los puñetazos y los puntapiés lo hacen caer al suelo, semiinconsciente y sangrando por la paliza. En ese tiempo, la otra víctima, menor de edad, también es agredida por la joven ultraderechista que acompañaba el grupo agresor. En el momento en que llega la policía, los agentes se encuentran al joven, que fue asistido después al Hospital General de Elda (Vinalopó Mitjà), tendido en tierra y con dificultades para respirar. La policía detuvo dos personas, que van quedado en libertad con cargos de lesiones y de odio.
Se trata de una de las agresiones de carácter fascista más graves, y con más repercusión mediática, que han sufrido las habitantes de Petrer. Pero, las amenazas, intimidaciones y ataques ultraderechistas se están produciendo de manera continuada “desde hace más de seis o siete años” al sur del País Valenciano, tal como señala un miembro de la Asamblea Popular de Elda y Petrer (APEP), quien denuncia que muchas de las agresiones se podrían haber evitado: “Esta vez los chavales gritaron rápidamente a la policía, pero los agentes, un golpe más, no aparecieron. Estamos acostumbrados a esto. Llegan tarde y, además, nos criminalizan y tratan de justificar la agresión diciendo que han visto a la víctima en una manifestación, pegando carteles…”. La cifra de incidentes en estos últimos años supera la treintena, hecho que provocó que el Ayuntamiento de Elche aprobara una moción para establecer una serie de medidas de carácter preventivo, sancionador y de protección a las víctimas de delitos de odio. Aun así, la impunidad y la permisividad policial hacia estos grupúsculos han continuado intactates.
Desde los colectivos antifascistas APEP y Crida Contra el Racisme (CCR) han denunciado públicamente que uno de los agresores identificados por la policía es Alexander Márquez, conocido como “el cerilla” y miembro del Galeón, un centro neonazi ubicado a Elda que actúa como delegación de la organización neonazi de inspiración falangista Hogar Social Madrid, y que ha condenado los hechos a través de una publicación en su muro de Facebook. Márquez también se presentó a las elecciones municipales de Oriola (Baix Segura) como número 12 de la formación neofascista España 2000, en el año 2015; y ha sido fotografiado en actas y manifestaciones de Hogar Social Madrid. Esta doble militancia es bastante común. José Enrique Poveda, conocido como “el mexicano”, y que aparece en fotografías con miembros de Lo Nuestro, se presentó a las elecciones municipales de 2015 de Elda por Vox. Según las mismas fuentes, el antiguo local de Vox a la localidad fue la sede de un antiguo local nazi, el Centro Social la Torreta, hecho que los hace aventurar que Vox puede ser una de sus fuentes de financiación.
Ambos colectivos aseguran que el Cerilla trabaja en la actualidad en el Ayuntamiento de Petrer como técnico de mantenimiento. Es por eso que desde APEP han comenzado una campaña para exigir una respuesta “a la contratación de una persona nazi con antecedentes y procesos judiciales todavía pendientes”, así como para denunciar que el consistorio, gobernado por la alcaldesa socialista Irene Navarro, está financiando “de manera indirecta” la sucursal de Hogar Social, a través del salario de esta persona. “A los dos o tres meses de estar él trabajando en el Ayuntamiento, abrieron el local, por lo tanto, entendemos que hay una relación económica indirecta”, explican estas fuentes.
Aproximadamente dos años antes de este reciente ataque, un grupúsculo de varios neonazis atentó contra el coche de un militante antifascista. “Se organizaron para esperar que llegara a casa, y después aparecieron para destrozarme el coche, los neumáticos, la chapa,…”, cuenta. El joven manifiesta que había ganado un juicio por amenazas fascistas “por parte de otro miembro del Galeón, Cristian Valero, dos semanas antes” y, además, tenía un testigo que aseguraba haber escuchado al Cerilla diciendo que iba a destrozarle el coche. “Al final, los agentes desestimaron el testigo, que intenté que fuera protegido, porque tenía mucho miedo, pero fue tramitado como público, y dijeron que no había ninguna relación con la sentencia”. Una vez más, la denuncia presentada en relación a los hechos se archivó y el militante tuvo que costearse la reparación. Al mismo antifascista, un año y medio más tarde, lo señalaron a la puerta del trabajo con una pintada, donde se podía leer “sabemos dónde estás, rojo de mierda”, una frase acompañada de una esvástica. Una acción que provocó el despido del joven y la pérdida de su fuente de ingresos.
El otro de los presuntos agresores que también identifica la víctima es Cristofer Haro, conocido como “Cristo” y, según las mismas fuentes, familiar de Márquez. Es otro miembro del Galéon y tampoco es la primera vez que protagoniza este tipo de agresiones. Hace algunos años, Cristofer Haro, Márquez y David Haro, otro miembro del Galeón conocido como “Chinorli”, habrían protagonizado una agresión contra un grupo de jóvenes, según las fuentes consultadas. “Los preguntaron si eran de izquierdas y, al responder de manera afirmativa, los agredieron físicamente, golpeándolos y rompiéndolos las ojeras”, relatan desde la Asamblea Popular. Los presuntos agresores fueron detenidos por la policía y “en su primera declaración añadieron que ellos ‘eran nazis e iban a limpiar el pueblo de rojos y maricones’”, sentencian. En esta ocasión, también se presentó denuncia.
El cabecilla del Galeón, con un largo historial
Una de las primeras agresiones de estas características ocurrió hace más de cinco años a un baño del instituto La Melva de Elda, donde un menor de edad recibió un puñetazo que le rompió la nariz mientras su agresor le hacía un saludo a la romana acompañada de un “Heil Hitler”. Fuentes de la antifascismo en la comarca denunciaron como autor de la agresión a Cristian Ruiz, conocido para crear el sindicato de extrema derecha Respuesta Estudiantil a la comarca, junto con su hermano gemelo Edgar Ruiz. “Este fue uno de los primeros ataques y sabemos que el compañero agredido recibió presiones por parte de la dirección del centro y de la Policía Nacional porque no lo hiciera público”, recuerda un miembro de la Asamblea Popular.
En la actualidad, Cristian Ruiz es el cabecilla del Galeón. Este local se inauguró a Elda el pasado mes de octubre, pero no es nada nuevo. Anteriormente, existía Lo Nuestro, un colectivo neonazi, nacido hace cuatro años aproximadamente en Murcia y encabezado por Miguel Sardinero, quien en el año 2016 era el responsable de acción política del partido ultraderechista España 2000. Lo Nuestro –que segundos CCR, era la “marca blanca” de Hogar Social en Murcia y al sur del País Valenciano– reunía la militancia ultraderechista de las comarcas del sur valencianas, como l’Alcoià, el Vinalopó y l’Alacantí, a su sede a Elda, denominada Centro Social La Torreta. Las mismas fuentes apuntan que Lo Nuestro “acabaría desapareciendo” para dejar a Hogar Social. Tanto Lo Nuestro, como por ejemplo los miembros del Galeón, mantenían relación con otras de movimientos neofascistas europeos. En sus redes sociales, El Galeón ha publicado fotografías en manifestaciones de extrema derecha organizadas por la organización italiana Casa Pound, así como con el grupo neofascista francés Bastión Social Lyon.
Cristian Ruiz acumula varios procedimientos judiciales por agresiones. Hace unos años, segundos se ha explicado desde el APEP a la Directa, el gemelo, Márquez y David Haro, acompañados de una vigésima neonazis más, habrían protagonizado otra de las agresiones más significativas a Elda. Los presuntos agresores habrían perseguido tres antifascistas armados “con palos de béisbol, esprays de pebrera y un revólver”. Uno de ellos pudo escapar, pero los otros dos fueron brutalmente apaleados.
“Cuando llegó la Policía Nacional española, empezó a cuestionar los agredidos y a justificar el que había ocurrido, diciendo que estas cosas pasaban para ir a manifestaciones”, recuerdan. La policía solo identificó Cristian Ruiz, quién fue juzgado y condenado a pagar dos indemnizaciones a las víctimas –con 1.400 y 2.400 euros, respectivamente–, a un año de internamiento en un centro de menores y medio año de libertad vigilada. Aun así, las dos indemnizaciones fueron sufragadas por el movimiento neonazi del Estado español con la venta de camisetas y, después de varias dilaciones en los tiempos judiciales y errores en las sentencias, que tuvo que recorrer el abogado de las víctimas, segundos cuentan desde la Asamblea Popular, el juez dictaminó que no tenía que cumplir ningún tipo de sanción ni entrar al centro de menores, porque estaba rehabilitado.
Justo el día de la inauguración de una sede de Hogar Social a Elda, vecinas de Elda y otros municipios de las comarcas del sur del País Valenciano, así como varias organizaciones y partidos, asistieron a la concentración que se había organizado para mostrar el rechazo a la inauguración. La convocatoria se celebró sin ningún incidente, pero en el retorno en casa, los gemelos Cristian Ruiz i Edgar Ruiz habrían agredido a un miembro del colectivo Respuesta Popular de Elche y cinco participantes más a la convocatoria recibieron amenazas e insultos. En esta ocasión, no se interpuso denuncia. El movimiento antifascista del País Valenciano también ha asegurado en varias ocasiones que uno de los gemelos así como otros miembros del Galeón estuvo presente en el intento de boicotear la manifestación antifascista de Fiesta del Nueve de octubre en Valencia. La semana pasada, Cristian Ruiz fue condenado a pagar una multa de 135 euros, después de que una miembro de la Asamblea Popular de Elna y lo Petrer lo denunciara el mes de diciembre por lesiones y amenazas. Según afirma la joven, el médico que la atendió en urgencias especificó al parto de lesiones que había sido “una agresión de odio”, pero, finalmente solo ha sido condenado por un delito de lesiones leves.
Cómo es habitual en la militancia hooligan ultraderechista, el grupo con base en el Petrer concentra sus agresiones contra aquellas personas que consideran distintas por su estética, la procedencia, condición sexual o por sus ideas políticas. “Al final el que vuelan es amedrentar la juventud que discrepa con el pensamiento único y el sistema actual”, subraya un miembro del APEP. De hecho, no solo han sido agredidas miembros del movimiento antifascista, sino también el vecindario procedente de diferentes países. Otra de las agresiones más graves fue contra un joven cubano, durante la celebración de unas fiestas de Moros y Cristianos de Elda. “Mientras que el joven andaba por la calle, un grupo de rapados, un perfil que encaja con los miembros del Galeón, lo golpearon en la nuca y cayó inconsciente al suelo”, relata la Asamblea Popular. Cuando recobró la conciencia, se encontraba al río Vinalopó, donde lo habían lanzado. En esta ocasión, ningún agresor pudo ser identificado y, por lo tanto, quedaron impunes nuevamente.
Más de seis años de impunidad fascista y represión contra el antifascismo
Desde la Asamblea Popular de Elda y Petrer y Llamamiento Contra el Racismo, denuncian que la impunidad de los agresores se encuentra intacta desde que empezaron los ataques y las amenazas. La mayoría de las denuncias han sido archivadas o los agresores han quedado en libertad con cargos o bien, después del juicio, han resultado absueltos. En los casos en que se ha dictado condena, segundos remarcan desde el APEP, estas han sido “basta irrisorias”, básicamente multas económicas “muy bajas”, órdenes de alejamiento de 100 metros u horas de trabajo en beneficio de la comunidad. “Desde el principio, los nazis han actuado con total impunidad, y con esa soberbia que les otorga la impunidad, mientras que nosotros sufrimos la represión antifascista”, critica un miembro de la Asamblea Popular. Y añade que más de una vez, durante los juicios, se ha “cuestionado” a las víctimas y se han desestimado casos de agresiones y amenazas relacionados con miembros del Galeón, así como que la Policía Local ha “manipulado” las denuncias, teniendo que volver después la agredida para avisar de que no había dicho el que habían apuntado al escrito.
La Asamblea denuncia diferentes casos de represión policial, en que agentes de la policía secreta han esperado a militantes antifascistas en los portales de sus domicilios o los han interceptado por la calle para grabarlos. Otro caso que han destacado corresponde a la agresión en grupo de unos 20 neonazis. El día siguiente del ataque, segundos afirman, la Policía Nacional española acudió en la casa de uno de los agredidos, donde le grabaron el coche, “buscando algo que lo pudiera criminalizar”. En otra ocasión, uno de los miembros del colectivo antifascista pilló un hombre fotografiando la fachada de la casa de su abuela, mientras él se encontraba en el interior. Inmediatamente, cuentan, el joven salió y acorraló el hombre, quién le mostró una placa de policía, mientras que, “nervioso y titubeando”, se defendía asegurando que estaban haciendo una “investigación contra el tráfico de drogas”, en un barrio que aseguran que la media de edad se encuentra en 60 años.
Un último caso de represión policial que han subrayado se produjo contra un miembro de la Asamblea que se encuentra viviendo a Madrid. Según el relato de fuentes de los colectivos antifascistas, la Policía Local de Petrer se posó en contacto con él, porque le querían “hacer unas preguntas” por lo cual tuvo que viajar hasta el municipio. Cuando llegó a la comisaría, “lo culparon de unas pintadas antifascistas que no había realizado, pudiendo demostrar que hacía tiempos que no bajaba de Madrid”, relatan. “En ese momento, le sacaron una lista negra con nombres, que recitaron de memoria, y lo presionaron porque señalara alguien”.
(Fuente: Directa.cat / Autora: Emma Górriz)
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